Prométeme algo...

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"Aprendí que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre valiente no es aquel que no siente miedo, si no el que conquista el miedo" NELSON MANDELA

RACHEL

Camine prácticamente temblando hacia la salida del estacionamiento de la lavandería donde se escuchaba la voz de Jay, aprete contra mi pecho el cuchillo que llevaba.

-Dime algo Jay al menos llegaste a tocarle algo más que la mano jajaja me das pena, tú aquí arriesgándote por alguien que no te quiere – estaba sentado sobre la espalda de Jay y vi cuando descargo una bala sobre un hombro de él, Jay soltó un grito de dolor y yo como la cobarde que soy me escondí tras una camioneta.

-Vete al diablo.

-Me temo que iras tu primero, sabes, me gustaría no matarte, me gustaría capturarte y torturarte como lo hiciste con mi gente por mucho tiempo maldito hijo de perra, pero ya tengo suficiente con el noviecito de Rachel, me divertiré ahora un poco con él – apunto el arma a su cabeza.

Pasaron muchas imágenes por mi cabeza mientras me movía hacia ellos, Jay y yo de niños, el cuidándome después de lo de mi madre, yo cuidándolo después de lo que paso, nadie sabía muchas cosas de él porque yo guardaba todos sus secretos, nadie sabe que fue víctima de abusos horribles de niño, su padre en su intento de deshacerse de él lo entrego a gente mala, paso un infierno y aún así logro regresar por mí y aunque sabía que algo malo se había apoderado de él, que crecía en su interior y que no era el mismo, yo lo seguí queriendo, muchas noches dormí a su lado intentando controlar los demonios que lo perseguían era la única que podía lidiar con ellos y a la única que le permitía acercarse o tocarlo... no podía dejar lo lastimaran, se lo debía.

Me arroje hacia ese monstruo y encaje el cuchillo en su hombro.

-Ahhh maldita – lo clave y lo retorcí, quería romperle los ligamentos del maldito brazo, era más fuerte que yo por lo que salí volando pegándome en el estómago, lo que me hizo retorcerme de dolor, me levanté y me puse a gatas en el piso para ver justo el momento en que Jay sacaba el cuchillo de su hombro para encajarlo en el pecho de ese monstruo pero no sin antes recibir balas en su pecho.

-Nooooo – cualquier dolor, cualquier herida, cualquier sufrimiento, no se comparaba con el dolor que estaba surgiendo en mi pecho, era un hueco, un vacío repentido por algo que fue robado.

-Rachel – lo escuché murmurar, gateé hacia él y tomé su cabeza colocando mi frente sobre la de él.

-Ayudaaaaa... ayudenmeee por favor, alguien... – grite como loca con lágrimas en mis ojos, llego corriendo el amigo de Brant.

-Maldita sea Rachel estas sangrando.

-No, no, es él ayúdame tengo que llevarlo a un quirófano yo puedo ayudarlo, necesito una camilla ¡correeee! – se paro y se fue.

-Te amo enana, lamento haberme tardado tanto en decirlo.

-No, cállate me lo dirás mañana también.

-Prométeme una cosa.

-No Jay, no digas nada tú vas a librarte de esta, siempre lo haces.

-En la próxima vida me escogerás a mi antes, me amaras a mi antes.

-No digas tonterías

-Promételo, tal vez en la próxima vida no haga las cosas mal, tal vez no sea un cobarde y te diga lo que siento por ti, tal vez me ames más a mí – eso me dejo con la boca abierta, el sabia de mi relación con Brant estoy segura y aun así lo acerco a mi y sobre todo no lo lastimo.

Enamorado de mi protegida (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora