Doce días después

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Logan estaba frente a mí. La sonrisa que adornaba en su rostro era tan hermosa y encantadora. Las ojeras en su rostro habían desaparecido, como si la felicidad lo hubiese golpeado y cambiado. Estaba totalmente cambiado. No vestía de negro, a excepción de su sudadera. No olía a cigarrillos. Olía a una fragancia dulce y a la vez fuerte.

Se acercó a mí, puso su mano sobre mi mejilla y con su pulgar la acarició.

—Tus ojos verdes me recuerdan a un lugar muy especial— Susurró.

Su rostro avanzaba con lentitud hacia mí, cerré mis ojos...

Y entonces, desperté.

La luz del día estaba como opaco, sin vida. Iluminaba, pero a nada en específico. En esta vida todo había perdido sentido. Una búsqueda sin salida, una pista que lleva a una y acaba en otra.

Seguía repitiéndome que estaba muy joven para deprimirme. Debía de aceptar que Logan se fue por una cosa. No le importó nada. ¡Nada! Esto ya era cansado. Siempre decía las mismas cosas pero no las practicaba.

Entonces, recordé que le escribí algo a Logan en alguna clase, y me sentí realmente bien.

Y es así como terminé arrancando una hoja papel de mi libreta y puse una silla sobre mi balcón para mirar la ventana de Logan.

Hola, Logan.

Quizás nunca leas esto, pero no me importa realmente. Esto lo hago con el afán de sentirme bien conmigo misma, de dejarte ir y olvidarme de ti. Necesito ser libre, y no lo estaré si sigo enganchada en ti.

¿Por qué sigo contigo cuando tú ya no estás acá? No lo sé. Pero fue bueno conocerte, créeme.

Fuiste diferente conmigo, no me tratabas con ternura o siquiera con amabilidad, y déjame decirte que eso me irritaba y me enamoraba a su vez.

Fuiste, eres y serás muy especial para mí. Quizás esto sea muy cliché y estoy segura que odias los clichés, aunque tú eres uno.

Debo de dejarte ir, Logan. Quiero dejarte ir. Y con esto estoy segura que lo lograré.

Si alguien me pregunta sobre ti, diré: "Él fue el primer amor de su vida, y estoy muy segura que yo también lo fui en la suya".

Con todo el amor del mundo,

Lindsey. Simpre seré tuya.

Una lágrima resbaló de mis ojos, levanté la vista e imaginé a Logan en su ventana despidiéndose con una sonrisa y con una mano, moviendola de un lado hacia el otro. Después, dándome la espalda y caminando para alejarse de nuevo.

Y es así como me despedí de Logan Reynolds.

Lo que nos uníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora