Capítulo Quince: #TeamBrentt

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¿Recuerdan que tuve otro grandioso episodio que aconteció en el reino de Aren? Bueno, resulta que la intimidante Violeta es mi difunta madre. Luego, ¿Recuerdan aquel episodio donde aparecí en el cementerio y leí el nombre de Violeta por primera vez? Era mi sangre de Aren enviando claras señales de cuál era mi pasado. Después ¿dónde tuve que salvar la vida de una bebé? Bueno, a ese episodio todavía no le tengo una clara respuesta, ¿por qué? En una claramente se nombra mi posible conexión en que realmente puedo ser la niña, pero luego mencionan un reino nunca antes nombrado, el cual sería Uren. Claramente, estaba muy confundida con respecto a eso. No sabía que eran un viajero. Tenemos este otro momento donde casi muero ahogada y fui salvada por el apuesto Caled, bien, la chica era Violeta, mi madre difunta y su esposo. Y finalmente, tenemos ese instante en el que nade en el lago de la casa de Eva y la vi en su forma de sirena. Oh no, ¡esperen! Tampoco tenía la menor idea a que se referían las voces en mi cabeza con luz, fuego y tiempo. ¡Por cierto! Las voces que escuchaba de niña que pedían mi ayuda, eran los gritos del pueblo al morir.

Tenía casi la respuesta a cada uno de esos acontecimientos.

Por otro lado, me enfocaba en saber cada vez más sobre lo que rodeaba este mundo y las historias que tenían todos por contarme.

—Tenemos el reino Eren en el gran mar que rodea estas tierras donde gobiernan las sirenas y tritones, al norte Iren con los licántropos, al sur el congelado reino de Escarmis con su reina Sayen en preparación para tomar ese puesto, al este las ruinas de donde alguna vez fue Aren y al oeste las tierras de Oren donde vive Caled, Jordan, su hermano, nuestro otro hermano y yo. —habla Zack a mi lado.

—¿Esas grandes montañas también pertenecen a los lobos? —señalo las imponentes montañas con sus picos cubiertos de nieve.

—No, es territorio prohibido. Aquel que entra, nunca sale. —advierte y yo asiento.

—¿Qué sucede con Uren? —cuestiono mirando el sol colorear el mañanero cielo.

—Desconocemos la existencia de ese reino. —habla con pesar.

—Mi madre, ella parecía tener una ave antigua en su poder. —comento con curiosidad.

—Un fénix para ser específicos. —asiento con mis ojos brillando al encontrarme fascinada con la información—. Tu madre era la última del linaje sangre de fénix, aquellos que poseían una de esas aves y sus habilidades. 

—¿Dónde está mi ave? 

—Verás, muchas veces el linaje de la madre desaparece al momento de mezclarse con el del padre. En tu caso, debes de tener las habilidades de tu padre o sus antepasados.

—¿Cuáles eran? 

—Realmente son un completo enigma. —habla con un tono serio, deteniendo nuestra caminata de madrugadores—. Muchos decían que todo comenzó con la antigua familia de banshee. El cual era complicado de obtener ya que en ese territorio sólo habitaban bellas mujeres, ningún hombre era bienvenido en el lugar, decían que éramos transportadores de la mísera y problemas, por lo cual, enamorarse de un hombre estaba estrictamente prohibido.

—Entonces... ¿cómo lograban reproducirse?

—Es algo raro a primera vista, pero en Horenclow muchas cosas no resultan imposibles de que sucedan. —me regala una sonrisa divertida—. Resulta que una vez, una pareja de chicas enamoradas y sus marcas creadas, eran capaces de engendrar una niña. 

》—Bien, como decía antes de que me interrumpieras con tu importante pregunta. Ellas eran recelosas a la presencia de hombres, que no se te olvide princesa. Las banshee, anuncian la muerte de alguien con su grito, algunas son capaces de matar con él y otras logran tener visiones del pasado o futuro. Son realmente poderosas y de temer.

》—Un día, un testarudo joven, precisamente alguno de tus tantos bisabuelos, se encaminó al territorio de las banshee en busca de un posible tratado entre ambas especies, como debes de suponer, ni siquiera estuvo cerca de poder entrar a las tierras sagradas, pero la curiosa princesa, incapaz de enamorarse de una chica, se aventuró esa misma noche y salió en busca del joven que llamó a la gran muralla que las rodeaba. Ignorando las palabras de su madre, se fue. Algunos dicen que perdió sus poderes al cruzar las grandes puertas y otros que los mantuvo, cuál fuera lo que sucedió, esos dos jóvenes dieron comienzo a lo que sería el linaje de tu padre.

》—Él sufría de fuertes pesares y dolores de cabeza, al momento en el que tu madre te cargó en su vientre, ella pasó a cargar con eso. Dolor y pesar. Decían que la reina intentó quitarse la vida en algunas ocasiones, pero nada es seguro. En resumen, decían que tu padre era capaz de tener visiones del pasado y futuro. 

—¿Qué pasó con el reino de esas chicas?

—Es en este punto de la historia donde no me vas a creer. —se acerca, agregando dramatismo a sus palabras y formando un círculo de confidencialidad—. Nunca se encontraron las ruinas de la muralla o los santuarios de las banshee. —se aleja.

—¡No puedo creerlo! —grito asombrada—. Este mundo es tan interesante.

El chico me regala una amplia sonrisa y le damos paso a los grandes lobos que regresan del bosque con sus miradas cansadas de la guardia nocturna, otros salen de las cabañas y parecen ser los encargados de ir en busca del desayuno. Era una gran fan de como la gran manada de Rudy eran rápidos en cumplir con sus deberes y en acudir a tenderle una a mano a quién la necesita. Eran una enorme familia.

—Buenos días Zack y Saven. —saluda un chico al pie de la puerta sin camisa.

—¡Scott! Buenos días. —lo saludo con una amplia sonrisa y me acerco a besar su mejilla.

—Las noches son tranquilas en este territorio. —lo halaga Zack, estrechando la mano de Scott.

Las facciones de Scott son duras y marcan su rostro de un modo fuerte que te haría retroceder si tuvieras que enfrentarte contra él en alguna pelea. Le provocaría a cualquier chica un orgasmo visual con tan solo darle una mirada rápida y ni hablar de tu grave voz.

—¡Que candente estás esta mañana Scott! —grita Brennan al pasar corriendo al frente nuestro.

Tapo mis manos al sentir como unas sonoras carcajadas quieren salir con fuerza de mi garganta, Zack finge mirar en otra dirección soltando disimuladas risillas y las mejillas de Scott se tiñen ligeramente de rojo. ¡Por Dios! ¿será posible? 

—Lo voy a matar. —gruñe el chico y salta fuera de su casa, transformándose en lobo.

Vamos como la imponente figura de Scott desaparece corriendo en busca de Brennan.

—¡A besos! —le grita Rudy, acercándose.

Suelto una sonora carcajada al escuchar las palabras del alfa y abrazo mi estómago debido a mi fuerte risa. Definitivamente este es un grandioso lugar. Zack ríe a mi lado.

—Les juro que los encontré en varias ocasiones en el bosque besándose. —asegura y siento las pequeñas lágrimas salir de mis ojos.

Era fiel seguidora de esa relación. 

—¡Brentt por siempre señores! —grita Caled apareciendo de la nada.

Susurros de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora