Increíblemente me he vuelto un chico popular. Todo comenzó con mi ataque a John Lennon. Resulta que a muchos alumnos les encantó lo que les encanta que alguien haga sufrir a los profesores. Entuasiasmado por este pequeño éxito y dejándome llevar por mi nueva aversión a la música, empecé a criticar ferozmente a todo solista o grupo que se me viniera a la cabeza. Tuve palabras duras para casi todo el mundo, para los Rolling Stones (dije que el último álbum bueno que habían sacado era *Black *and *Blue y de eso ya habían pasado más de treinta años); de Bono (que como músico era un género musical más infantil); de Sting (que ya era hora de dije, especialmente a aquellos que, por alguna cuestión de bandera personal, odian a Lennon y a todo lo que sea medio hippie (por ejemplo los que son medio heavys o medio punk). También a los que les da igual pero que se dejara de robar con "cada vez que respiras"); Eminem (mucho ruido y pocas nueces) y así con todos los músicos que se les ocurra. Cualquiera pensaría que estos ataques constantes a los ídolos de la industria musical me ganarían el odio de todos además de una merecida fama de chico insorpotable y soberbio, pero no, todo lo contrario, me volví una fuente de consulta para todo aquel que quisiera desprestigiar a un contrario. Los heavys me buscaban para que les diera letra contra los stones, los seguidores del rock nacional contra el que viene de afuera, los del tecno contra el rock, y los del punk contra el hip hop. Así, todos contra alguien y yo contra el mundo.
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En la Línea Recta
Teen Fiction¿Las cosas pasan sin sentido, sin tener que ver una con la otra? ¿La vida es una sucesión de puntos sueltos? ¿O esos puntos sueltos forman una línea? ¿O existe una extraña línea recta que une a mi padre con la música, con el Kung Fu, con el trencito...