Capítulo 17: "Podría amarte mil años más"

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—Um seguro, Jane, puedes quedarte a dormir durante el fin de semana. A Harry no le importará—estuve de acuerdo de mala gana.

Niall disparó sus ojos hasta los míos y sacudió la cabeza.

—¡NO!—articuló de manera suplicante. Solamente le di una mirada de disculpa y me encogí de hombros, yo no podía decirle no, ella era mi mejor amiga.

—Estupendo. Bueno, vendré aproximadamente a las siete entonces, ¡de acuerdo!—gorjeó, sonando entusiasmada.

—Si, ¡esta bien! Nos vemos.—cerré mi teléfono móvil y miré de nuevo a Niall.

—¿El fin de semana? ¿No conseguiré dormir allí el fin de semana?—gimoteó Niall, tan pronto como había cerrado mi teléfono.

—Lo siento, pero no podía decirle que no. Sus padres se marchan durante el fin de semana y no quería quedarse sola.—lo miré excusándome.

Él suspiró luciendo derrotado.

—Está bien, seguro. Pero sabes que has acordado mirar una película de terror que da miedo y no voy a estar allí por las próximas dos noches—declaró él con una
sonrisa arrogante.

Jadeé. ¡No había pensado en ello! ¿No dormía muy bien sin Niall allí, tenía pesadillas, malas, sobre mi padre y ahora mismo tendría sueños de fantasmas también? Desde que tenía ocho años, sólo pase algunas semanas lejos de Niall, como cuando uno de nosotros se fue de vacaciones, o un tiempo que él tenía varicela y tuve que estar lejos durante cuatro días. Cada vez que estaba sola, mis sueños serían tan malos que me despertaría gritando. Le había pedido a Harry dormir conmigo algunas veces cuando era pequeña, pero él no detuvo los sueños entonces solamente dejé de pedírselo.

Sabía que Niall no dormía en absoluto cuando no estaba conmigo. Él literalmente se la pasaba despierto, incapaz de sentirse cómodo. Él siempre decía que su cama se sentía extraña, porque no había dormido en ella desde que tenía diez años. Odiaba cuando mis amigas llegaban para quedarse y él se quejaba sobre ello todo el día siguiente, dejando caer insinuaciones no tan sutiles de que él no estaba impresionado por tener que dormir en su propia cama.

—Bien, no sé por qué luces tan arrogante al respecto; tú no vas a dormir demasiado tampoco—sonreí, sacándole la lengua.

—¿Um, es una invitación?—preguntó, levantando una ceja. Al instante comprendí de lo que estaba hablando, preguntaba si quería besarlo otra vez porque le mostré mi lengua. Seguro
como el infierno.
—Seguro—ronroneé, mirándolo de manera seductora, sabiendo que no podía alcanzarme sobre la mesa, entonces tendría que esperar hasta que nosotros dejáramos el restaurante.

Inmediatamente saltó de su silla y se inclino a mi lado, tomando mi rostro en sus manos y besándome, no pareciendo preocuparse por dónde estábamos o si las personas estaban mirando. Tomé la iniciativa esta vez y tracé mi lengua a lo largo de su labio inferior, la abrió rápidamente y deslicé mi lengua. Gimió en mi boca, empujándome hacia él. El beso estaba tan bueno que me sentí ligeramente mareada. Ni una sola vez trató de tocarme, excepto sostener mi rostro, lo que me sorprendió. Tal vez no me estaba usando solo para el sexo después de todo. Sonreí contra sus labios y se alejó, sonriéndome también.

—Gracias—susurró, besándome otra vez rápidamente y luego volviendo a sentarse frente a mí, como si nada hubiera pasado. ¡Bueno, no estoy tan acostumbrada a todo esto de tener citas!

—Será mejor que nos vayamos; necesito hablar con tú hermano—frunció el ceño, luciendo triste y un poco asustado.

—¿No vas a decirle la verdad, cierto?—pregunté, horrorizada ante el pensamiento de Harry sabiéndolo y volviéndose loco.

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