Día 26: Luto

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Ship: Nygmobblepot

Temporada: Tercera (03x15)

Palabras: 521

💀💀💀

Luego de semanas con la búsqueda exhaustiva, se decidió ponerle fin. Pronto todos los noticieros hablaban del corto periodo y eficiente legado del Alcalde Cobblepot.

Con Edward Nygma al frente, no era de extrañar que fuera el hombre perfecto para dar el discurso de despedida en el funeral simbólico.

Edward ensayó en la mansión Van Dahl sus expresiones faciales, a fin de poder manipular a todos y mantener la cara pública de luto.

Las cámaras lo enfocaban, la gente lo miraba y antes de que le dejaran hablar, los escuchó murmurar a sus espaldas.

"Eran tan buenos amigos, inseparables"

"Hacían un trabajo estupendo, el mejor equipo de trabajo que hemos tenido en años"

"Era tan joven"

"Luce destrozado, lo admiraba tanto"

"¿Segura que sólo eran amigos?"

Edward ignoró los ridículos comentarios, fingiendo que no le hacía nada escucharlos. Se alisó la corbata y tomó el micrófono, listo para hablar.

—Hoy con tristeza despedimos a nuestro alcalde, un hombre íntegro de muy buenas facultades y clase— sentía náuseas de sólo decirlo, pero tenía una imagen que mantener.—su única visión en la vida, fue hacer a Gotham segura otra vez. Lo hizo, retomó los fragmentos de la ciudad y construyó con ellos un futuro sustentable, por eso lloramos al hombre que dio su vida por esta ciudad,

Entonces los reporteros comenzaron a dispararle con los flashes, aturdido, se extrañó del pequeño nudo que su garganta estaba formando, notando que la gente lo miraba con dolor, como si le tuvieran lástima. —Oswald, era un hombre perseverante, un poco excéntrico y terco— añadió con una sonrisa— pero siempre buscó lo mejor, nada podía ser menos que perfecto. Fue un hijo amoroso y un buen amigo...—carraspeó buscando pasar el nudo, sin éxito— mi mejor amigo. Mi maestro, él era mi guía— ahogó con un sollozo—¡No! ¡él no puede estar muerto! Di-disculpen.

Se alejó de la tarima dejando detrás de sí, a la gente agitada, cotilleando con descaro, otros, secando lagrimas falsas, mientras Edward rodeaba a los reporteros, ignorando, las impertinentes preguntas.

Edward llegó a la mansión, destrozado, furioso consigo mismo por perder el control ante las cámaras, se derrumbó en el sofá que tanto le gustaba usar al Pingüino, respirando los residuos de su colonia mientras se esforzaba por ignorar que lo hacía.

¿Qué le estaba pasando? Frustrado se levantó y bebió de uno de los licores favoritos de Oswald.

—Soy un tomo de dolor, se necesita ayuda para dar vuelta a la página, secundario al enfriamiento, no hago sufrir a los muertos. ¿Qué puedo ser?— se preguntó a sí mismo.

—El luto...—murmuró desconcertado, no podía soportar la idea de que perder a Oswald en realidad le doliera, no cuando él mismo tiró del gatillo. No podía dolerle porque no lo quería, ¡Lo odiaba!

En negación pasó por varios días, con Barbara deambulando, presionándolo para que le ayudara a obtener poder en la ciudad. Cuestionándole por sus verdaderos sentimientos hacia el Pingüino, una tarde, accedió. Lo extrañaba, ya no podía negarlo.

—Nygma, querido, ¿por fin podremos trabajar?

—No, Barbara. Hay algo que debo terminar y necesito tu ayuda... ¿aún tienes esas píldoras?

GOTHAM EN FICTOBERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora