Vi a Harry tensarse desde la esquina de mi ojo. Miré alrededor de la mesa completa.
-Um.... -me callé, mordiéndome el labio.
-No importa, no te preocupes. Sólo pensé que debería presentarme. -Se encogió de hombros, ruborizándose con más fuerza, cambiando de un pie a otro incómodamente.
Jane me pateó por debajo de la mesa. -¡Ay! ¿Por qué demonios fue eso? -pregunté, frotándome la pierna. Me miró ferozmente. Sabía exactamente por qué era, tenía que pedirle que se sentara con nosotros por ella o no escucharía el final de esto esta tarde. ¡Oh Dios, mátame ahora!-. Está bien, Liam. Agarra una silla, puedes sentarte en el extremo de aquí-sugerí, moviendo mi bandeja para que él pudiera poner su plato y su bebida. Él sonrió y se relajó.
-Gracias, _____(tn) -dijo, sonriendo agradecidamente mientras se alejaba para agarrar una silla a un par de mesas de distancia.
Volteé hacia Jane, frunciendo el ceño. -¡Eso dolió endemoniadamente, Jane! En serio, ¡no es tan ardiente! -le dije en un susurro gritado.
-Sí lo es. -Asintió con entusiasmo, riendo y terminé riendo con ella. Maldita chica cachonda.
Liam se sentó en el extremo de la mesa. -Así que, esto es raro, ¿eh? -afirmó, sonriendo tímidamente. Reí incómodamente.
-Vaya, eso es un eufemismo y medio. Si piensas que es raro, prueba con desconcertante y embarazoso -bromeé, haciéndolo reír.
-No soy tan malo -se quejó, fingiendo dolor.
Decidí simplemente salir de ahí y preguntar lo que me había estado molestando toda la mañana.
-¿Cómo sabes quién soy? -pregunté en voz baja.
Él sonrió. -Stephen me mostró una foto tuya. Sin embargo no he visto una de tu hermano, así que no tengo idea de quién es -explicó, encogiéndose de hombros.
¿Mi papá tenía una foto mía? En realidad no estaba muy segura de cómo sentirme al respecto. ¿Por qué demonios tendría una foto mía, y no una de Harry? Ni siquiera quería pensar demasiado en esa pregunta en caso de que se me ocurriera una respuesta que no me gustara.
Apunté a Harry.
-Él está justo ahí. Harry, Liam. Liam, Harry -dije, ondeando una mano entre ellos en presentación.
-Eh, ¿cómo te va? -gruñó Harry, su rostro era severo y para nada amigable.
Liam se retorció un poco en su asiento... Harry podía ser bastante intimidante si quería serlo.
-Sí, bien gracias. Es bueno conocerte -respondió nerviosamente.
Jane me pateó de nuevo bajo la mesa en el lugar exacto de la vez anterior, haciéndome contraerme de dolor. La miré ferozmente en advertencia; ella obviamente quería que la presentara también.
-Liam, estos son mis amigos, Louis, Sarah y Jane. Este es mi novio, Niall - afirmé, presentando a cada uno de los que estaban en nuestro extremo de la mesa.
Liam sonrió cálidamente. -Oigan, lo siento, soy malo con los nombres. Probablemente los olvide en media hora -admitió, haciendo una mueca ligeramente.
Jane encendió su modo coqueteo, lanzando su cabello sobre el hombro, sonriendo seductoramente.
-Yo también soy terrible con los nombres. Tenemos algo en común -ronroneó, examinándolo lentamente. Él se echó a reír, luciendo incómodo. No parecía que estuviese acostumbrado en absoluto a la atención de las féminas.
-Entonces, ¿a qué escuela ibas antes de esta? -pregunté, tratando de ayudarlo un poco.
Me sonrió agradecidamente. -En realidad iba a una escuela para chicos en Mersey -respondió, encogiéndose de hombros. OK, eso explica el sonrojo y el estar incómodo. Casi podía ver el cerebro de Jane funcionando con la idea de enseñarle nuevos trucos y entrenarlo.