CAPÍTULO 6 -Dia 44 en altamar (Recuperación) 18+

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Había pasado un poco más de un mes, desde la confesión que Elsa le había hecho a Hans sobre su estado... Él joven había tomado cartas en el asunto para ayudarla, sentía que le debía eso a ella.
Desde esa noche en la que ella le dijo todo lo que ocurrió en su ausencia, él se juró a si mismo que debía devolverle lo que se llevó. No habían pisado tierra firme en varias semanas, y eso no les molestaba, estaban solos en medio de la nada, solo ellos dos para ayudarse entre si a ser los mismos de antes. Pasaban su tiempo juntos, hablando de muchas cosas, asuntos políticos, hablaban de arte, de música, de varias tradiciones que se desarrollaban en épocas especiales en sus respectivos reinos, pasaban tiempo leyendo juntos y algunas veces por separado... Acostumbraban a jugar cartas, Elsa no era muy diestra en el juego pero Hans no dudó en enseñarle, en poco tiempo él era el que llevaba las de perder en ese juego.
-Aprendes muy rápido...
-Lo sé, te quité toda tu apuesta... Y en verdad no imaginaba que lo pudiera hacer en tan poco tiempo. A menos... De que me estés dejando ganar. -Dijo ella con una mirada inquisitiva-
-Para nada, -Dijo alzando las manos frente a él- Nunca en la vida pondría en duda tu inteligencia.
-Eso espero... -Le dijo dulcemente con una sonrisa seductora-
Las mañanas empezaban con ese abrazo mientras dormían juntos en la pequeña cama... Estar así era lo que más les gustaba, tan juntos que podían sentir y oír la respiración del otro. Abría lentamente los ojos para observar el camarote aún con la luz tenue de la madrugada podía ver a esa mujer que le había pedido volver a dormir con ella...
-Odio que me dejes durmiendo sola, y que tu duermas en el suelo. No es justo, este es tu barco.
-No me importa dormir en el suelo, te dije que el que duermas tú en la cama es parte de tu recuperación. Solo quiero que estés cómoda.
-No me gusta estar cómoda... Me gusta que me abraces mientras duermo, eso ayudaría a que me recupere más rápido.
Recordó esa conversación y como ella pudo persuadirlo de regresar a dormir junto a ella... Observaba con atención la forma en la que ella dormía, se veía feliz y tranquila en sus brazos, examinaba minuciosamente la respiración de ella, no podía omitir cada gesto o cada sonrisa que ella hacia mientras estaba profunda.
El sol empezó a asomarse por la pequeña ventana que tenía el camarote, era hora de zarpar de nuevo... No faltaba mucho para llegar a una de las paradas, al menos uno o dos días para detenerse por más provisiones, las que habían cargado en Corona estaban por terminarse, ya que él se había encargado personalmente de la dieta de la joven ex reina de Arendelle, el ver su cuerpo acabado y enfermo lo había dejado más que preocupado, de haber sabido que ella se encontraba en ese estado de fragilidad física, jamás la habria sacado de Arendelle, jamás abría aceptado la petición de ella, él solo vio la parte emocional de ella, la cual estaba medianamente bien, pero no se percató de la parte física, el ver ese cuerpo completamente frágil lo había destrozado, no dejaba de culparse por eso, y trataba de enmendarlo el mismo preparando cada comida de ella, y cuidando de que ella comiera todo lo que el le servía.
Con mucho cuidado de no despertar a la rubia se giró levemente para dejarla recostada sobre la cama, él tenía que levantarse, asearse y levar el ancla para continuar, fijar el curso del viaje y empezar a preparar el desayuno de ambos. Al girarse y separarse un poco de la platinada sintió como ella se pegó más a su pecho...
-No... -Dijo ella con su voz adormilada, mientras lo sujetaba- No... no te vayas.
El pelirojo sonrió y con cuidado volvió a recostarse junto a ella.
-Debemos seguir angelito... No falta mucho para llegar a nuestra siguiente parada.
-Uhmm Uhmm no... Quedate un poquito más.
Resignado a no levantarse aún...
-Ok... Solo un poco más.
❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄
El día era soleado y cálido, el pelirojo se encontraba frente al timón del barco observando con atención el ancho mar que los rodeaba, tenía la mirada fija en él... Sintió la presencia de la rubia quien caminaba despacio hacia él con unos cuantos libros. Se giró hacia ella y al verla sintió que el corazón se le iba a salir del pecho.
Su vestido blanco y su pelo a medio recojer, su piel tan blanca brillaba con el sol, parecía un ángel inmaculado. ¿Que había hecho él para merecerla?
Se preguntaba cada vez que la veía... No importa que se encontrara ella haciendo, siempre lucia espectacular, captaba su atención de una forma que lo hacía sentir tonto... Ella capta toda su atención de una forma hipnótica, sentía que a penas podía respirar cuando la observaba, en secreto no dejaba de reprocharse el querer asesinarla en el fiordo cuando le mintió sobre la muerte de Anna, no dejaba de reprocharse el haberse ido sin darle una justificación valida, por haber sucumbido ante Anna y haberla puesto a ella en peligro... ¿Y si Elsa hubiera muerto? Se preguntaba constantemente, ¿Si Jean Paul no lo hubiera encontrado en el fiordo ese día? ¿Si no hubieran llegado a tiempo? ¿Si no hubieran podido entrar a los aposentos de ella y sacarla de esa tumba congelada en la que ella estaba encerrada? En las noches esas preguntas no lo dejaban dormir, muy seguramente si Elsa hubiera muerto, el no habría dudado en ir tras ella, no importa la forma en la que lo hubiera hecho, solo no podría vivir sin ella...
-¿Que estas haciendo hermosa? -Le preguntó mientas alejaba todas esas preguntas de su cabeza para poner toda su atención en ella-
-Encontré estos libros en un compartimento del barco... ¿Son tuyos? -Preguntó con ternura-
Hans bajó la mirada hacia los libros y con cuidado los observó...
-Uhmm creo que si... La verdad no sabía que esos libros estaban aquí. Por lo general estos libros... -Dijo recordando- Estos libros... Solían estar en mis aposentos en las islas del sur.
-¿En serio?
-Si... Son... -Dijo mirándolos detalladamente uno por uno- son de mi biblioteca personal. No sé que hacen aquí.
-¿Quieres que los deje donde estaban?
-No ángel, si quieres leerlos esta bien. Solo que me sorprende que estén aquí, no se como llegaron hasta acá.
-Tal vez... Tal vez tu madre los puso aquí para tí.
-Tal vez... Uhmm -Sonrió-
-¿Extrañas a tu madre? -Preguntó ella-
-Uhmm si.
Elsa se quedó observando al joven quien se quedó en silencio al recordar a su madre.
-¿Quieres que visitemos a tú madre en las islas del sur?
Hans miro a la rubia a los ojos.
-No.-Dijo de una forma seca y cortante- Nunca te llevaría a ese horrible lugar Elsa.
La platinada solo se quedó en silencio, abrió un poco la boca para decir algo, pero al ver la expresión sombría de Hans solo se quedó en silencio.
-No merecen tú presencia en ese espantoso lugar, no es un lugar digno de ti.
-Pero... Tal vez tú madre también quiera saber de tí, y te extrañe.
-Si, pero... Igual no quiero llevarte allá, sin mencionar que estamos muy lejos.
Ella solo sonrió, dulcemente. De inmediato Hans la tomó por la cintura, la cargó, no sin antes quitarle rápidamente los libros y sentarla frente a él en una de las barandillas del barco. Ella solo se quedó inmóvil a lo que el hacia, sin decirle nada el joven abrió un poco las piernas de la rubia y se ubicó en frente de ella.
-Luces muy hermosa...
Ella solo pudo sonreír nerviosamente.
El peli rojo la besó tiernamente, mientras acariciaba su espalda descubierta... Ella lo rodeó con los brazos y correspondió a ese beso.
-Creo que ya no siento tus huesos como antes... Luces tan hermosa y radiante. ¿Me dejas observarte?
-Todo el tiempo me observas...
-¿Lo notaste?
Ella solo asintió mientras lo miraba a los ojos.
-No puedo evitarlo... Eres tan perfecta, y me gusta verte.
-Jajaja estas exagerando... Solo soy yo.
-¿Solo tú?
Ambos se quedaron un momento mirandose a los ojos, sin decir absolutamente nada.
-Creo que te estas recuperando de a poco, no te he podido pesar, pero por lo que veo ya te sientes más confiada de usar ropa que no oculte tú cuerpo.
-¿Y eso te molesta?
-No... Me encanta. Tú cuerpo esta regresando a la normalidad y eso me alivia mucho. No quiero que mueras... Pensé que no lograría recuperar tú cuerpo.
- ¿Que puedo decir? Fuiste bastante paciente y muy perseverante en cuanto a mi recuperación, hiciste lo que hizo Gerda... Pero a tí si te funcionó. No lo entiendo.
-No quiero demeritar a Gerda, pero... Nadie te ama tanto como yo. Tal vez ella te quiere y así... Pero no te ama como te amo yo, y en verdad quiero que estés bien.
Elsa solo rió mientras negaba con la cabeza.
-Ella en verdad trató...
-Lo sé, pero tal vez el estar fuera de el palacio y de Arendelle también ayudó... Estabas en un ambiente en el que no te sentías segura. Un lugar donde tú ya no eras feliz.
-Puede ser... Tal vez sea eso.
Hans la besó una vez más, mientras acariciaba su espalda, ella estaba tan fría como siempre era agradable acariciarla en ese caluroso día. Bajó un poco más su mano hasta llegar a la espalda baja de la rubia, ella se pegó un poco más a él, ese beso se iba tornando demandante. El pelirojo se separó un poco de ella, observando con detalle los labios sonrojados, para recorrer con la mirada su delicado cuello, el cual besó delicadamente, fue plantando besos pequeños en esa zona, la pegaba cada vez más a él, sentía que ya no podía, pero por primera vez ella no lo alejó... Las piernas de la rubia rodeaban por completo la cintura del joven, ese vestido tan delgado los separaba, ella solo sintió un leve tirón en el amarre del vestido, para luego sentir la tela del corsé caer de su pecho.
-Hans... -Pidió ella-
-¿Uhmm?
-No... Por favor.
-... -Continuó con su labor en el cuello de la rubia-
Ella solo se quedó en silencio.
-Por favor -Pidió él- Me muero por estar contigo.
- Yo igual. -Respondió tratando de ocultar el deseo que la invadía-
-¿Que no te deja? - Pregunto el joven mientras se separaba un poco de ella para ver sus pechos desnudos- Luces muy hermosa, eres muy hermosa.
Ella solo tragó saliva... Tenía miedo de nuevo.
-Tus senos están más grandes, no se marcan tus costillas contra tú piel... Tu clavícula ya no es tán pronunciada como hace semanas.Luces tán apetitosa Elsa... Me duele que no veas en ti lo que yo veo. Y me frustra tenerte cerca y no poderte hacer el amor como antes. Me desespera que no tengas confianza en mi.
-No es eso... Sabes que no es eso.
-¿Entonces? No he estado con nadie desde la última vez que estuvimos juntos si eso es lo que te asusta.
-...
-Suspiró derrotado para luego alejarse de ella- Solo quiero que entiendas que... En verdad quiero a la mujer que dejé esa noche en Arendelle... La extraño, extraño su sonrisa, su forma de hacerme el hombre más feliz, y no sólo es por el sexo Elsa... En verdad lamento haberte herido y dañado tanto. Veo que por más que lo intento no logró hacerte volver. -Dijo con la voz quebrada- En verdad te extraño mucho. -Terminó de decir mientras acomodaba y cubría los pechos de la rubia dentro del vestido.
-Hans...
-No importa... -Le dió un beso en la frente- No te quiero obligar a hacer algo que no quieres.
-Si quiero... Pero.
-¿Pero?
-No quiero... No quiero volver a tener un susto como el de la última vez. No soportaría algo así. Tenía mucho miedo. No hay una forma segura de que no vuelva a pasar.
-Tienes razón... No puedo imaginar el miedo que sentiste, no puedo calcular cuanto miedo tuviste... Pero de pasar no te dejaría sola de nuevo. Permiteme ser el padre de tus hijos.
-No quiero niños. Solo te quiero a ti...
-Uhmm jajaja ¿solo me quieres a mi?
-Si... Solo te quiero a ti. No quiero nada más, a demás no se si quieres hacerme tu esposa.
-¿Quieres que te haga mi esposa? -Preguntó el con una sonrisa esperanzada-
-No.
-Jaja no te entiendo.
-Eso me abruma mucho.
-¿Que?
-Ser tu esposa.
El pelirojo sonrió de lado al escucharla.
- A mi no... Me encantaría que fueras mi esposa.
-¿En verdad quieres tenerme el resto de tu vida junto a tí?
El solo asintió.
-¿Es esto una propuesta de matrimonio? -Preguntó ella-
-No... No si tu no quieres.
-...
-Solo... Quiero que entiendas que eres lo más importante para mí, ¿ok? Y que nada... Absolutamente nada va a cambiar eso.
-¿Ni siquiera que tenga miedo?
-No... Ni siquiera eso.
Ella sonrió al oir eso, tomó la mano de el y lo atrajo hacia ella.
-Puedes hacer lo que quieras...
-No... No te sientes segura ni cómoda con eso.
-Me haz hecho sentir cómoda y bastante bien de otras formas.
El la miró a los ojos mientras captaba el mensaje.
Se acercó a ella y con cuidado la empezó a besar... Amaba tenerla así de nuevo acarició la espalda de la rubia para despacio soltar de nuevo el amarre del vestido.
-¿Estas segura?
-... - Ella solo asintió-
El pelirrojo dejó caer de nuevo la tela del corsé del vestido de ella, observando con detalle lo que tenía en frente... La rubia rodeo de nuevo la cintura de él con sus piernas mientras el joven besaba su cuello, la sostuvo con un brazo por la espalda mientras con su otra mano bajaba por los muslos de ella para luego subir su mano por las piernas debajo del vestido.
-Por favor... Hazlo.
El buscó con delicadeza la braga que lo separaba de su objetivo, al encontrar la tela tiró de ella hacia arriba.
-Ahhhh
-¿Te gusta?
-Si...
-Bien, debes decirme lo que te gusta y lo que no, y te pido que me digas si estoy siendo brusco contigo.
-Ajá. -Respondió ella con la voz temblorosa y llena de placer.
El joven continuó con su jugueteo debajo del vestido de la rubia, introdujo su mano dentro de la ropa interior de ella para acariciar su parte íntima, fue una caricia agradable... Ella sonrió complacida, mientras el bajaba por su pecho y besaba sus pezones de una forma delicada, succionó con rudeza uno de ellos haciéndola gemir.
-Ssssssss aaajj me gustaría que hicieras eso en el otro.
El pelirrojo no la hizo esperar, recordaba que esa era la parte más sensible de ella, sabía muy bien que eso la excitaba demasiado, succionó y mordió delicadamente el otro pezón.
-Aaaahhhhhhh más por favor... -Rogó ella-
El joven obedeció de inmediato a la rubia y realizó de nuevo lo que ella pedía... Paso su lengua sobre su seno mientras succionaba de nuevo, paso al otro seno y repitió la acción. Sentía como la intimidad de la rubia se humedecía más y más.
-Abre más las piernas por favor.
Ella de inmediato obedeció. El ex príncipe bajó de inmediato la tela que cubría la intimidad de la rubia para sin pensarlo introducir sus dedos en su parte íntima, mientras que con el pulgar estimulaba el clítoris de ella.
-Ahhhh no... Ayyy duele.
-¿Te duele?
-Si...
-No aprietes por favor, no quiero lastimarte. Solo relájate.
-Me esta doliendo.
-Éstas un poco cerrada.
Ella oculto su rostro en el cuello del joven.
Con cuidado el empezó un leve masaje en la intimidad de la rubia.
-Aaaahhhhhhh aaaah aaaahhhhhhh aaaauuu ajaja más.
-¿Más?
-Es agradable lo que haces.
El joven siguió masajeando la húmeda y tibia intimidad de la mujer, mientras ella respiraba en el cuello del pelirojo, su respiración era agitada y dificultosa.
-¿Estas bien? -Preguntó preocupado-
-Si... -Respondió con dificultad- No te detengas por favor. Me gusta mucho lo que estas haciendo.
Hans siguió haciendo lo que ella le pedía, no quería lastimarla, estimuló su parte íntima mientras ella gemía llena de placer.
-Más, más rápido... Y más fuerte.
-Elsa... No quiero lastimarte ni hacerte daño.
- No lo estas haciendo, en verdad me gusta lo que haces.
Él sentía mucho dolor en su entrepierna, su pantalón iba a explotar, al igual que ella. La rubia gemía más y más, él comenzó con un movimiento circular dentro de ella, para luego solo entrar y salir agresivamente,ella por instinto movía su pelvis al compás de los toqueteos del joven...
-Más... por favor más fuerte. -Imploraba ella- Más... Más... Más.
-Espera... no quiero lastimarte.
-No me estas lastimando, me estas haciendo algo maravilloso y no quiero que pares, hazlo con más fuerza y más rápido.
La rubia tenía sus piernas más que abiertas mientras el pelirojo intentaba darle más placer a ella.
-Uhmm se siente muy bien... Me gusta mucho lo que haces.
-Estas muy excitada.
-Hace mucho no sentía esto... Y me encanta volverlo a sentir contigo.
-Lo sé... No pensé en volverte a tener así nunca más.
-Uhmm no sabes cuanto te extrañé.
Hans la besó una vez más sin dejar de estímularla.
Jugueteo con el clítoris de la rubia, hasta que ella no pudo más y arqueó la espalda para finalmente dejarse ir. Abrazó a Hans tan fuerte, que no pudo evitar llorar de alegría.
-Me necesitas... Tu también me necesitas.
-No ángelito... Estoy bien.
Ella miró hacia abajo y vio la tensión en el pantalón de él... Hans saco su mano de debajo del vestido, no sin antes acariciar esa parte que extrañaba de ella...
-Te duele... -Comentó ella preocupada-
-No... Estoy bien mi amor.
-Se que les duele cuando no...
El la besó de inmediato para silenciarla.
-Dejame ayudarte. -Pidió ella-
-No ángel.
Hans sacó un pañuelo de su bolsillo, para después meter de nuevo su mano bajo el vestido de la rubia y limpiarla sin dejar de sostenerla en la baranda.
Ya limpia bajó de la baranda con ayuda de él... Lo observo un momento mientras el limpiaba con el pañuelo los fluidos de ella de su mano.
-Dejame ayudarte Hans, te podrías lastimar si no te ayudo.
Hans la miró a los ojos y se acercó a ella, tomó su mano y la llevó hacia el pantalón.
Elsa trato de quitar la correa que lo sostenía, para después ser detenida por él.
-Solo quería que tú estuvieras satisfecha.
-No es justo contigo.
El la miró con ternura y se agachó frente a ella para ponerle su ropa interior, subió las bragas de ella por sus piernas y acomodo su vestido, organizó la parte de arriba del corsé y ató el nudo para cubrir los pechos de la platinada.
-Me encantó volver a hacerte mía. -Dijo pegando su frente a la de ella-

Ella solo sonrió ante lo que el le dijo, Hans tomó los libros de nuevo y se los entregó a Elsa.
-Ya puedes leer estos libros... Son muy interesantes. Me encantaría que te quedaras aquí a mi lado mientras seguimos navegando. ¿Te parece?
Elsa solo asintió, estaba atónita por la tranquilidad y control que él tenía después de ese acto de placer que acaba ella de tener, un acto en el que solían disfrutar ambos ahora ella era la única que había sentido éso.

Holaaaa niñas!!
Estoy viva! Sin computadora aún pero viva. No saben como las extrañé este capítulo lo escribí directamente desde mi celular, fue difícil pero aquí está...
Aún no tengo PC pero... Pronto, espero que pronto, el escribir desde el celular es difícil, no digo que no pero ya era hora de hacer algo para no tenerlas tan abandonadas, ya me sentía mal por eso. De verdad, me sentía mal y tenía todas las ideas acumuladas en la cabeza y eso tampoco es muy bueno.
Como siempre espero que les haya gustado, que hayan disfrutado este capítulo, en realidad no tenía planeado el "lemmon" Para este capítulo pero sentía que se los debía por tanta demora, así que aquí está... En verdad agradezco la paciencia y el tomarse el tiempo de leer, no olviden votar, comentar e invitar a más gente a que lea esta historia eso me motiva muuuchisiiiimo más cuando Frozen ever after ya tiene más de 6.000 lecturas 🎉🎉🎉🎉🎉🙌 en verdad estoy muy agradecida con todas y todos los que se han tomado el tiempo de leer en verdad aprecio eso.
No siendo más me despido con un abrazo a todas y todos... Nos vemos en la próxima actualización. (Que no sé cuando será)
Byeeeeee
👋😊❄


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