Narra Jaredith
Abro los ojos encontrándome de nuevo en este lugar, estaba todo oscuro, me levanté y comencé a caminar rápidamente tratando de encontrar algo de luz. Detestaba la oscuridad.
-Te amo - escuche una voz y me acerque a esa luz que se hacía presente, era un recuerdo. Ahí estaba Norte mientras pegábamos nuestras frente.
"¿Yo amaba a Norte?" Un calor invadió mi interior, mis mejillas se tornaron rojas. Seguía mirando esa escena.
-Te amo más cariño - respondió Norte para besarnos, con tanta delicadeza y sincronía -Eres lo mejor que me ha pasado.
Seguía impactada, antes de reponerme del shock, me llegó otro recuerdo.
Iba caminando por esos pasillos del edificio y alguien me jala a un cuarto.
-¿Por qué te arriesgas tanto? - ahí estaba Norte acorralándome contra la pared, parecía molesto y preocupado - estuve a nada de romper las reglas e intervenir en la misión.
-Lo lamentó, no fue algo que pudiera predecir Zadquiel o yo- estaba hipnotizada con la mirada imponente de Norte, él me contestó con un beso donde ambos dejábamos salir nuestros sentimientos.
-Eres mi perdición Jaredith Balmis - comentaba entre besos él, al mismo tiempo que me acariciaba insistentemente la cintura.
-Pues tenemos un problema jefe, porque estoy perdida en ti.
Sonreí como enamorada al ver la sonrisa que mostraba Norte, comenzó otro recuerdo.
Norte estaba conduciendo mi auto, vestía como un humano - te dije que te iba a llevar a una cita -ambos traíamos gorra y unos lentes - escuche que te gustaban los partidos de americano.
Estábamos en el estadio de americano de mi universidad, claro era la final, ahí estábamos Norte y yo entre el público, nos sentamos en una escalera de concreto. Norte estaba sentado en uno arriba, abrazándome cubriéndome del frío.
-Si que sabes sorprenderme novio - le dije dándole un beso.
-Sabia que mi novia no se perdería esto.
Éramos novios, mis ojos comenzando a aguarse, era todo tan hermoso.
En otro recuerdo, estábamos en mi antigua casa de cuando era estudiante.
Estábamos besándonos en mi cama, esos besos eran subidos de tono él estaba arriba de mí, estaba acariciando sus cicatrices en la espalda en especial la de sus alas aprovechando que no tenía camisa y él acariciaba mis piernas, hasta que se detuvo al inicio de mi falda.
-No amor - me acarició la mejilla, sin dejarme de ver con ese amor y ternura, se separó de mi con cuidado-este año y medio que he estado a tu lado, me hiciste descubrir sentimientos nuevos. Pero esto todavía no, te respeto demasiado Jaredith.
-Esta bien, supongo que fue el calor del momento- con todas las mejillas rojas, acomodándome bien la falda -Te amo Norte, me encanta que me respetes tanto- le doy un corto beso.
Salí de ese recuerdo, al ver un montón de humo negro que nubló mi imagen de Norte, lo ví. El autor de mis pesadillas.
-Así que si eres real - fue todo lo que dije totalmente pálida, él sonrió.
-Claro que si soy real - suspiro y me vio a los ojos - he estado en tu mente durante casi toda tu vida, esperando el momento para hablar y creo que ha llegado.
-Ya no te tengo miedo - cruzando los brazos -¿Qué quieres?
-Lo que tú también quieres Jaredith, que se acabe esto.
Abro los ojos topándome con Zadquiel, Hazel ¿Dónde estaba? Después de ver a mi alrededor reconocí este lugar, la casa de Zadquiel.
-¿Jaredith? - era Zadquiel, no tuve tiempo de contestarle porque me fui corriendo al baño a vomitar - Sip acabas de pasar por el mismo proceso que yo sufrí, cuando me quitaron la plegaria del olvido.
-Ten Jar, te va ayudar - era Hazel dándole un vaso de agua - ¿dónde está mi bebé? - pregunte después de sentirme un poco mejor.
-Aquí está - Zadquiel me entrego a mi hijo - me voy a llevar a James a dar una vuelta por esta ciudad, se lo prometí.
Escuche que dijo vagamente, asentí. La verdad estaba súper concentrada en mi pequeño, acariciaba sus manitas y vi sus ojos hermosos. Era perfecto la mezcla perfecta de Norte y mía, empecé a llorar silenciosamente estaba feliz.
Lo bañe y le di de comer, al verlo profundamente dormido, le acomodé una cobija y una pañalera con lo necesario para él.
-Vamos a ver a tu papá, Mateo - murmuraba mientras caminaba a donde estaba la ciudad celestial, ya que vivíamos a las afueras del área.
Debo admitir que me sentía extraña, las casas de la ciudad celestial eran perfectas simplemente, de un color blanco armónico, sus calles limpias y obviamente nadie las utilizaba, no entendí porque tenían calles. Me sentía rara ser una de las que las utilizaba, me acomodé bien a Mateo y llegue a esa casa.
-Hola - dije tímidamente al ver que abrió la puerta dejando ver a Norte, visiblemente sorprendido -¿Podemos pasar?
-Adelante- haciéndose a un lado, entre a su sala. Extrañaba esa mirada que me estaba brindando, me sonroje - esta muy calmado -mirando insistentemente donde estaba mi hijo.
-Si - descubriendo su carita dormida -lo bañe y le di de comer, esta bien dormido.
-Vamos a dejarlo en su cuarto para que descanse- "¿Mateo tiene su cuarto?" No dije nada simplemente lo seguí, para sorprenderme estaba bien amueblado el lugar.
-Woo - deje a mi hijo en esa cuna y suspire al verlo dormir tranquilamente.
-Jaredith yo - me gire para encontrare a Norte, negué rápidamente.
-¿Por qué lo hiciste? - con lágrimas en los ojos, me acerque y lo encaré nunca le había tenido miedo. -Eran mis recuerdos, nuestros recuerdos ¿Sabes lo vacía y solitaria que fue mi vida?
-Lo hice para protegerte - le acarició la mejilla, no dije nada simplemente hice lo que mi corazón me pedía a gritos que hiciera.
Lo besé, necesitaba saber si seguía siendo mi Norte después de todo ese tiempo, quería llorar, estaba tocando el cielo. La sensación de un dulce beso, era lo que anhelaba mi alma. Él me envolvió en sus alas.
-No sabes cuando extrañaba besarte, cuando te salvé de esa criatura no pude contenerme -seguía envolviendo en sus alas, me acariciaban los labios y sonreí. - Eres lo mejor que me ha pasado en esta eternidad y era un sufrimiento haber estado cerca de ti, sin poder abrazarte, besarte, decir lo hermosa que eres y lo mucho que te amo.
-Te amo Norte, nunca me vuelvas a hacer lo mismo, antes muerta que volver a olvidarte -lo tome del rostro - ¿me entendiste? - alce la ceja, él se rió.
-Entendido amor - volviéndome a besar.
Otro día estaba con Ednel, seguía haciendo el trabajo de ayudarle a describir a las criaturas del otro mundo.
-A él le gusta comer flores y algunos frutos silvestres que encuentra en su camino, él no es malo - Ednel estaba dibujando a la criatura, callado - ¿Y ese milagro que no me molestas con mis cosas de humana? - se había convertido en un amigo en esas semanas y era raro que él estuviera callado.
-No sé, no quiero problemas con el Supremo Líder- lo golpeo en el hombro.
-¿Le tienes miedo a Norte? - alce la ceja, él se ríe.
-No humana estupida - se carcajea, rodé los ojos - Es obvio que lo decía jugando, solo que este mundo nunca me ha dado confianza, ya que es muy salvaje, todo lo contrario a la tierra o la ciudad celestial y ahora menos.
-Qué sea salvaje no significa que sea malo - le dije dejando libre a la criatura, en eso comienzo a ver como las mismas marcas se comienzan a formar en mis manos. -No puede ser.
"Es hora de salir" reconocí la voz del ser que estaba dentro de mí.

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Entre tus alas
Ficção Científica-Una vez que descubres a las criaturas de Athikus, ya nada vuelve a ser como antes, las buscarás por donde sea - me comentó Zadquiel. Asentí con algo de miedo mientras tomaba el arco y la flecha, lista para la primera misión como guardiana. Habíamos...