Día 18: Profecía

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Ship: "Nygmobblepot"

Temporada: Tercera (03x04)

Palabras: 523

💀💀💀

Después de ganar las elecciones, alcalde y Jefe de estado celebraron junto al resto de Gotham, aceptando diversos regalos de sus votantes, encontrando el más extraño, los servicios de una conocida profeta.

Oswald se oponía fervientemente, subestimando lo ridículo que podría ser. En cambio Edward, por mera curiosidad, lo trataba de convencer. Sabía que eran supersticiones pero no dejaba de ser algo inútil y divertido de intentar.

—Vamos, Oswald. Muchos gobernantes se han apoyado en pitonisas para la toma de decisiones, es algo que se hace desde la antigua Grecia.

—Jamás dejaría que algo tan importante, se decidiera con magia, Ed. Para eso te tengo a ti, mi jefe de estado. Con mi cerebro y el tuyo, podremos sobrellevar esto muy bien.

—De acuerdo, no crees, yo tampoco. Así que no tenemos nada que perder.

—¿El tiempo, quizá?— cuestionó deteniéndose en la ansiosa mirada detrás de los lentes —Tú ganas, Ed. ¿Cuándo tenemos un espacio para eso?

Feliz de poder gozar la experiencia, en menos de un día, Edward consiguió agendar dicha cita.

Sentados en medio del modesto sitio ambientado con incienso y chales. Agnes, la profeta, divagaba cerrando sus ojos.

—Permítanme sus manos— pidió tomando ambas apretándolas y respirando de una manera que Edward cuestionó poco profesional.

—Oh, sí, puedo verlo. Ya lo veo tan claro como el día.

—Aquí siempre esta nublado— se burló Oswald susurrándole a Ed. Quien sonrió pero le pidió silencio con el movimiento de sus labios.

Agnes no dijo nada, agitó su larga melena castaña y rápidamente comenzó a revelar su profecía:

—¡Tengan cuidado de aquellos que llamen amigos! nada esta fijo, grandes cambios ocurrirán y la espalda se querrán apuñalar, uno contra otro se intentaran matar. Aislados de todo, la sociedad se fragmentará pero ustedes se unirán. Oigan bien lo que digo, pues el futuro no es divino. Los rubios serán sus principales enemigos, y si por la soberbia se dejan llevar, contra distintos muros, ustedes se extrañarán.

Oswald y Edward contuvieron la respiración un momento. Agnes les miraba preocupada, claramente angustiada. —Recuerden lo que les digo y su futuro...

La mujer no pudo continuar pues las carcajadas de los hombres resonaron en todo el lugar.

—Ay, Ed, tenías razón, esto fue mucho más divertido de lo que esperaba.

—Te lo dije, Oswald— respondió recuperando el aliento— discúlpenos, no queríamos ser groseros.

—Lo entiendo, caballeros, he visto lo que sucederá y...

—Y nos tenemos que ir, o esos grandes cambios no se producirán si seguimos aquí.— le cortó el Pingüino.

—Sí, es algo tarde. Nos retiramos, ha sido toda una experiencia, madame Agnes.— se despidió Ed, siguiendo a Oswald fuera del local.

—¿Oíste lo que dijo de los rubios?—preguntó Cobblepot atacándose con risas otra vez—como si alguien fuera un obstáculo para nosotros.

—¡Lo sé! ¿Quién podría ser?... ¿Jim?

—¿O Barbara tal vez?

—¡Oh, no olvides a Olga!— se carcajeó Ed.

—Vaya tontería. Ed, tú eres mi mejor amigo, no veo cómo podría querer asesinarte.

—También eres mi mejor amigo, Oswald— comentó con cariño— En fin, son tonterías, sabía que nos haría reír. Más de la mitad de lo que dijo, no tenía ningún sentido.

GOTHAM EN FICTOBERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora