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Cuando tocan la puerta voy a abrirla y Paulo me saluda con una sonrisa.

-¿Y mi helado?- levanta la bolsa y yo abro un poco más la puerta para que pueda pasar-. Ahora sí, pasa- niega con la cabeza y se ríe.

-Deja de reirte boludo- le digo mientras cierro la puerta y me siento en la cama.

-Es que no me costó nada convencerte- se sienta al lado mío y abre el helado.

-Es helado boludo, ¿quien no ama el helado?- sonrió-. Bueno, ¿que hacemos?

-No sé, Lautaro te quería venir a molestar, pero lo llamaron para hacer algo. Igual seguro que en seguida viene.

-Ese pibe no madura más, ¿nadie vio que venias?

-Creo que no- dice y después agarra un pedazo de helado y se lo lleva a la boca-. ¿Por qué?

-A veces entran periodistas al hotel, y si ven que entraste a mi habitación se va a armar.

-¿Cómo la otra vez?- asiento.

-Sí, pero peor- como helado y agarro el control de la tele, pero Dybala me lo quita- ¿Qué haces?

-Pongo una película en Netflix- me mira y se lleva otra cucharada de helado a la boca.

-Yo iba a poner música, pero si queres vemos una película.

(...)

-Eu, sos consciente de que podríamos estar en la pileta del hotel o ir a la playa en vez de estar viendo Net...- antes de que termine de hablar siento algo frío en mi mejilla.

Levanto mi mano y me toco la mejilla, el helado de chocolate se cae en la sábana de la cama, intento limpiarla pero la mancha marrón se esparce más y termina peor.

-Paulo, sos un pelotu...- siento que se caga de risa y levantó la mirada, cuando siento mi otra mejilla con chocolate.

Entonces agarro mi cuchara saco helado y se lo tiro en la remera blanca que lleva puesta.

-Te fuiste al carajo Agustina- me dice con el ceño fruncido.

-Vos empezaste, encima manchaste la sábana con helado de chocolate- se me queda mirando-. ¿pasa algo?

-Tenes algo acá- se acerca a mi cara y lleva su dedo a mi mejilla.

-Y si me pusiste helado en la cara, es obvio que tengo algo.

-Sí pero no es eso- se acerca más y nuestras respiraciones se mezclan.

-¿Ah sí? ¿Qué es?- me muerdo el labio inferior y el se acerca más.

Siento su aliento cerca de mi boca y sonrió cuando siento sus labios rozando los míos.

Muevo un poco la cara y nos besamos, al principio el beso es lento, pero después de unos segundos nos empezamos a besar con más rapidez.

Paulo se separa deja el helado en el piso y me vuelve a besar.
Me subo a horcajadas sobre sus piernas, con mis brazos rodeo su cuello, y el me agarra de la cintura atrayendome más hacia él.

Tiro un poco de su cabello para profundizar el beso, Paulo gime y siento una presión entre mis piernas, haciendo que sin querer le muerda el labio inferior.

Cuando me está por sacar la remera tocan la puerta.

-La puta madre, debe ser Lautaro- me levanto de su regazo y me acomodo un poco la ropa y el cabello, Paulo hace lo mismo.
Abro la puerta y sí es Martinez.

-¿Todo bien?- asiento y lo dejo pasar, el mira a Dybala y se caga de risa-. Disimulen un poco más ¿quieren?

-No hacíamos nada- me mira y levanta sus cejas.

-Ni vos te la crees- vuelve a mirar a Paulo-. Limpiate el labio pendejo, te está sangrando.

Dybala se lleva su mano a los labios, se limpia y me mira.

-Perdón- le susurro y el sonríe-. ¿Que hacemos?

-Nos dieron la tarde libre con la condición de que no salgamos del hotel y no hagamos esfuerzo.

-¿Los chicos?- preguntó.

-Están todos en la pileta incluido tu hermano con tus sobrinos, ¿Vamos?- asiento.

-Dejen que me cambie, si quieren vayan a sus habitaciones a cambiarse, y nos vemos abajo.


Together | Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora