Capítulo Veintinueve: Prueba de iniciación.

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-La corona tiene un precio a pagar. -siento los fríos labios rozar mi oreja.

Un escalofrío recorre mi cuerpo cuando siento sus heladas manos recorrer mi cuello y detenerse en mi mejilla para darle un fuerte apretón. Me remuevo incómoda sin ser capaz de abrir los ojos, pero de algún modo consciente de mi alrededor.

-Abra los ojos reina. Su reino la espera. -su lengua recorre desde mi oreja hasta cuello.

Asco.

-¡Le he ordenado que abra los ojos! -su grito provoca que obedezca, llevando ambas manos a mis oídos por su fuerte chillido-. ¿Ha escuchado que el grito de una banshee es mortal?

No me diga. Ruedo los ojos al ver mis dedos manchados por mi propia sangre, me levanto y me levanto del polvoriento suelo, desafiando a la persona frente a mí.

-Un gusto mi reina. -la pelirroja, sin su aspecto demacrado me da una altanera sonrisa con sus labios carnosos y rojos.

-Me gustaría decir lo mismo. -comento con sarcasmo.

Comenzaba a cansarme de ser tratada como una estúpida por no haber crecido en estas tierras. Me cruzo de brazos y con la frente en alto, observo como imita mi acción con su gran sonrisa altanera intacta.

-Esa actitud no le será de ayuda en la prueba. -mi ceño se frunce y eso parece otorgarle diversión.

-¿De qué habla?

Comienza a caminar hacia un oscuro pasillo y sin darse la vuelta, me llama con un movimiento de mano, le sigo de cerca sin ser capaz de quedarme en esta habitación oscura. Su esbelto cuerpo es cubierto por un hermoso vestido que demuestra su hermoso pasado físico, su cabellera se mueve con cada contoneo de sus caderas, los tacones inundan el silencio, su mirada segura y la corona adornando su cabeza. El juego perfecto para la primera híbrida.

-Las banshee, cuando su reina decide dejar el cargo, se hace una prueba, donde se determinará si la persona aspirante es digna o no. En tu caso, eres la aspirante a pesar de ser descendiente directa, todos, sin excepción deberán de pasar por ella. -explica y giramos a la derecha.

De pronto escucho gritos de euforia y eso hace que mi corazón se acelere nervioso. ¿En qué diablos me metí?

-Todas somos expertas en manejar nuestras habilidades, sin excepción. -la miro de reojo y noto como una sonrisa maliciosa se abre paso-. Eres un caso especial y por ello tendrás cierta ventaja.

-¿De qué hablas? ¿Qué clase de prueba es? -pregunto desesperada al ver la luz filtrarse por los hoyos de la puerta.

-Primer nivel, no dejes que entren en tu mente o sería peligroso. Segundo nivel, mata o muere, no tienes elección. Tercer y último nivel, elige la copa de la sabiduría. -mi corazón corre a una velocidad increíble.

-Es una prueba suicida. -admito en voz alta, con los ojos abiertos de temor.

-Prueba para ser digna. ¿Quieres rescatar nuestro pueblo de la miseria? ¿Gobernar lo que por derecho te pertenece? ¡Ve! ¡lucha por todo eso que dijiste y pensaste! -se acerca y golpea mi pecho con su dedo índice-. Valiente es aquel que, a pesar de sus temores, busca como vencer. Busque el modo de vencer mi reina o morirá sin siquiera ser capaz de decir "Shakespeare". -sus manos me empujan a las puertas abiertas y caigo de rodillas en la arena blanca.

La multitud estalla en gritos y aplausos al ver mi aparición en el escenario, alzo la mirada parpadeando incontables veces para acostumbrarme a la fuerte iluminación y admiro el estadio que me rodea, repleto de banshee, mis amigos y Caled. Me levanto sacudiendo mi pantalón de cuero y acomodando mi blusa blanca, no tan blanca, miro el estado de los chicos.

Susurros de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora