Conseguí escaparme de esa cena, me senté en la orilla de mi cama y comencé a inhalar y exalar, intentando no caer en llanto.
Sabía que esto pasaría, puesto que no era tan fuerte aún. Necesitaba superar completamente a Logan para volver a ser mi antigua yo, o incluso mejor persona.
Él seguía en mí, atandome a su recuerdo, volviendome inválida. No sabía cómo escapar de él. No quería olvidarlo, sólo quería que no doliera tanto.
Algunas lágrimas salieron de mis ojos, demostrando mi fragilidad en ese momento. Quería escaparme de todo esto. No quería estar ahí, intentando ser fuerte. No quería dormir porque en mis sueños, Logan era el protagonista, y, al despertar, todo estaba negro, como siempre.
Todos decían que necesitaba avanzar, pero nadie me enseñaba cómo. Quería volar y ya no mirar atrás, sin embargo, algo me detenía. Y era alguien con olor a cigarrillos.
—Oye— Dijo alguien, dándome un susto de muerte. Alzé la vista y justo en el marco de la puerta estaba recargado Travis. Su expresión en su rostro no decía nada. No sabía si estaba disfrutando verme sufrir o simplemente no le importaba una mierda. —No sé mucho de cenas entre vecinos, pero es un poco descortés de tu parte no estar ahí. —Alzó los hombros. —Todos llaman por ti. Creí que estarías en el tocador, como afirmaste. —Su voz era gruesa y atractiva, sin embargo, tenía un acento británico que sus padres no.
—Lo siento— Susurré. —No tengo ánimos para eso— Traté de sonreír, pero en vez de eso, hice una mueca de incomodidad.
Él dio un paso adelante, por lo que me tensé. El olor de su perfume caro y un ligero olor a tabaco indundaron la habitación.
—Si necesitas hablar, dímelo antes que me arrepienta— Mencionó, en un tono neutro.
—¿Por qué haría eso?— Inquerí.
—No te conozco y ni tú a mí, por lo que es bueno contarle lo que más te duele a un desconociendo.
Sus ojos esmeraldas me miraban fijamente, tratando de convencerme. Sin embargo, me quedé callada. No le diría nada a alguien quien ahora ocupaba el cuarto de Logan.
—Está bien, si cambias de opinión, estaré en aquella ventana- Señaló el cuarto de Logan. —He visto que todas las noches estás ahí— Luego de eso, salió de la habitación.
No me había dado cuenta que mi corazón latía con fuerza y tenía las manos en puños, sólo hacía eso cuando estaba nerviosa. Por alguna rara razón, Travis me puso nerviosa con su presencia. No puedo decir por qué, pero había algo oscuro en él.
Me paré y limpié un poco el vestido. El espejo reflejaba mi cansancio, por lo que suspiré y salí de mi habitación. Esta cena era importante para mi mamá y estaba siendo egoísta al no estar ahí.
Sólo tenía que estar sentada sin decir nada. Ignorando todo lo demás.
Sin embargo, eso último fue lo difícil, ya que Travis me miró en toda la cena, por lo que el nerviosismo y la incomodidad estaban presentes. Y, en algún momento, el recuerdo de Logan no estaba presente.
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Hola, ¿cómo van con la cuarentena? Les cuento que a mí me dio ansiedad JAJAJJAJAJAJJAJAJAJ :( no es bonito.
Sé que tardé un montón en actualizar, pero es que no tenía tanta inspiración, la verdad :( meper donas?
Y una cosa importante:
¡QUÉDENSE EN CASA!
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Lo que nos unía
Novela JuvenilEn un nuevo comienzo en una ciudad desconocida, Lindsey se encuentra en un mundo completamente ajeno. Sus padres se mudaron por trabajo, y mientras intenta adaptarse a esta vida llena de cambios, un inesperado vecino entra en escena. Logan, su enigm...