CAPÍTULO XIII

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Mi madre pidío hablar conmigo bien temprano por la mañana.

-¿Vas a poner un almacén?
-No.
-¿Entonces por qué tu cuarto esta lleno de comida?
-Son reservas

Silencio

-¿Alguna otra persona?
-El portero me dijo que además guardastes veinte cajas en el sótano.
-Si, no entraba todo en mi cuarto.
-Él pensó que estaban llenas de pornografía o drogas, por eso abrió.
-Se debe haber ilusionado.
-Supongo que sí. ¿Me podéa explicar para qué necesitás tanta comida?
-Ya te dije, reservas, por cualquier cosa, siempre vienen bien.
-En fin, en realidas quería hablar con vos pero de otro tema.
-¿Qué pasa?
-Es algo muy raro...
-Contame...
-Me están persiguiendo.
-¿Qué? 
-Como eacuchastes, alguien me está persiguiendo.
-¿Quién?
-Un chico.
-¿Qué chico?
-Un chico de acá del barrio.
-¿Pero por qué?
-¡Y yo qué sé! Querrá secuestrarme...
-¿Secuestrarte?
-Y sí... o si no, robarme...no sé... quizás es un degenerado...
-¡Mamá!
-¡Estoy preocupada! Puede pasarme cualquier cosa...
-Entonces llamemos a la policía...
-Es que no lo van a entender no sólo me sigue... Lo raro es cómo me sigue...
-No entiendo.
-Me sigue de una forma muy rara...
-¿Cómo?
-Es difícil de explicarlo. Por eso quería pedirte que salieras conmigo a dar una vuelta, así lo ves con tus propios ojos. Si no, voy a pensar que me estoy volviendo loca.
-Bueno, vamos.
Salimos a la calle. Yo todavía medio dormido, mi madre con el pelo revuelto y una enorme campera inflable encima del camison .

-¡Ahí esta!-gritó mi madre.

Señala un chico unos años menor que yo, que está caminando cincuenta metros adelante. Acaba de salir de una casa.

-¡Es él! ¡Es el que me persigue!
-Mamá, es un vecino...
-Sí, y me persigue.
-¿Pero cómo?
-Fijate.

Mi vieja me toma del brazo y comienza a caminar.El chico, cincuenta metros adelante, camina también.

-Supongamos que vamos a la panadería, ¿no? Tendríamos que doblar en la esquina a la derecha, ¿no? Bueno, vas a ver que él dobla también.

El pibe dobla

-¡Viste!
-¿Y?

Alcanzamos la esquina y doblamos también.
-Ahora va a cruzar la calle.
El pibe cruza.
-¡Viste!
-No entiendo cuál es la cuestión.
-¡Que me está siguiendo! ¿No te das cuenta? Me sigue pero no por atrás sino por adelante. Yo sé que suena fantástico, pero es la verdad. Vaya a donde vaya, él está siempre media cuadra delante de mí, siempre. No sé cómo lo hace, pero es así.

-Más bien suena a que vos lo estás persiguiendo a él, mami...

Mi madre me mira con los ojos bien abiertos, de repente comienza a llorar desesperada y se me echa a los brazos.

-¡Me estoy volviebdo loca!

Casi cargándola, la llevo de nuevo a casa.

En la Línea RectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora