—Siento que eso pase—me sonrió y me ruboricé más, retorciéndome ante lo incómoda que se estaba poniendo la conversación. Le di una palmada en el pecho y me reí por la vergüenza. Atrapó mi mano y la sostuvo fuertemente mientras me miraba.
—Me asusta—admití, sintiéndome estúpida e infantil.
—Sé que sí, pero nunca te haría daño. Si alguna vez sientes que las cosas van demasiado rápido, lo único que tienes que hacer es decirlo, lo prometo—No podía dudar de su sinceridad. La verdad de sus palabras estaba clara en su rostro.
Me incliné hacia adelante y lo besé suavemente, antes de alejarlo.
—Realmente tienes que irte. Son casi las ocho.
Él suspiró y se entretuvo con mis dedos.
—Realmente no me gusta tú amiga, es su culpa que me tenga que ir—murmuró, fingiendo estar molesto. Reí y me levanté del sofá, levantando sus piernas conmigo.
—Quizás quieras normalizarte un poco antes de salir. ¿Qué pensarán los vecinos si te ven salir de casa así?—bromeé, asintiendo con la cabeza hacia su entrepierna; ruborizándome al darme cuenta de que lo había visto de nuevo.
Se echó a reír.
—Podrían pensar que tengo una novia hermosa, que me acaba de echar de su cama—dijo, encogiéndose de hombros casualmente.
Le sonreí mientras se acomodaba sus shorts para que fuera menos notable, antes de besarme de nuevo y salir por la puerta principal.
Me metí a mi habitación. Jane todavía estaba dormida, así que me arrastré a mi cama; pero no volví a dormir, en cambio le envié un mensaje a Niall: Me alegro de que al menos durmieras tres horas anoche.
Puse mi teléfono en silencio, para que su respuesta no despertara a Jane.
Respondió, haciéndome sonreír: También yo. Ese sillón es sorprendentemente cómodo, mejor que mi cama; pero es probable porque estabas ahí.
Le envié: Podrías quedarte esta noche. Tal vez podría salir a hurtadillas a la sala después de que Jane se duerma.
Me preguntó: ¡Me encanta la idea! ¿Qué vas a hacer hoy? ¿Quieres hacer algo?
Le respondí: No estoy segura; creo que pasaré todo el día con Jane, viendo que se quedará aquí.
Contestó, haciéndome reír: Esa chica está arruinando todo; en primer lugar no me puedo quedar más tiempo. ¡Ahora no puedo pasar el día contigo! Estoy terriblemente disgustado que esté aquí.
Nos mensajeamos alrededor de una hora más, y me alegré de que decidiera actualizar el plan de mi equipo así que obtuve mensajes ilimitados; de lo contrario esto me costaría una fortuna.
Me levanté un par de horas más tarde, me vestí y salí a la cocina. Niall ya estaba ahí. No debería estar realmente sorprendida, casi nunca estaba en su casa. Pasaba la mayor parte del día aquí, cuando no estaba en la escuela, saliendo como a las nueve de la noche sólo para escabullirse de nuevo en mi ventana, alrededor de las diez treinta.
Le sonreí, pero rápidamente desvié la mirada, porque estaba sentado junto a Harry.
—Buenos días, (TN). ¿Dónde está Jane? ¿Has hablado con ella sobre no tocarme?—preguntó Harry, haciéndome reir por su expresión seria.
—Está en la ducha. De todos modos, deberías estar halagado de que le gustes; aunque tal vez se pasa a Niall hoy—me burlé, guiñándole un ojo.
Niall gimió.
—¡De ninguna manera! Estoy saliendo con alguien—afirmó con seguridad. Me ruboricé un poco y me moví incómoda en mis pies porque le había dicho eso a Harry.
La cara de Harry se desvió en su dirección.
—¿Estás saliendo con alguien? ¿Algo, como, seriamente? Tú nunca tienes relaciones—dijo, frunciendo el ceño y mirando con incredulidad.
—Estoy loco por ella—dijo Niall, encogiéndose de hombros.
Me dirigí al refrigerador para tomar un poco de leche para mi cereal, tratando de fingir que no estaba ahí. Mi corazón estaba fallando en mi pecho. ¡Oh Dios! ¡Niall iba a hacerlo! ¡Iba a contarle todo a Harry!
—¿Loco por ella? Así que debes estar sobre ella. Debe ser muy buena en la cama—dijo Harry, sonriendo y dándole una palmada en la espalda con orgullo. Me atraganté con el jugo de naranja.
—No he dormido con ella. Ella no cree en el sexo antes del matrimonio—Niall sonrió.
Harry parecía estar cerca de desmayarse, estaba mirando a Niall como si tuviera dos cabezas-
—Tú... Ella... ¿Qué?—tartamudeó, agitando su cabeza con violencia.
Niall se rió.
—A partir de ahora, estoy oficialmente retirado del negocio. Por lo tanto, Ángel, dile a tu amiga que no estoy disponible—indicó, volviéndose hacia mí y guiñándome.
—Lo haré. Vaya, así que un prostituto mujeriego reformado, tal vez todavía haya esperanza para ti después de todo, Harry—me reí, lanzándole un pedazo de coco.
—De ninguna manera, le doy a Niall una semana antes de que regrese a su antiguo yo, acostándose con cualquier cosa que se mueva—dijo Harry con confianza.
—No sé, Harry. Esto se bastante serio para mí—dije, mientras terminaba mi desayuno. Niall me sonrió, obviamente le gustó lo que dije, mostrándole mi confianza.
—Finalmente has aprendido a usar tú cabeza y me refiero a la que está pegada a tú cuello—bromeó Harry, haciéndome dar un respingo por el doble sentido de sus palabras.
—Creo que es dulce, Niall. Ella debe ser una chica afortunada; ojalá no rompas su corazón—murmuré, mirando mi plato vacío; con la esperanza de que él no me hiciera daño.
—No lo haré—Niall se mostró confiado. Me sonrío mientras caminaba de vuelta a mi habitación para ver a Jane. Podía oír a Harry interrogando a Niall en la cocina, y no quería estar ahí para eso.