Capítulo 2

1.9K 153 5
                                    

Narra Jaredith

Ednel sonrió de lado - de acuerdo, entonces hoy mismo harás tu castigo Jaredith, tendrás que cruzar el portal número 3 y hacer un mapa del otro mundo.

-¡¿Estás loco?!- enojada, frustrada, obviamente el arcángel se estaba aprovechando de la situación no quiere que cumpla un castigo, quiere que haga su trabajo.

-No lo estoy, esas son las reglas del juego Jaredith o te apegas a ellas o pierdes - alzando la ceja -No querrás que Norte se entere que no podrás cumplir el castigo, imagínate como se pondrá.

-Ya, ya está bien, esta bien Ednel, iré a Athikus- el arcángel me extendió un cuaderno y un lápiz.

-Cada lugar que vayas pisando, este lápiz lo empezará a plasmar, ¿esta demás decir que no es un cuaderno y un lápiz normal o si?

-Entiendo, entiendo - guardando todo en mi mochila, más tarde me encontraba frente al portal tres con Zadquiel acompañándome fielmente, abrazo a mi terrenal.

-Enserio déjame acompañarte -frunciendo el ceño, negué rápidamente.

-No, se supone que tengo que hacer esto sola, no quiero que nadie se entere que iré a Athikus porque no está permitido para nosotros - le explico - si voy yo, tú puedes cubrir mi ausencia, así no voy el día que ya tenía planeado mi castigo, presento mi clase de la comunidad en la universidad y listo, nadie sale afectado.

-No quiero que te pase nada, entiéndelo -suspiro y me dio un beso en la frente - cualquier cosa, tocas el tatuaje - yo tenia un tatuaje pequeño en mi antebrazo, eran unas alas, era la manera de comunicarme con Zadquiel.

-Si Zad- suspiro y el portal 3 se abre ante mi, veo por última vez a mi terrenal y me adentro por primera vez a ese mundo, no me había puesto a pensar en los peligros en los que me estaría exponiendo, solo traía mi arco y flechas.

Lo primero que vi de Athikus fue un enorme cielo azul claro con nubes blancas, parecido a la Tierra. Estaba en un pastizal enorme verde y frondoso, saque rápidamente la libreta en la primera hoja, también el lápiz para apuntar lo que veía, para describir cada detalle de este lugar y al momento que la punta del lápiz tocó la hoja de papel, este comenzó a dibujar el pastizal.

Mi miedo y estrés fue disminuyendo considerablemente cuando veo a las mariposas llegar a unas flores. Comencé a caminar más segura en este lugar salvaje, era perfecta la naturaleza, estaba a su máximo esplendor, un espíritu de aventura que lo creía perdido, resurgió.

>>Una Jaredith de 7 años corría por todo el campo de fútbol, que estaba a unas cuadras de su casa a lado del parque donde siempre iba a jugar con sus amigos.

-Vamos a encontrar el tesoro del rey Fideo- toda llena de lodo, siguiendo un mapa "del tesoro" hasta que vieron una X en el sitio marcado, la azabache comenzó a quitar el lodo hasta que encontró lo que buscaba.

-Lo escondieron bien estos piratas - señalando a unos niños mayores que estaban jugando fútbol, que siempre escondían ese pequeño tesoro, la niña junto con sus amigos fueron al grifo más cercano a quitarle todo el lodo. Listo para ser entregado al rey Fideo.

El rey Fideo era un perro grande del cuidador del área - aquí tienes Fideo, tú pelota - Jaredith le extendió la pelota y el perro la tomo comenzando a jugar con ella. <<<

Cada paisaje que recorría, era paisaje que quedaba plasmado en la libreta, hasta que unos gritos agudos me hicieron sacar el arco y las flechas...corriendo en dirección a aquellos gritos.

Al llegar a donde había un montón de arbustos caminé con sigilo, hasta que perdí el piso literal, caí viendo una cueva observé muchas luces volando a mi alrededor, hasta que una se paro en mi mano, era una pequeña persona.

Entre tus alas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora