15.- El ignorado.

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Ocupé un asiento en la parte delantera del aula, y el profesor entró sin pronunciar palabra alguna. Se quitó los lentes y los dejó en su escritorio, observando a la masa de estudiantes con una mirada incómoda y pesada.

La clase quedó en silencio, todos expectantes ante su presencia. Finalmente, rompió el silencio.

—Muy bien, chicos —dijo con esfuerzo—. Para la próxima clase, necesito que formen equipos de tres a cinco integrantes y preparen un proyecto: una maqueta de una molécula de animal. Deben estructurar sus componentes y elementos. Esto es importante, especialmente si están en riesgo de reprobar la materia.

El aula se llenó de murmullos. Como era de esperar, todos ya tenían equipos formados, excepto yo. A pesar de haberme mudado hace más de tres meses, aún no había hecho amigos. Temía que todos me percibieran como alguien extraña.

De repente, alguien tocó mi hombro, llamando mi atención. Me volteé y me encontré con un chico alto, de tez blanca y cabello rubio. Sus ojos azules brillaban, y tenía una sonrisa encantadora que me puso nerviosa de repente.

—Hola —saludé tímidamente.

—¿Tienes equipo? —preguntó con una voz ronca pero suave. Al ver mi negativa, juntó las manos y su sonrisa se amplió.—Genial, entonces estás conmigo.

Respondí con una sonrisa y un asentimiento de cabeza. Cuando me giré, noté la presencia de Logan en el extremo opuesto del aula. Nuestras miradas se cruzaron, él me regaló una sonrisa tímida y feliz, pero yo aparté la mía rápidamente.

Sabía que Logan no tenía la culpa de que comenzara a sentir cosas por él o de que me hiciera ilusiones sin decirme directamente que tenía sentimientos hacia mí. Probablemente para él, yo solo era una buena amiga.

Seguí al chico rubio hasta la parte trasera del aula, donde había tres personas que parecían tener un estatus social más elevado que el promedio de la preparatoria.

Cuando nos sentamos, una chica con cabello castaño habló sin apartar la vista de su celular, jugando con un mechón de su cabello.

—¿Podemos empezar ya?

De repente, todos parecieron notar mi presencia y sus miradas se fijaron en mí. No podía descifrar lo que estaban pensando. Todos parecían inexpresivos, excepto el chico rubio, quien me sonreía tratando de reconfortarme.

—¿Por qué no empezamos investigando cómo se ven las moléculas y los componentes? —sugerí, incómoda por ser el centro de atención.

El ambiente en el grupo se volvió pesado. Había escuchado rumores negativos sobre ellos, y aunque sabía que tenían mala fama, el chico rubio no parecía encajar con ese estereotipo.

Finalmente, el silencio incómodo se rompió cuando un chico pelirrojo tomó la iniciativa.

—Bueno, ¿qué esperamos? —dijo.

Éramos cinco en el equipo, tres mujeres y dos hombres. Sin embargo, nadie parecía estar dispuesto a empezar. La chica castaña no soltaba su teléfono y miraba su perfil de Instagram. El chico pelirrojo miraba alrededor sin tocar su libreta. El chico rubio garabateaba sin sentido, y una de las chicas tenía la mirada fija en Logan, como si fuera una presa y ella, una cazadora.

Logan, por su parte, mantenía la vista en el suelo, respirando lentamente y pasándose la mano por el cabello de vez en cuando. Vestía su sudadera negra característica, pero lucía sorprendentemente atractivo de alguna manera que no podía comprender.

De pronto, Logan notó la mirada de la chica hacia él, y, para mi sorpresa, no la apartó. Los segundos pasaron y su mirada seguía clavada en ella.

Me sentía incómoda en mi asiento, y aclaré mi garganta para intentar alejar los sentimientos que surgían en ese momento. La ira crecía lentamente dentro de mí. Quería gritarle a Logan por corresponder la mirada, gritarle a la chica y gritarme a mí misma por lo que estaba sintiendo. Era un completo desastre. Lo único que quería hacer era correr hacia Logan y abrazarlo, transmitiéndole un mensaje claro a la chica.

Miré nuevamente a Logan, pero esta vez su mirada estaba en mí. Su expresión parecía cansada y triste, pero me dedicó una sonrisa mostrando sus dientes. En ese momento, no estaba segura de si seguir con mi plan de alejarme de él por un tiempo. Logan me hacía querer huir debido a la confusión que sentía. ¿Por qué tenía que ser todo tan complicado? ¿Por qué enamorarse era una lucha constante?

El chico rubio me sacó de mis pensamientos.

—¿Cómo te llamas, por cierto? —preguntó, mostrando unos pequeños hoyuelos en sus mejillas con una sonrisa.

—Soy Lindsey —respondí—. ¿Y tú? ¿Cómo te llamas?

—Jackson.

De reojo, noté que Logan había salido del salón sin decir una palabra.

Lo que nos uníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora