Se encontraban juntos en su embarcación, habían salido desde muy temprano de Corona ya llevaban unas horas de nuevo en altamar. La situación entre los dos era tensa, ambos sabían muy bien que había algo pendiente por discutir, pero ninguno de los dos se había atrevido a decir nada, poco o nada habían hablado desde que se despidieron de la familia real de Corona.
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-Estamos muy agradecidos por su hospitalidad alteza. –Comentó la rubia a la reina Arianna-
-No es nada… Elsa. En verdad espero que encuentres lo que buscas en tu viaje, y que regreses pronto a tu reino, Arendelle es un lugar hermoso… Me recuerdas mucho a tu madre.
-¿Usted conoció a mi madre? –Preguntó ella emocionada-
-Si… Era una mujer noble y dulce como tú, las dos tienen un parecido impresionante.
La rubia solo sonrió a lo que la reina Arianna le dijo.
-Ordené a mi guardia real que cargara más provisiones para ustedes, el viaje es largo y no hay muchos puertos en los que se puedan detener. Se que les será de gran ayuda.
-Majestad… No debía hacerlo. –Dijo Hans-
-No es nada joven Hans, pediré al cielo que los cuide a ambos y puedan llegar a su destino sin ningún problema.
-Gracias alteza. –Agradeció la rubia-
Se alejó un poco de la reina y del pelirrojo quienes se quedaron hablando, para acercarse a la ojiverde y su prometido.
-Princesa, fue un honor conocerte… Eres bastante dulce. Me alegra mucho que estés de nuevo en tu verdadero hogar.
-Gracias su majestad, espero que puedas encontrar la tranquilidad que necesitas.
-Gracias… -Miró al príncipe Eugeene- Príncipe, fue un placer haberlo conocido.
-Alteza, el placer fue mío.
El príncipe se acercó un poco a ella y casi en secreto le dijo.
-No olvide lo que le comenté… En verdad él haría todo por usted.
Elsa solo asintió.
-Buen viento y buena mar reina Elsa. –Escuchó decir al rey de Corona-
-Rey Frederic, fue un honor conocerlo…
-Igual para mi reina Elsa.
-Gracias a todos.
Sin más ambos subieron a la embarcación para continuar con su viaje.
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Llevaba ya un rato sola en el camarote organizando todo de vuelta en su respectivo lugar, la estadía en Corona fue corta pero bastante gratificante, desde siempre había querido visitar ese reino, cuando era a penas una niña su padre le contaba a cerca de ese lugar, le contó que los reyes de este reino siempre en los cumpleaños de la princesa lanzaban linternas flotantes para que ella pronto regresara, sin embargo el reino siempre celebraba ese día como si ella aún estuviera en el. Fue casi un sueño hecho realidad poder presenciar esa celebración tan llena de vida, magia y color.
Habían pasado ya varías horas y ambos seguían sin decirse mucho, la platinada intentó que esa incomoda situación no le afectara, no les convenía enojarse entre los dos, no se tenían más que ellos mismos. Hans en realidad no estaba molesto con ella, solo que no sabía como acercarse, había notado algo extraño en ella al estar en Corona y sintió miedo el solo tratar de tocar el tema… Quería en verdad hablar con ella pero no se sentía seguro, no quería incomodarla ni mucho menos presionarla.
La noche llegó y muy callados los dos comieron juntos la cena que ella preparó, evitaban mirarse el uno al otro, la situación era insoportable para ambos. Sin embargo alguien tenía que decir algo, no podían seguir así y sin más el pelirrojo tuvo que romper esa barrera de hielo que ella había interpuesto.
-Esta delicioso.
-Gracias.
Hans la observó por un momento y pudo notarla algo triste.
-¿Te pasa algo?
-No. –Contesto de inmediato, con una voz suave-
-No parece… Desde ayer en la noche estas muy callada, y siento que hay algo que te molesta.
Ella alzó la mirada para fijar sus ojos en los de él.
-No me pasa nada… -Dijo tranquilamente-
-Bien.
De nuevo el silencio incomodo, Hans odiaba que eso pasara, sabía que algo estaba pasándole pero esta vez ella era tan hermética que prefirió no seguir insistiendo.
A la hora de ir a dormir ella como era de costumbre se encerró un momento en el baño para ponerse su camisón, él había notado eso desde que salieron de Arendelle… Notó que ella ya no le permitía estar ahí con ella mientras se vestía, cosa que no pasaba antes de que el se fuera por culpa de Anna, las mil veces que estuvieron juntos ella le permitía verla desnuda, se sentía cómoda con su presencia así ella no estuviera vestida, era algo que a el le fascinaba, no solo por que podía ver ese cuerpo perfecto que lo volvía loco sino por que para él eso era una muestra de confianza y seguridad por parte de ella. –Definitivamente algo no esta bien- pensó, decidió esperar un momento y hablar seriamente con ella. Al salir la rubia del baño el se quedo observándola un momento.
-Ya puedes entrar…-Dijo ella suavemente, parecía que no quería que él la escuchara, su voz era queda y sin ánimos-
-Gracias, pero… No. Necesitamos hablar muy seriamente tú y yo. –Dijo con un tono firme y decidido-
Elsa lo miró confundida y extrañada, vio como el se puso de pie pues estaba sentado en la pequeña cama esperándola, se acerco a ella y la tomó delicadamente de la mano, para guiarla de nuevo hacía la cama. Se sentó e hizo que ella se sentara junto a él.
-Se que ya me dijiste que no te pasa nada… Pero. Tú no eres así ángel, estas muy distraída, muy callada y siento que estas molesta por algo. Quiero que seamos sinceros con lo que sentimos, o con lo que nos esta pasando. Odio que estemos así, y se que no es una pelea, pero… Elsa, este viaje esta a penas empezando y no quiero que estemos todo el tiempo así, no es sano. Quiero que me digas que pasa…
Ella solo se quedó escuchándolo con atención, no quería o mejor… No se sentía lista para decirle que pasaba.
-No pasa nada, en serio… Solo… Estoy algo cansada.
El pelirrojo se quedó observándola un momento, no iba a permitir que le dijera lo mismo de nuevo cuando el sabía que si había algo.
-Ok… ¿Entiendes que es un largo camino hasta Sudamérica?
-Si. –Ella asintió-
-Bien, y entiendes que no te voy a parar de preguntar ¿Qué pasa?
Ella solo se quedó en silencio…
-Hans, en verdad quiero dormir.
-No. –La interrumpió- Deja de evadirme.
-No te estoy evadiendo.
-Si me evades… Creo saber que pasa, y la verdad quiero primero que tú me lo digas antes de que yo te diga lo que pienso, por que se que no te va a gustar lo que te voy a decir, y en verdad, en verdad no quiero pelear contigo por lo que te vaya a decir. Así que… Sería bueno que me dijeras que pasa.
-Nada…
Hans cerró los ojos exasperado, odiaba que ella hiciera eso… Que se cerrara así ante él.
-Bien. Te diré que pienso o que creo que esta pasando. –Se quedó un momento en silencio tratando de ordenar sus ideas y sus palabras- Creo y es entendible que no me quieras tener cerca.
-No es eso. –Interrumpió ella de inmediato-
-¿Entonces? –Preguntó en tono molesto y exasperado.- No me dejas acercarme a ti, me muero de ganas por…
-¿Por qué? –Preguntó ella sin dejarlo terminar- ¿Quieres sexo? –Preguntó en tono acusatorio-
-No… Tú sabes que no solo es eso. Tú y yo no lo vemos así. Desde que salimos de Arendelle estas muy extraña, entiendo que pasó un poco más de un año y es difícil que te sientas cómoda, pero si crees que en ese tiempo estuve con alguien más pues no… No estuve con nadie, por que me sentía la peor persona del mundo al haberme ido sin darte una explicación, estaba bastante herido y no quería siquiera seguir vivo.
Ella solo se quedó en silencio mirándolo mientras evitaba que las lágrimas salieran de sus ojos…
- Fue la peor experiencia de mi vida, y en verdad fue horrible.
-¿Y donde quedo yo? No me has preguntado que me pasó cuando te fuiste.
-Sé lo que pasó…
-No, no sabes todo.
Hans la miró confundido…
-Cuando te fuiste… -Se quedó en silencio un momento tratando de no llorar para poder hablar- Fue… Fue horrible Hans. Yo… No entendía que pasaba, no sabía que hacer. Estaba tan dolida, tan triste y tan frustrada que no noté muchas cosas.
El solo la escuchaba hablar, eso era lo que quería, Escucharla…
-Caí en una depresión horrible, cuando llegue a la que solía ser tu habitación y vi esa carta sobre tu cama, pensé en muchas cosas, pero no se me pasó siquiera por la cabeza que al leerla mi mundo se iba a derrumbar así. La leí y sentí que mi corazón se rompió en mil pedazos, tú solo sabes que Anna me contó todo lo que hizo tiempo después de que pasó, pero no tienes ni idea lo que ocurrió en el transcurso de ese año Hans.
El pelirrojo solo se quedó observándola un momento… Se veía bastante afectada de solo recordar, la vio romperse en frente de él.
-Lloré mucho esa noche, es todo lo que recuerdo… A la mañana siguiente me desperté en tu habitación, estaba completamente congelada y los recuerdos me invadieron de nuevo. Seguí llorando, estaba desconsolada… Entré en pánico y… Ya sabes lo que suele suceder cuando entro en pánico.
Hans solo asintió, recordando los ataques que le daban al entrar en pánico.
-Estaba tan mal… Pensé que moriría en ese momento por que no estabas tú para ayudarme… Como pude me tranquilice y después de eso solo pude encerrar mi dolor para no afectar a nadie, mi princesita acababa de nacer y si yo desataba de nuevo el invierno eterno ella no lo iba a soportar, era una bebé muy pequeña… Tampoco mi gente tenía la culpa de lo que estaba pasando, sin más encerré el dolor en mi corazón, así me convencí a mi misma de que podía seguir con mi vida, sin extrañarte, como si nada hubiera pasado.
Seguía escuchándola con mucha atención.
-Pasaron los días y yo… Me sentía peor, no dejaba de estar triste por más que quisiera, no dejaba de llorar cada noche en mi habitación, me forcé a no sentir nada, pero el dolor era mucho más grande que yo. No dormía, no comía, estaba completamente fuera de mi misma, los días pasaban y el dolor no se iba, al contrario era cada día más insoportable. Toda mi vida se detuvo por más que quisiera seguir, traté de distraerme con mi reino, mi trabajo me mantenía ocupada, pero aún así no dejaba de dolerme… Pasó el tiempo y veía que… -Rompió en llanto- Estaba desapareciendo…
-¿Qué?
-Si… Estaba enferma, todo el mundo decía que me veían muy delgada pero… Yo no lo notaba, el dolor no me dejaba ver lo que me estaba pasando, algunas veces no notaba lo que pasaba a mi alrededor, estaba completamente ida de mi realidad, no noté que…
-Ángel…
-No noté que mi periodo no había llegado al menos por tres meses… Y pensé lo peor.
Hans solo se quedó escuchándola…
-Estaba embarazada.
Él de inmediato palideció sin escuchar el resto, mientras recordaba las noches que pasó con ella antes de irse de Arendelle.
-Fue lo primero que pensé… Y… Me sentí peor de lo que ya estaba, tú no estabas y yo tenía que afrontar todo sola. Pasé noches enteras llorando sin decirle a nadie lo que me estaba pasando, tenía miedo… Estaba muy asustada y no sabía que hacer. Un bebé era demasiado en mi situación, un bebé sin un padre que nos cuidara, estaba tan llena de miedo y de rabia contigo, te odie tanto en ese momento Hans.
El pelirrojo rompió en llanto al escucharla… No podía creer lo que oía.
-Pensé mil cosas horribles, no quería a ese bebé y…
-Nooo…
-Se me ocurrió algo… Algo horrible…
-No, dime que… -Dijo él con la voz quebrada y temblorosa-
-No… Gerda se dio cuenta de todo… Ella ya lo había notado, sin embargo yo no sabía como asegurarme de que fuera cierto, solo era una sospecha pero yo estaba decidida a… Acabar con todo, no me importó ponerme en riesgo, total ya nada más me podía pasar, estaba enferma, estaba desapareciendo, yo creía que eso hubiera sido lo mejor, desaparecer completamente.
Hans no podía dejar de llorar al escucharla.
-Gerda me ayudó por que ella notó o bueno… Todo el mundo notó que estaba mal, pero solo ella tuvo el valor de enfrentarme y hacer algo al respecto… Anna estaba tan ocupada con Idunna que solo algunas veces me preguntó si estaba bien, y una que otra vez me reprochó mi estado. Pero nadie más que Gerda se tomó la molestia de escucharme y de ayudarme.
Con ternura la platinada acarició el pelo del joven quien estaba con su cabeza recostada en las piernas de ella llorando.
-No estaba embarazada…
Hans levantó la cabeza y la miró…
-¿No?
-No… Gerda con su magnifica forma de conseguir lo que quiere pudo conseguir con el medico real una prueba de embarazo, yo no tenía ni idea de como se hacía… Así como no tenía ni la más mínima idea de que cuando ustedes están… Ya sabes, cuando están… Uhmm.
Él la miró confundido.
-Tu no me dijiste que antes de terminar mientras estábamos juntos tu… Expedías un líquido que me podía dejar embarazada en cualquier momento.
-Creí que lo sabías…
-No… Hans, hay muchas cosas que no sabes, que no te he dicho y una de esas es que mis padres nunca me permitieron saber esas cosas, yo no tenía ni idea que eso podía pasar, por eso te permitía hacer lo que quisieras, por que pensaba que con que te retiraras antes no iba a quedar embarazada.
El pelirrojo se sintió terrible, ella pasó por todo eso por su culpa…
-Solo cuando vi la prueba y Gerda me dijo que no estaba embarazada sentí un alivio enorme… Pero había algo más, si mi periodo no me había llegado en meses y no estaba embarazada, algo estaba mal conmigo misma y Gerda me hizo prometerle que dejaría que el medico real me revisara… Cuando me revisó él se asustó mucho por que, yo estaba muriendo, estaba tan delgada y tan enferma-
Seguía escuchándola hablar.
-El dictaminó que tenía un serio cuadro de depresión, y bueno por eso tal vez mi periodo no había regresado, por la falta de sueño y de apetito… Gerda cuido de mí hasta que un día regresó… Y fue horrible, dure muchos días enferma y sangrando indiscriminadamente, me debilité demasiado, incluso pensé que moriría desangrada… Gracias al cielo ella no me abandonó, y de a pocos me fui levantando. No dejaba de extrañarte, no paraba de pensar en ti, tu ausencia se hizo tan constante que era normal estar callada y triste, era normal estar en silencio solo observando y pensando en muchas cosas, y así de a pocos me fui levantando de nuevo, había días buenos en los que me despertaba bien, por que la noche anterior me habían medicado para poder dormir, el medico me recetó algunos somníferos para que pudiera descansar, y estaba medianamente bien.
Le dolía escucharla hablar, no sabía cuanto daño le había causado.
-Como había días en los que solo quería estar acostada llorando, o días en los que me decía a mi misma que todo iba a estar bien y trataba de darme ánimos… Solo que a veces no resultaba como yo quería. Siempre estabas en mi mente, no sabía si estabas bien, si estabas muerto, si volverías… Hasta que hubo un punto en el que dejó de importarme y solo me convertí en una mujer mucho más precavida, no permitía que nadie me hiciera compañía, disfrutaba estar sola… Pero eso tampoco era muy sano, algunas noches lloraba dormida y la pobre Gerda tenía que lidiar conmigo y tranquilizarme. Estaba tan rota Hans, que mis únicas sonrisas sinceras y verdaderas las obtenía mi pequeña sobrina, ella era la única que me hacía sonreír… Su dulzura e inocencia hizo más llevadero todo.
-Suspiró- No tenía idea de todo esto… Yo, lo lamento mucho mi ángel.
-Uhmm no tenías por que saberlo, de hecho yo no quería decirte nada… Solo que… Insististe tanto cuando en verdad eso no es lo que me tiene así, sé que quieres estar conmigo, y yo en verdad, me muero de ganas, pero… No.
-No, si no te sientes cómoda con eso. Lo entiendo.
-No, no es eso.
Despacio y lentamente ella empezó a desabrochar los botones de su camisón azul cielo, en verdad decirle todo eso la había ayudado y sentía que era más fácil para el entender lo que estaba pasando en realidad, algo dudosa y triste empezó a bajar la tela por su cuerpo, quedando completamente expuesta…
Hans solo se quedó observándola mientras ella seguía con su tarea… Cuando la vio completamente desnuda quedó impactado… Escuchó un sollozo, su mirada decayó con lágrimas en los ojos. Ella era incapaz de levantar la mirada.
-Elsa… -Dijo asustado y triste por lo que veía-
Sintió su corazón romperse al verla así, sus huesos aún se marcaban en su piel, observó con detenimiento ese cuerpo frágil y delicado que estaba en frente suyo y entendió todo de inmediato.
-No quería que me vieras así… Desde hace mucho dejé de sentirme linda… Estoy, estoy horrible y no quería…
-Shh-Dijo abrazándola- No, no pasa nada mi amor, no digas eso… No eres horrible, no estas horrible… No lo vuelvas a decir.
Ella solo pudo llorar en su pecho, él sintió que era la peor persona del mundo. ¿Cómo pudo destruirla así?
-No he podido recuperar peso, por más que lo intento, Gerda hizo hasta lo imposible pero… No sé que pasa.
Prefirió no decirle nada más, con cuidado y delicadamente se alejó de ella para besarla.
-No debes decir nada más mi ángel, vas a estar bien.
Elsa solo lo miró a los ojos antes de recibir otro tierno beso, el con cuidado la recostó en la cama así tal cual como estaba y despacio empezó a besar cada parte de ese cuerpo débil y delicado. Empezó por la clavícula para después seguir por su pecho, se detuvo un momento y con tristeza la miró a los ojos, se veía tan frágil. Tomó su mano y la besó, observó sus pequeños pechos que eran mucho más pequeños de lo que él recordaba con cuidado con el dorso de sus dedos acarició uno de sus senos mientras la miraba, ella solo tragó saliva para luego sentir un beso suave por donde el acababa de acariciar. Miró las costillas que se marcaban en la piel de ella para luego besar esas marcas pronunciadas, así bajó hasta su abdomen, donde se detuvo un momento a pensar en el susto de ella al pensar que estaba embarazada… Miró su vientre y con delicadeza lo acarició, se incorporó de nuevo y mirándola a los ojos.
-Prometo que vas a estar bien, yo mismo te voy a ayudar a que te recuperes… No sé como, pero te prometo que volverás a ser la misma de antes.
Ella solo se quedó en silencio mirándolo fijamente… Sonrió.
Hans la ayudó a sentarse para de nuevo colocar el camisón y abrocharlo.
-Es hora de descansar ángel…
La acomodó en la cama, la cubrió delicadamente para arrodillarse junto a ella.
-¿No vas a dormir aquí?
-No… Quiero que descanses cómoda, es parte de tu recuperación.
-Jmm no voy a dormir cómoda si tú no duermes aquí conmigo.
-No mi ángel, te necesito sana… Quiero que a partir de mañana empecemos con tu recuperación. Te prometo que no voy a descansar hasta que estés bien y recuperes tu peso normal.
-Uhmm –Sonrió de lado- ok.
-Ahora solo, duerme… Yo me quedaré junto a ti para cuidarte y vigilar que duermas bien. –Dijo acariciando un mechón de su cabello.
En verdad se sentía terrible al verla tan delicada y frágil, no se imaginó nunca por lo que ella tuvo que pasar. –Un hijo- Pensó, agradecía que no fuera así por que en el estado que en ese entonces ella se encontraba sería terrible tener que lidiar con un embarazo, o peor afrontar la perdida de ese bebé por que en el estado en el que estaba era seguro que esa criatura no habría podido sobrevivir.
Solo se quedó ahí mirándola mientras la acariciaba, ella se veía mucho más tranquila, se reprendió mentalmente por haberla presionado para que estuvieran juntos, ahora entendía mucho mejor por que ese rechazo constate – Que egoísta fui- No para de reprocharse su actuar, era obvio lo que pasaba pero sus instintos lo traicionaban al tenerla cerca, ella era todo para él como se lo había dicho al príncipe Eugeene pero se sentía como una bestia al no haber notado algo así, quería que su todo se sintiera mucho mejor y de ahora en adelante ese iba a ser su deber, se lo debía a ella, debía compensarla por todo lo que tuvo que pasar, ayudarla más que nunca a recuperar lo que ella solía ser, tanto físicamente como emocionalmente… Se acomodó un poco mejor en el suelo para acurrucarse junto a ella dejando solo un brazo y su cabeza sobre la cama mientras que con la otra mano sostenía la de ella, la observó dormir tranquila hasta el también conciliar el sueño.Hola niñas!!
Aquí una actualización más, espero que les haya gustado, fue algo triste pero ni modo Hans se tenía que enterar para entender que estaba pasando con Elsa.
Mis niñas no olviden comentar,votar e invitar a más gente a que lea esta historia, ya saben que eso me motiva mucho a seguir escribiendo, agradecería si comparten el link de la historia con las personas que sigan o que las siguen, no siendo más me despido no sin antes agradecerles el tiempo que se toman para leer. Un abrazo y nos leemos la próxima actualización byeeeeeee
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