Me acerqué a mi ventana para bloquearla como de costumbre y vi una pequeña margarita blanca en la repisa de la ventana. Miré por la ventana y sonreí, estas flores crecían a las afueras de mi ventana, tiene que haber elegido una para mí cuando salió, y la dejó allí sabiendo que la vería cuando cerrara la ventana. Mi corazón dio un vuelvo y sonreí un poco confundida. No era costumbre de Niall hacer esas cosas.
Suspiré mientras metí la pequeña flor en mi cola de caballo y luego me dirigí a la cocina, tomando dos cajas de jugo. Garabateé una nota a Harry diciéndole que había ido a bailar, y que le ayudaría a limpiar más tarde si dejaba que Jane y Sarah vinieran a ver una película esta noche. Sabía que iba a ir por ello, este era mi soborno de costumbre por ayudar a limpiar después de sus fiestas y él pagaría por la pizza y una película. Todo lo que él tenía que hacer era aguantar a dos chicas coquetas golpeando sobre él y Niall toda la noche, ya que por lo general él se acercaba demasiado, si no tenía una cita.
Salté fuera de la puerta de entrada al coche de Niall que estaba esperando fuera de mi casa.
—Oye, ten esto—dije, dándole la bebida.
—Gracias. Ten esto—sonrío, y me entregó una rebanada de pan tostado.
Me eché a reír.
—Ese es un cambio bastante bueno—le dije, sonriéndole y comiendo—Oh, tengo que ir a Benny y conseguir rosquillas, si eso está bien. —Lo miré esperanzada mientras conducía por la calle. Él asintió con la cabeza y aún estaba radiante.
—¿Por qué tan feliz hoy?—pregunté con curiosidad por saber por qué sonreía tanto. No podía haber dormido mucho y sabía que él estaba todavía cansado, me di cuenta por sus ojos.
—Tuve una buena noche ayer eso es todo. Finalmente anoté con una chica muy caliente que he estado deseando por un tiempo— Me guiño un ojo su sonrisa auténtica cambiada en su sonrisa estúpida.
Mis entrañas se sentían como si alguien hubiera empujado una motosierra en mi estómago. Había conectado con alguien, y luego ¿vino a mí cama? ¡Qué idiota estúpido! Lo besé, un beso adecuado también, y él ¡había utilizado a una chica para tener relaciones sexuales antes de eso! Uf, estúpido gigoló, sabía que no debería haber esperado algo diferente. Me di la vuelta para que no pudiera ver que estaba herida, y miré por la ventana, negándome a llorar. El llanto es para los débiles. Casi nunca dejaba que nadie me viera llorar, pero algunas personas traspasaban las defensas que había construido, así que no podía evitarlo. El se detuvo delante de Benny y salté, con ganas de estar lejos de él. Pedí veinte donuts en toda la variedad de chocolate, porque eran mis favoritas. Cuando llegué de vuelta en el coche, Niall sonreía.
—¿Tienes lo suficiente allí?—bromeó, mirando a las dos grandes cajas que tenía en mis brazos.
Me limité a asentir y encendí a la radio.
—Me gusta esta canción—mentí, no tenía idea de lo que era, pero no quería hablar con él. Me lanzó una mirada extraña.
—Odias la música de reventón—dijo, frunciendo el ceño y bajándole el volumen.
En realidad, estaba en lo cierto, odiaba eso, pero me gustaba más en este momento que hablar con él, puto mentiroso.
Nos detuvimos en las afueras del estudio donde mi grupo ensayaba todos los sábados, nosotros éramos un equipo de baile en la calle y éramos bastante buenos también.
—Ey, chicos lo siento, me quedé dormida—dije, mirando a todos ellos, disculpándome mientras entraba.
Nos pusimos a trabajar en una nueva rutina que era muy difícil y complicada, e incluso tenía algunas elevaciones que daban miedo. Luego de unas horas practicando me rendí, estaba tan cansada y el sudor me corría por la espalda.
—Está bien, oficialmente renuncio a esto por hoy. Me duele la cabeza, me duele la espalda, mi trasero me duele, incluso los brazos y las piernas duelen tanto sostenerme—me quejé, yaciendo al igual que una estrella de mar en la colchoneta.
—Ok, es casi la una de todos modos, así que será mejor que despejemos el estudio—dijo Justin, tendiéndome la mano para ayudar a levantarme. Negué con la cabeza, riendo.
—No puedo. Sinceramente, no puedo moverme—murmuré, cerrando los ojos, tratando de recuperar el aliento.
La siguiente cosa que sé es que Niall estaba allí, me agarró, me levantó y me tiró por encima de su hombro como si yo no pesara nada, se dirigió hacia el cuarto de baño de las chicas, riendo.
—¿Qué demonios estás haciendo?—grité, todavía molesta con él por lo que me hizo ayer en la noche.
—Ayudándote—afirmó. Me di cuenta que estaba sonriendo por su sexy estúpida voz.
—¡Suéltame!—le ordené, tratando de zafarme, pero me agarró con más fuerza.
Oí la ducha abriéndose.
¡No! ¡Él no lo haría!
Lo hizo.
Me metió en la ducha, poniéndome abajo en la regadera, ambos completamente empapados. Me quedé allí, sorprendida. Tenía una muda de ropa conmigo por lo que no me importaba, pero no creo que él la tuviera. ¡Ja, imbécil!, ahora tiene que sentarse en su coche con la ropa mojada!
Se apoderó de mi cintura, apretándose contra mí bajo la ducha. El agua le corría por la cabeza, aplastando su pelo en la cara, se veía sexy como el infierno. Sus ropas estaban resbaladizas en su cuerpo, quería pasar mis manos hacia abajo para sentir las líneas de sus músculos. Inclinó la cabeza hacia adelante y me besó, envolviendo sus brazos con fuerza a mí alrededor y empujándome contra la pared. Lamió suavemente sobre mi labio inferior y con mucho gusto abrí mi boca, ansiosa por saborearlo de nuevo. Su beso era hermoso y estaba enviando ondas de deseo a través de mi cuerpo.
Finalmente, se apartó y los dos estábamos sin aliento. Miré sus ojos y pude ver que estaban bailando con excitación, también podía ver algo más que miedo, que me asustaba mucho porque sabía que no estaba lista para eso. Vi la lujuria, pura y simple. Ashton quería mi cuerpo. Jadeé y lo empujé hacia atrás, saliendo de la ducha rápidamente.
—Lo siento, no debería haber hecho eso. Demasiado pronto, ¿verdad?—preguntó, al salir de la ducha y apoderándose de mi mano.
Me volví a mirarlo. No podía darle lo que él quería, él podía conseguir eso en otra parte. Quiero decir, era Niall Horan por el amor de Dios, él podía tener cualquier chica que quisiera, ¡y lo hace! Él ya admitió que se conectó con alguien la noche anterior antes de que él me besara. Él era un jugador como Harry así de simple, y si lo dejaba tener mi corazón, lo rompería, no hay duda.
—Niall, ¿qué quieres de mí?—pregunté en voz baja, mirando mis zapatillas empapadas.
Puso el dedo debajo de mi barbilla y me levantó la cara así que tuve que mirarlo.
—Todo—dijo simplemente.