Capítulo 32: "Yo no quiero ser otra en tu lista"

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—¡¿QUÉ MIERDA ES ESTO?!—escuché a Harry bramar cerca. Abrí mis ojos y lo miré. Su cara estaba de un rojo brillante y lucía criminalmente molesto.

—¡Harry no tan alto vas hacer sangrar mis oidos! ¿Qué pasa?—pregunté, sentándome. Pero tan pronto como me moví, me dí cuenta que estaba mal. Aún estaba en el sofá con Niall, ¡Oh mierda! tranquilízate (TN), necesitaba salvar la situación—¡Maldita sea, Niall! ¡EW! ¿Tenías tus manos sobre mí?—grité, pretendiendo estremecerme de horror. Harry me miró, su rostro aún enojado, pero parecía ligeramente confundido ahora.

—Yo... er... no... ¿Qué?—Niall balbuceó.

—¿Qué demonios estabas haciendo con él, (TN)?—Harry gruñó molesto, apuntando a Niall quien se veía confundido a este punto.

—Debí haberme quedado dormida supongo—fruncí el ceño, agitando mi cabeza como si estuviera confundida también.

—¿Quedarte dormida? Bueno, ¿qué estabas haciendo con Niall, en primer lugar?—preguntó, lanzándole a Niall otra mirada asesina, antes de volverse hacia mí.

¡Bien, vamos, piensa! Oh lo tengo; ¡él tendrá que aceptar esto!

—Yo tuve una pesadilla con...—dije con la voz entrecortada, mirando el suelo y pretendiendo estar alterada. Jadeó y envolvió sus brazos a mi alrededor, instantáneamente, poniendo su barbilla en lo alto de mi cabeza.

—Oh mierda, (TN). Está bien—susurró, balanceándome ligeramente.

—Estaba alterada y pensé que estabas aquí afuera, pero no estabas. Niall me acompañó, eso es todo. Debimos habernos quedado dormidos—susurré, sintiéndome culpable de que estaba mintiendo. En verdad no estaba lista para que se enterara aún, especialmente después de la forma en la que estaba mirando a Niall.

—Lo siento, solo pensé... bueno, olvídalo—murmuró Harry, tirando de vuelta para mirarme—¿Estás bien?—asentí mordiéndome mi labio para tratar y aliviar algo de la culpa que sentía. Miró por encima hacia Niall—Lo siento, hombre, salté a conclusiones y er... gracias por cuidar de mi hermana.

Niall se veía realmente incómodo y me dio una mirada; le di una expresión suplicante, rogándole con mis ojos que no dijera nada.

—Sí, no hay problema—se encogió de hombros, frotando una mano a través de su desordenado cabello de cama.

Rápidamente salí del agarre de Niall.

—Me voy a ir y me cambiaré para ir a la escuela. ¿De cualquier manera que hora es?—pregunté, mirando alrededor buscando mi teléfono celular. ¿Por qué no había sonado la maldita alarma?

—Aún no son las seis, (TN). Me desperté temprano—se encogió de hombros.

—Bien, entonces voy por algo de desayuno antes de darme una ducha. Gracias, Niall, por anoche—dije, ruborizándome y dándole una pequeña sonrisa.

—Definitivamente fue un placer, Ángel—me guiñó un ojo, sonriéndome felizmente.

Harry lo golpeó en la parte trasera de su cabeza, haciéndolo estremecerse.

—¡Hermana menor!—señaló, rodando sus ojos y pisando fuerte, dirigiéndose a la cocina, dejándonos solos a Niall y a mí en la sala.

Una vez Harry se había ido, Niall me miró.

—No me gusta tener que mentirle a tu hermano, Ángel—susurró, frunciendo el ceño.

—Lo sé, pero sólo un par de semanas, ¿por favor?—rogué, besándolo rápidamente en los labios y volviendo a correr en dirección a la cocina. Tomó mi mano y me llenó de nuevo hacia él, besándome otra vez, antes de que me diera una de sus hermosas sonrisas. Casi iba dando saltitos a la cocina porque estaba tan feliz. Harry tenía una tostada, así que hice dos cuencos de mi cereal favorito, uno para mí, uno para Niall. Los llevé a la sala y le entregué una, antes de dejarme caer en el suelo junto al sofá.

—Gracias por esto, Ángel, pero no me gustan los cereales—dijo, moviendo su nariz hacia el recipiente.

Le fruncí el ceño, confundida. Siempre estaba comiendo cereal. Cada día tenía un plato de cereales.

—Claro que sí, te lo comes todos los días—me miró como si me hubiera perdido la cabeza; ¿pensaba que era estúpida o algo así?

Se echó a reír y sacudió la cabeza.

—No, no lo hago. Hago un plato cada día y pretendo comerlo, antes de que vengas y me lo arrebates—dijo con una sonrisa sexy y ojos divertidos

—¿Por qué diablos harías un plato y pretender comerlo? ¿Te gusta hacerme enojar?—le pregunté, molesta.

—No, Ángel. Me gusta hacerte el desayuno—dijo simplemente.

Dí un grito ahogado ante la revelación. ¿Los hizo por mí?

—¿Los haces para mí? ¿Todos los días?—pregunté, boca abierta, sorprendida de que había sido tan dulce y nunca me había dado cuenta. Cada día venía y le hacía algún comentario desagradable acerca de él comiendo en mi casa y que dejara en paz mi cereal, ¿y todo este tiempo lo hacía por mí? Por Dios, ¡esto es tan jodidamente tierno y dulce! Se encogió de hombros como si fuera nada. Todo este tiempo pensé que era un idiota, ¡cuando en realidad estaba siendo amable conmigo! Harry entró entonces, así que no puede decir nada. Engullí mi desayuno y prácticamente corrí a mi habitación, tomé mi celular y le envié un mensaje de texto ya que no podía hablar con él.

"¡Gracias, eso es muy dulce! Nunca me dí cuenta que hicieras eso. ¡Voy a darte las gracias adecuadamente más adelante! X" envié. Sonreí para mis adentros y me fuí a tomar una ducha.


Cuando salimos del auto de Niall en la escuela, fuimos inundados por la usual horda de chicas queriendo manosear a Harry y Niall. Rodé mis ojos cuando Jessica envolvió sus pequeños, sucios brazos alrededor de la cintura de mi novio, mirándolo con sus ojos de "ven a mi cama".


—Jessica, en serio, necesitas alejarte—dijo Niall con severidad, desenvolviéndose de ella y caminando hacia atrás.

—Nialler, cariño, ¿qué tal si nos saltamos el primer periodo y vamos a pasar un buen rato?—ronroneó ella sugestivamente, frotando su mano hasta su pecho.

¡Oh, Dios mío, estaba tan celosa que me sentía realmente enferma!

Di la media vuelta y me alejé tan rápido como puede, sólo queriendo estar lejos de todo. Después de un minuto pude escuchar a Jane corriendo para alcanzarme, me agarró de la mano tirando de mí para detenerme.

—En serio, no estoy de humor—casi grito, dirigiéndome a ella, pero no era Jane, era Niall.

—Hey, sólo quería acompañarte a clase—frunció el ceño y me miró con tristeza.

—Oh, claro... lo siento. Pensé que estabas con Jessica, teniendo un poco de "diversión"—dije sarcásticamente, avergonzada de haberle gritado.

Negó con la cabeza y se acercó a mí.

—No, no estoy con ella, estoy contigo—dijo dulcemente, sonriéndome y haciendo que mi corazón latiera más rápido.

—Claro, sí, lo siento, sólo... No sé...—mi voz se apagó, ruborizándome como una loca.

—Estás celosa—afirmó, al parecer satisfecho de ello. Asentí con la cabeza de mala gana, en realidad no quería admitirlo.—Bien, he estado esperando para que te pusieras celosa por los últimos doce años—dijo, sonriendo como un loco.

Beside YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora