Cuando el entierro terminó y volvimos a casa ,sucedió algo muy extraño. Me encerré en mi cuarto con intención de pagar la luz y ponerme escuchar música en la oscuridad hasta quedarme dormido, una costumbre que tengo desde hace años y que se ha vuelto el cierre indispensable todos mis días. Soy un verdadero fanático de la música, tengo (mejor dicho tenía) más de mil discos (sí, más de mil) de todo tipo de bandas y géneros ( aunque siempre dentro de lo que suele definirse como rock o música joven, digamos. Intenté acostumbrar mi oído al jazz, al tango o la música clásica pero hasta la fecha no lo he logrado). Además de discos compactos, tengo vinilos de colección y, por supuesto la computadora repleta de mp3.
Me encerré en mi cuarto, apague la luz y puse uno de mis discos favorito. Ahora no me acuerdo de cuál era, tengo muchos discos favoritos. Y algo extraño pasó. Mejor dicho, lo extraño fue que no pasó nada. Nada. No podía sentir la música. No la entendía. Era como escuchar ruidos, sonidos sin sentido. Podía distinguir las notas y las melodías que formaban, pero esas melodías no me trasmitían nada, como si la música se hubiera convertido en un idioma desconocido para mí. Puse otro disco y luego otro. Lo mismo. No había emociones, no había imágenes, mi cabeza no se disparaba hacía mil y una fantasías. Qué me estaba pasando? Probé muchísimos disco de géneros muy diferentes. No me llegó la alegría del ska, ni la tristeza del dark, ni la armonía del pop. Sencillamente no me pasaba nada. Por primera vez en mucho tiempo me fui a dormir en silencio. Y en silencio y la oscuridad intenté al menos reconstruir alguna melodía en mi cabeza. pero sólo podía escuchar el pasar de autos y colectivos bajo mi ventana.
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En la Línea Recta
Novela Juvenil¿Las cosas pasan sin sentido, sin tener que ver una con la otra? ¿La vida es una sucesión de puntos sueltos? ¿O esos puntos sueltos forman una línea? ¿O existe una extraña línea recta que une a mi padre con la música, con el Kung Fu, con el trencito...