Ya de vuelta en el mar, más unidos que antes continuaban con su viaje... Salieron de la isla siendo una pareja completamente diferente de la que llegó, todas sus dudas y miedos se habían ido por completo, tal vez fueron las aventuras que vivieron en ese lugar las que los unieron. O el hecho de haber estado de nuevo juntos lo que no sólo los había unido más, sino los había realizado y hecho madurar un poco más.
Sentada en la proa, recargada contra el barandal, observaba el enorme mar... Nunca se había detenido a ver en la inmensidad en la que estaban navegando, observaba con atención cada pequeña ola, cada pequeño pez que se podía ver si solo prestaba un poco de atención en ese mar azul, el cielo cubierto con nubes blancas y el sol que golpeaba fuertemente la embarcación... El viento que acariciaba su cuerpo, su rostro y su cabello platinado. Un suspiro lleno de paz, abandonó sus pulmones, observó la pulsera de oro que Hans le había regalado, sus ojos azules se posaron sobre ella, mientras con la punta de sus dedos jugaba delicadamente con los dos pequeños dijes , sonrió... Ella jamás había tenido una bitácora de viaje, de hecho nunca se había imaginado salir de su habitación y de su despacho... Ahora tenía algo que probaba que había tomado la mejor decisión de su vida, algo que mostraba un recorrido que jamás en su vida pensó hacer, moría de ganas por saber que nuevas cosas conocería, que nuevas aventuras viviría, que nuevos pequeños dijes Hans colocaría en su pulsera, una pulsera que iba a guardar como si de el más preciado tesoro se tratara, algo que enseñarle a Idunna en cuanto regresaran a Arendelle -¿Regresar a Arendelle? No... Definitivamente no- Se dijo a si misma mentalmente, la sola idea de volver a pisar su Reino la llenaba de temor, estar ahí de nuevo era algo que definitivamente no quería,por más que extrañara a su sobrina definitivamente no.
La sola idea de perderse una nueva aventura por estar encerrada gobernando su Reino, la hacia sentir tristeza... No quería cambiar lo que ahora tenía, su libertad...
Era tan feliz y dichosa junto a Hans, pocas cosas extrañaba de su Palacio, extrañaba ver los fiordos cada mañana desde su ventana, extrañaba su cómoda cama, sus vestidos elegantes, su biblioteca personal... Extrañaba ver las casas de su Reino desde el balcón, cada habitante de Arendelle que la saludaba con respeto y admiración a su paso, extrañaba a Olaf, a Gerda cada mañana llevándole su té, a Kai que cuidaba de ella como si de su hija se tratara, a Kristoff y a Sven... Cada persona que que ella había querido estaba ahí, pero ahora era ella sola con Hans, y era lo único que necesitaba, después de haberla pasado tan mal.
Se alejó de la baranda y se dirigió hacia donde se encontraba Hans, había fijado el curso de la embarcación hace un momento y se había dispuesto a ejercitarse, como lo hacia desde que que tenía doce años... Ella amaba verlo así, solo tenía un pantalón puesto, su torso expuesto al sol, su piel brillaba ante ella... Lucía tan varonil y sensual. Cada movimiento que el hacia era un deleite para ella,veía todo su cuerpo trabajar, cada músculo... -Suspiró fascinada- Sus ojos estaban tan clavados en el que no noto que mordía su labio inferior, mientras él le hablaba.
-Ángel...
-¿Ahh? ¿Que? Emm perdón ¿Me decías algo?
Hans sonrió al verla tan embobada... No era normal en ella perderse así, pero era una satisfacción para él verla tan llena de deseo por él.
-Te preguntaba si quieres hacer algo.
-¿Algo? ¿Como que? Te estabas ejercitando...
-Y tú estabas mirando...
Elsa de inmediato se sonrojó y sonrió apenada.
-No debería darte pena, a mi me gusta.
-Me gusta verte así... Te ves... Uhmm
El pelirrojo sonrió.
-¿Guapo? ¿Irresistible?
-Si...
-Tu también luces apetecible. -Le dijo mientras la sentaba en un barril de madera y se ubicaba entre sus piernas -
-¿Si?
-Bastante -Respondió mientras deslizaba sus manos de bajo del vestido, y con cuidado acariciaba sus muslos- oye... ¿No tienes ropa interior puesta? -Preguntó sorprendido -
-Uhmm Uhm -Respondió la rubia más que sonrojada mientras sonreía apenada-
-Oh... Uhmm entiendo.
Sin decir nada más, procedió a besarla tan apasionadamente que no le dió tiempo si quiera de decir nada.
Las noches anteriores después de salir de aquella isla habían sido noches llenas de ternura y placer, habían recuperado esa parte de ellos, eso que habían ansiado tanto.
Hans estaba tan fascinado por volver a tenerla así...
-¿Quieres que entre?
-Uhmmm si.
Él de inmediato desabrochó el pantalón, la acomodó mejor a ella y sin decir nada entró en ella.
-Aaaa Ahh
Esos gemidos lo volvían loco... Sus embestidas dentro de la platinada eran rápidas y fuertes, tal y como a ella le gustaban.
Amaba escuchar su respiración agitada y dificultosa por los movimientos que el ejercía dentro de ella, cada abrazo, cada caricia, cada beso era la más pura muestra de amor que se expresaban, adoraba oírla gemir con timidez... Entraba y salía de ella cuidando no terminar dentro, eso definitivamente cada vez se volvía una tarea difícil, ella inspiraba todo en el, amor, dulzura, ternura, lujuria... Era todo lo que él necesitaba para mantenerse vivo, cada mirada de esos ojos azules, cada sonrisa y cada caricia lo llenaba por completo. Era todo para el, por eso en cada acto evitaba a toda costa llegar dentro, ella ya había tomado una decisión y era confiar en el, no quería arruinar ese voto de confianza, sería causarle preocupaciones a ella.
Estaba cada día que pasaba más y más enamorada de él, recibía gustosa y feliz cada embestida, la llenaba de jubiló y placer estar con él.
-Más! Más por favor...
Hans de inmediato aumentó la velocidad de sus estocadas.
-Aquí podemos gritar y hacer lo que queramos, estamos solos en medio de todo este mar mi Ángel.
Ella solo lo abrazó más... El por su parte se alejó un momento de ella, sin poner pausa a lo que hacía y de inmediato quitó el vestido de la joven sin decir nada, era un deleite tenerla ahí completamente desnuda al aire libre, con el sol golpeándolos por completo, el viento acariciando sus cuerpos unidos, observó sus pechos tan perfectos y brillantes bajo el sol, se inclinó un poco y procedió a besarlos, lamerlos y succionar cada uno de ellos como si de ahí saliera el más delicioso y dulce néctar.
-Aaaah aahhhhhhhhh más...
Obedientemente mordió uno de los pezones de la rubia, estirandolo cuidadosamente, para después soltarlo y volver a hacer lo mismo una y otra vez.
-Me... Me gusta que hagas eso.
-Lo sé... Se muy bien lo que te gusta.
Con su otra mano acarició suavemente su otro seno, su piel tal helada y suave era maravilloso sentirla bajo ese sol tan inclemente, era como un oasis en el desierto.
-¿Te digo algo?
-Ajá -Respondió ella mientras recibia feliz y dichosa las atenciones del pelirrijo-
-Uhmm no... Mejor no.
-Uh aaaayy aj aj sssss ¿Por que no me dices?
-Nooo, es una tontería.
-Aa ahhhh más fuerte... -Pidió ella, dejando en el olvido lo que quería decirle él-
Hans de inmediato obedeció y acomodandola mejor, la tomó de las caderas para embestirla mucho más fuerte...
-Aaaaaah ahhhh aaaajaaaa aaah que bien se siente.
-Uhmm aaagthh te amo.
-Yo a ti...
Se besaron tan tierna y apasionadamente que sin más la rubia se liberó, sobre él, arqueando su espalda y abrazando ese cuerpo que despertaba sus más bajos instintos, recosto su cabeza en el hombro derecho de el y solo se quedó ahí... Hans la abrazada tan fuerte que por un momento sintió miedo de lastimarla o aplastarla evitaba con todas sus fuerzas liberarse dentro de ella...
Elsa se separó un momento de él con sus ojos llorosos y sus mejillas enrojecidas, pego su frente a la de él y lo besó. La respiración de ambos era agitada, difícil de controlar, las palabras sobraban.
-¿Te ayudó? -Preguntó ella tiernamente-
-No mi Ángel. -Respondió él mientras salía de ella con cuidado-
La rubia se quedó un momento con la cabeza agachada mirando ese prominente eje que acababa de abandonar su cuerpo, estaba tan erecto, sabía muy bien que significaba eso... Se sintió terrible, ella siempre terminaba tan satisfecha y llena de jubilo en cambio él tenía que detener a su cuerpo para complacerla a ella sin recibir nada a cambio, ni siquiera lo misma satisfacción que ella sentía.
-Uhmm no es sano que sigas haciendo eso... Te puedes lastimar, sé que te duele.
-Ammmm voy a estar bien preciosa.
-No es justo. -Dijo ella bajando del barril, para después arrodillarse frente a él-
-Noo... Levántate.
-Dejame ayudarte, no puedes seguir así. Es peligroso...
De inmediato Hans se agachó frente a ella.
-Nooo, no debes hacerlo, no quiero que lo hagas.
La platinada se quedó mirandolo a los ojos.
-¿Te da miedo?
-No, solo... No quiero que lo hagas.
-¿Por que?
- No es digno de ti...
-Pues no me importa, tú no puedes seguir así...
Hans la observó un instante antes de que se le ocurriera una idea.
-Ya sé... Ven Ponte de pie.
Ella de inmediato obedeció, al estar de pie frente a él, lo besó... Ese beso desató un nuevo huracán de emociónes en ellos dos, despacio y con cuidado Hans guió su mano derecha entre las piernas de la rubia, ella captó el mensaje al simple tacto y las abrió para darle paso a él, empezó con un ligero masaje que hizo a la joven estremecerse aprovechando las sensaciones que la invadían,el pelirrojo tomó la mano derecha de ella con su otra mano libre guiándola hacia su eje, ella solo se quedo observando como el le ayudaba a envolverlo a él en su delicada mano para acto seguido enseñarle a ella lo que debía hacer, subía y bajaba su mano guiando la de ella y a la vez disfrutando el movimiento en su miembro.
-Ummmm asiii vas muy bien. -Le decía mientras dentro de ella el también hacia su trabajo con sus dedos, su respiración aumentaba de intensidad, al igual que los movimientos ascendentes y descendentes que ella le regalaba.
-No pares. -Dijo ella más que emocionada y complacida por lo que el hacia.-
-Tú tampoco pares, lo estas haciendo muy muy bien. -Le pidió mientras soltaba la mano de ella.
Los movimientos eran embriagantes, de parte y parte... Ella se recosto de frente en el brazo de del pelirrojo todo su cuerpo desnudo estaba recorrido por el fuerte brazo de el, sus pechos se rozaban delicadamente en el pecho masculino que tenía al frente y eso la excitaba más.
-Aaaah aaaah aaaaaajjjjjj más. -Pidió ella, sintiendo cada movimiento dactilar dentro de si misma, lo que el hacia era agradable, por instinto empezó a mover sus caderas quedando al compás de los ires y venires en su parte íntima, sin descuidar su masaje a el ella estaba más que complacida.
La sentía temblar, sus piernas parecían de goma, estaba tan excitada que el ya sabía en que momento explotaría, lo harían juntos, él tampoco aguantaba más y es que ese movimiento que sentia en su miembro viril lo estaba volviendo loco, ella lo hacia de una forma delicada al tácto, tan fuerte y rápido a la vez en cada subir y bajar que antes de liberarse la besó, provocando en ella el máximo punto de catarsis para al igual que él solo dejarse ir...
El tiempo se detuvo para ambos en ese momento, estaban en la cubierta del barco, completamente desnudos, con la mano del otro en sus partes íntimas, al aire libre, completamente complacidos y satisfechos.
Nunca en su vida se le ocurrió estar así en un lugar al aire libre, su madre siempre le decía que ese "tipo de cosas" se hacían en secreto y en un lugar privado, evitando hacer el menor ruido posible... Pero Hans le había enseñado nuevas experiencias y maneras más excitantes de hacer ese "tipo de cosas" eran formas más divertidas, emocionantes, y libres de disfrutar su vida sexual. De ser quien ella realmente es, era feliz de poder hacer cosas "incorrectas" cosas que ella jamás se atrevería a hacer en Arendelelle portando su corona...
Hans se agachó a buscar su pañuelo en el pantalón lo sacó, tomó la mano delicada de ella y procedió a limpiarla, lo hacía con tanta delicadeza, mientras ella solo lo miraba.
-Te amo demasiado... -Le dijo ella-
Hans la beso de inmediato tan tiernamente, que le arrancó un suspiro.
-Y yo a ti Ángel... Más de lo que te imaginas.
-¿De verdad?
-Si. -Le dijo limpiandose el - Más que a nadie y más que a nada.
-¿Más que a tu madre? No lo creo.
-Uhmm a ella no la voy a volver a ver nunca,así que... Tal vez si, te quiero más que a ella por que eres todo lo que tengo.
Elsa sonrió algo triste al oírlo decir eso.
-Bien... Creo que debemos bañarnos. -Le dijo observando ese delicado cuerpo por un momento, para despues mirarse a si mismo.
-Si... Sería bueno, nunca habíamos terminado así de...
-¿Sucios?
-Húmedos. - Aclaró ella-
-No me molesta... ¿A ti si?
-Noo, me gusta.... Por que eres tú.
Hans la tomó de la mano para guiarla al camarote y al baño... Al llegar, llenó la modesta bañera con agua y con cuidado ingresó el para después ayudarla a ella a entrar... Era tan agradable estar así, estaban más que acostumbrados el uno al otro, pero compartir cosas tan íntimas y tan simples como estas era algo excepcional, un baño juntos era tan agradable como dormir o cenar juntos. Enjabonar el cuerpo del otro era la muestra de confianza más íntima y pura.
-Amo esto. -Dijo Elsa al estar recostada en el pecho de Hans mientras descansaban dentro de la bañera-
-Yo igual mi Ángel... Estar así es todo lo que está bien.
-Lo sé... Oye... Tu querias decirme algo hace un momento.
-Uhmm ya no importa.
-¿Seguro?
-Si... Era una tontería.
-Jejeje esta bien.
No había nada más que decir, estaban en el mejor momento de sus vidas.Mis niñas preciosas aquí les dejo este capítulo para que lo disfruten, espero que les haya gustado que las haya conmovido y de más.
No olviden comentar, votar e invitar a más gente a que lea esta historia ya que eso me motiva mucho a seguir escribiendo. (Así sea en la tablet y me de túnel del Carpio) pero no importa. Espero leer sus comentarios y quiero agradecer su paciencia. Espero leerlas pronto tal vez en un siguiente capítulo... Un abrazo a todas.Byeeeeeeeee 👋😀❄
Gracias por tomarse el tiempo de leer.