CAPÍTULO XXIV

3.7K 58 4
                                    

"La horrible tiranía de Mickey", así debería de llamarse ese capítulo. Mickey, como ya explique, es un petiso desagradable al que todos llaman Chucky (no se qué nombré es peor) y que hace las veces de nuestro jefe. Y no exagero ni un poco al llamar "horrible tiranía" a su liderazgo, porque eso es lo que es. Chucky se regodea gritándonos sin ninguna razón y demostrando en cada oportunidad "quién es el que manda". Entre sus muchas costumbres horribles está la de llamar "mamita" a todas las mujeres. "Dale mamita, que no tengo todo el día" o "Vamos mamita, ponerle garra", y cosas por el estilo, Laura (Bob Esponja), que odia que la llame "mamita", se quejó y le pidió que no lo hiciera, a lo que Chucky le contesto: "Si querés,decirme 'papito', que a mí no me molesta". A los hombres no nos dice "mamita", pero sí usa el femenino para dirigirse a nosotros. "¡Vamos chicas, a moverse!" o "¿Qué es les pasa hoy a las señoritas?", o si te sentás a descansar un minuto te dice "¿Está cansada la nena?". Para matarlo. Entre quienes tenemos que soportarlo, el único que lo pone en su lugar es Claudio, mi amigo enano (perdón, supongo que no está bien que aclare a cada rato que Claudio es enano y mi amigo, es que me parece increíble). Claudio no se come no media, le responde en el acto y como los dos son bastante ingeniosos cuando chocan es un verdadero Ping-pong de latiguillos y frases picantes. Yo, en cambio, soy de madera para esas cosas. No soy espontáneo, no me sale. Tengo un ritmo más lento, necesito un par de días para pensar una respuesta ingeniosa y aún tomándome ese tiempo lo más probable es que no se me ocurra nada. No creo que eso me haga menos inteligente. Primero es una cuestión de práctica (como todo) acostumbrarse a hablar y pensar así. Y también el famoso "tener calle", porque no hay dudas de que la calle es el reino del ingenio popular. De cualquier manera no es lo mío: el otro día cuando por vigésima vez Chucky me llamó "nena" le respondí "Nena, serás vos". ¡Nena serás vos! ¿Qué tengo, cuatro años? No podría haberle respondido de forma más estúpida. En otra oportunidad en la que me que por sus malos tratos, me dijo "Si no te da la nafta, no agites...", a lo que respondí "Yo no tengo auto". Cuando escuché que todos a nuestro alrededor reían, me di cuenta de que había entendido mal. Resulta que lo de "si no te da la nafta..." Es una forma de decir que no abras la boca si no sos capaz de soportar lo que vendrá después, una especie de provocación, pero yo obviamente no lo entendí así. También tiene que ver en esto el tema de la educación, las diferencias sociales y todo eso. Soy distinto de mis compañeros del trencito de la alegría. No lo digo yo, lo dicen ellos. Soy distinto porque voy a un colegio privado, porque nunca antes trabajé, porque habló inglés, porque fui muchos lugares distintos de vacaciones, porque tuve y tengo un montón de cosas que ellos no. Sin embrago, ahí, en el trencito de la alegría, eso me hace menos que ellos, no más. Aunque suene increíble, me hace más carente. Carente de agarradas a trompadas, de noches en un plaza, de rebusques y trabajos mal pagos, de gente que te quiere sacar algo, del mentado fútbol de potrero (no el césped), de piropear mujeres en la calle, de cumbia (es gracioso, si hay algo de lo que se, es de música, sin embargo, mis compañeros de trabajo hablan todo el tiempo de grupos y músicos que no se quiénes son y que apenas escuché nombrar: Néstor en Bloque, Seba Mendoza, La Nueva Luna, Jambao). Y entonces quedo afuera en la mitad de las conversaciones, no entiendo ninguno de los chistes, y en las líneas generales soy alguien al que hay que explicarle todo despacio y con paciencia porque la cabeza no le da para mucho. Lo que me demuestra que al final siempre se trata de códigos y costumbres. Es como si fuera un animal en cautiverio al descubre que los trucos que aprendió, que tantos aplausos despertaban en el zoológico, ya no sirven de nada.

¿Qué es ser inteligente? Por ejemplo, ¿es más inteligente mi profesora de literatura, mujer de una cultura extraordinaria, o Claudio y su espontánea rapidez? Claudio jamás va a morir de hambre, aunque todo el mundo le lleve ja metro y en su vida haya leído un libro. ¿Quién es más inteligente, Chucky o yo? No lo sé. La horrible tiranía de Mickey. Eso es lo que tengo que soportar. Y de bada me sirve lo que aprendí hasta ahora.

En la Línea RectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora