Treinta y Seis: Te amo.

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ESCENA +18.

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UNA VEZ AVISANDOS
Disfruten de la lectura. ♡


Chloe y David desapareciendo a las 7:10 p.m. de la noche ya que en esas horas el local era mayormente visitado por los pobladores o quiénes iban pasando por el pueblo. Caled y yo nos quedamos en casa, sentados mirando televisión, con la tensión en nuestros cuerpos al no saber qué nos depararía al regresar a Horenclow y obedecer al viajero. Podía ser un simple problema a como uno enorme. Temía no ser lo necesario para mi reino.

Apago la televisión sin ser capaz de seguir mirándola, Caled suspira pesadamente. Era obvio que éramos un manojo de estrés al tener tantas vidas en nuestras manos.

Jugueteo con mis dedos sin ser capaz de retener los nervios que sacuden mi cuerpo, era imposible. ¿Sería lo necesario para el reino? ¿sería capaz de soportar el peso de la corona? ¡Era una novata en este tema comparada con los chicos! Necesitaba estudiar más a fondo la carta, las probabilidades de una tragedia...

-No olvides que puedes respirar. -suelto todo el aire que contenía, Caled toma mis manos-. ¿Qué pasa? Desde la carta actúas extraño.

-Tengo miedo... -musito mirando detenidamente el agarre de nuestras manos.

-No de...

-¡Claro que puedo! Nunca había sentido tanto peso en los hombros como en este momento, ¡incontables vidas están en mis manos! Una decisión errada y todo se va a la mierda. -exploto, contándole todo lo que me agobia-. Tú tienes experiencia en este campo, pero ¿yo? ¡soy una jodida novata! Aren podría morir en mis manos por una estúpida decisión... tan solo nunca fui preparada para esta clase de situaciones.  

-Sé que temes, pero mirame... -una de sus manos se libera de nuestro agarre y siento sus dedos elevar mi barbilla. Sus oscuros ojos me transmiten paz-. Muchos en este nido de cuervos están solos y no son capaces de sobrevivir a esas aves, ¿pero tú? Tienes muchos más aliados que cualquiera en Horenclow, tienes cada rey o reina a tu lado. Eres el reino más fuerte de Horenclow. 

Asiento. Él tenía la razón. Suspiro y le planto un suave beso en sus labios, demostrando lo agradecida que estaba por sus palabras y apoyo.

-Gracias por ser mi apoyo en este nido de cuervos. -susurro cerca de sus labios, provocando que se rocen.

-Por siempre mi lady. -responde con una linda sonrisa en sus labios.

Observo los labios de Caled, tan tentativos y a mi merced. Puedo sentir su mirada sobre los míos y como reflejo deslizo mi lengua lentamente sobre el labio inferior, humedeciendolo. Me levanto de donde estoy y procedo a sentarme sobre su regazo sintiendo sus manos posicionarse en mi trasero, llevo ambas manos a su pecho y jugueteo con los botones de su camisa.

Subo lentamente mi mirada a sus labios y los presiono con los míos. Un beso húmedo y profundo, mostrando lo desesperados que estamos por averiguar lo que se avecina, sus manos dan suaves apretones en mi trasero y las mías lo toman de su nuca tratando de acercarlo lo más que me sea posible. Sus labios sobre los míos, nuestras respiraciones agitadas y la necesidad de sentir su piel contra la mía son en lo único que pienso, por ello me separo de sus labios y comienzo a desabotonar su camisa.

-Tomando la iniciativa mi lady. -sus labios se curvan en una sonrisa ladina y luego los siento sobre mi cuello dejando húmedos besos.

-Luces algo tímido Caled, ¿acaso no estas seguro de tener sexo conmigo? -bromeo sacándole la camisa.

Susurros de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora