Lo que nos unía

Recuerdo

A veces caía en un profundo sueño estando despierto. Las cosas cosas a mi alrededor se desvanecían y la oscuridad comenzaba a reinar en mi mente.

El humo del cigarro salía de mi boca lentamente mientras las estrellas brillaban desde el cielo. El vacío en mi pecho a veces solía ser más grande... y dolía. Una soledad tremenda me invadía, a causa de eso, las lágrimas se juntaban en mis ojos, pero no les daba el derecho de salir.

Mi papá se fue cuando tenía ocho años, mi mundo dejó de tener sentido, puesto que él era mi ejemplo a seguir. Mi mamá siguió siendo la misma fría de siempre, y yo no entiendo por qué es así, sin embargo, me obligué a ser como ella. Veía que todo lo que pasaba no le dolía, siempre mantenía una expresión bastante dura en su rostro.

Una noche, bajé a la primer planta de mi casa para tomar un vaso de agua. Mi mamá estaba en el sofá sentada con una botella de vodka en su mano. Farfullaba cosas sin sentido, como cualquier otro borracho. Cuando me divisó, sonrió sin motivo. Era una sonrisa bastante alegre, que me erizó la piel.

—¿Tú eres mi hijo?— Preguntó entre carcajadas. —¡Ugh! ¿En qué estaba pensando?

Una opresión en mi pecho comenzó a dolerme. Pero me obligué a pasarlo por alto. Me di media vuelta para dirigirme a la cocina, pero algo me detuvo.

El dolor se expandió por todo mi cuerpo, mis ojos se cerraron inmediatamente y no pude evitar sacar un gemido. Mi mamá me había lanzado la botella de vodka y ésta se había hecho añicos en mi espalda.

Ella volvió a reírse, como si hubiera visto algo realmente gracioso.

Subí a mi habitación, tratando de no llorar. Miré por la ventana y mi amigo Apolo estaba en su escritorio escribiendo algo.

Él y yo habíamos sido amigos desde pequeño. Apolo me dijo una vez que yo era como su hermano, a lo que yo sonreí, porque nadie me había dicho algo así. Yo también lo consideraba un hermano. Desgraciadamente, faltaba poco para mudarse, él también se iba.

Apolo notó mi presencia en la ventana, arrugó el entrecejo y caminó hasta su balcón.

—¿Pasa algo, Logan?— Inquirió con tranquilidad. Mi silencio respondió por mí. Bajé la vista. —¿Tu mamá?

Asentí con la cabeza sin siquiera mirarlo.

—Volvió a golpearme— Susurré.

—Necesitas hacer algo, Logan. Ella no puede hacer eso toda la vida. Puedes irte a vivir con una tía, o tu abuela. Pero no debes estar con tu mamá. Tú no te mereces eso— Me dijo, mirándome con tristeza, o tal vez lástima. Su voz era gruesa y ronca, pero ese día era suave y tranquilizadora.

Quizás irme con mi tía Rossy (la hermana de mi papá) no era mala idea. Ella vivía en Massachusetts, por lo que estaría muy lejos de aquí. Tal vez me alejaría sin decir nada para llegar hasta ella.

—Sí, quizá— Musité.

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Hola, oigan, si ven que los guiones de diálogo son los pequeños me dicen, por favor :)

Y aquí está la actualización que tanto me pedían :'3 Lamento no actualizar, pero la escuela me quita muchísimo tiempo.

Los amo, eso es todo. Nos vemos luego ;)