Día 7: Cambiante

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Ship: Nygmobblepot

Temporada: Tercera (03x14)

Palabras: 448

💀💀💀

Oswald se ahogaba en el fondo del río, nada le importaba menos, la helada agua no se comparaba con la frialdad de los ojos marrones que había mirado al dispararle.

Las esquinas de su visión comenzaban a oscurecerse. Moriría, incluso podría jurar que sentía los brazos de su madre, rodeándolo, acogiéndolo en la muerte, percibiendo como su cuerpo era arrastrado hacia la superficie. Una cara familiar le sonrió a pesar de su angustia. La misma cara que lo llevo a su perdición.

Inesperadamente despertó en una fría sala, improvisada como barata habitación de hospital. Asustado se palpó el abdomen, notando el vendaje. La náusea lo invadió al ver que Edward con gesto preocupado se acercó.

—¡Oswald! Sé lo que piensas, déjame explicarte— le tranquilizo retrocediendo unos pasos.

El Pingüino siguió removiéndose en la cama, desubicado sin entender.

—¡Yo no te disparé...! Eres muy importante para mí.— declaró tomando una de sus manos temblorosas.

Aceptando el toque, se tranquilizó. —Pero yo maté a Isabel.

—Eso no me importa, ese no era yo.— le sonrió —tenías razón, después de conocer a Isabella, era demasiado perfecta, la investigué un poco. ¡Era un clon! Uno de los monstruos de Strange.

—¿Qué?

—¡Sí! Es una larga historia pero di con una organización secreta que conspiraba en tu contra y pretendían separarnos porque estabas adquiriendo demasiado poder.

—No comprendo, ¿cómo?

—Cuando ellos descubrieron que yo lo sabía, me secuestraron, me ataron en una máquina, donde otro de los fenómenos del profesor Strange entró en juego, su nombre es Basil Karlo, un cambiante.

—¿Un qué?

—Alguien que puede transformarse, mimetizar su aspecto, en este caso, el mío. Has convivido con mi usurpador desde la cena de los fundadores, porque ellos descubrieron que yo... bueno, que eres especial para mí.

Oswald estaba atónito, dudando de la realidad en la que despertó, mientras Edward seguía con una radiante sonrisa a pesar de su ojeroso aspecto. La mano de Ed se presionó más y el hombre lo abrazó cuidando su herida.

—Creí que no llegaría a tiempo— le susurró —aún soy un fugitivo para el DPGC pero honestamente, les debo el escape de mi cautiverio.

Oswald temblaba, podía tener la certeza de que sin los brazos del castaño sujetándolo se dejaría caer en la locura. —Ed, ¡por Dios, lo lamento! Nunca debí hacerlo, fui egoísta, creí que lo hacía por amor.

—Oswald, tranquilo, todo está bien. Vi lo que hiciste con Barbara, e Isabella no es importante para mí... pero tú sí.

Fue arrullado entre sus brazos hasta que el cansancio lo superó, hundiéndose en el soporífero estado, la oscuridad lo envolvió, dejándolo temeroso para el siguiente despertar, pues los sueños vívidos podrían confundirse con la realidad.

GOTHAM EN FICTOBERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora