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-Amor- le doy un beso a Paulo que acaba de llegar de entrenar, él pasa a la habitación y se acuesta en la cama.

-No doy más, estoy re cansado- me siento a un lado y el apoya su cabeza en mis piernas.

-Me imagino gordo- le acaricio el cabello y el cierra los ojos-. ¿Te sentis bien?- asiente.

-Sólo cansado, ¿Queres que salgamos a cenar?- me mira.

-No gordo, si estas cansado nos quedemos acá- se apoya sobre sus hombros y coloca uno de mis mechones detrás de mí oreja.

-Perdón por no festejar los cuatro meses como se debe amor.

-No pasa nada Pau, en serio, nos quedemos acá y pedimos servicio a la habitación- se acerca y me da un beso.

-¿Ya te dije que te amo?- asiento.

-Pero lo podes hacer de nuevo- él se ríe.

-Te amo mucho gorda.

-Yo también amor- le doy un pico-. ¿Queres dormir un poco?

-Sólo si dormís conmigo- asiento y nos acomodamos en la cama.

Su cabeza queda sobre mi pecho y uno de sus brazos rodea mi cintura, y a los minutos Paulo se duerme.

(...)

-¿Qué se siente estar por cumplir 26?- le pregunto a Paulo que come un postre raro.

-Y nada, un año más que se yo- me sonríe y yo lo miro-. ¿Que se siente tener dos años menos que tu novio?

-Y no sé, decime vos que se siete tener dos años más y ser casi de mi misma estatura- me río.

-Igual te sigo pasando por dos centímetros, aparte vos sos modelo.

-No tiene nada que ver- lo miro sonriendo.

-¿Queres probar?- señala el postre y yo asiento. Acerca una cuchara a mi boca y lo pruebo.

-Está riquísimo ¿que es?- pregunto.

-No tengo ni idea, es algo típico de acá.

-Sos la única persona que conozco, que pide algo que no sabe que es- se ríe y aparta la mesa para mirarme de frente.

-En realidad ya lo había probado una vez pero nunca me acuerdo el nombre- se acerca a mi y me besa.

Sus labios tienen sabor a caramelo, rodeo su cuello con mis brazos y lo atraigo hacia mi, quedando así más cerca, él pone sus brazos en mi cintura y me levanta para quedar sentada sobre su regazo.
Paulo muerde mi labio inferior y sonríe cuando me aparto un poco para poder respirar.

Lo miró y sus labios están rosados por el beso, me acerco y lo vuelvo a besar. Levanta un poco mi remera acariciando mi espalda, yo siento un escalofrío que recorre por todo mi cuerpo. A los minutos los dos nos quedamos sin nuestras remeras.

Cuando siento que Paulo roza unos de sus pulgares con mi pezón gimo y después me separo, el me mira con el seño fruncido, pero después me vuelve a besar.

-No... espera Pau- me vuelvo a separar-. Tenemos a Lautaro y Lo Celso durmiendo al lado.

-No se van a enterar- dice suspirando.

-Es obvio que se van a dar cuenta.

-Sí no hacemos ruido no se enteran- me atrae hacia él y siento su erección contra mis piernas, cierro los ojos y me muerdo el labio tratando de no emitir ningún ruido.

-Te odio- digo viendo como el sonríe.

-Yo te amo- dice y me vuelve a besar.











Together | Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora