Entre tus alas

Capítulo 12

Narra Jaredith

Estaba platicando con Azura, la hadita me confirmó una cosa, Norte había ido a esa parte árida del planeta, donde solo un tipo de criaturas viven ahí. Los que tienen maldad intrínseca.

Ningún guardián y terrenal a estado, llegue a la frontera, la hadita me miró preocupada.

-Tengo que hacerlo Azura, quizás esté en problemas.

La hadita señaló los rayos de Sol, luz era la respuesta, recordaba esa batalla con los dragones.

Necesitaba a Zadquiel para poder hacer crecer mi tatuaje con sus alas.

-Volveré Azura con él - comencé a caminar con cuidado, trataba de contener mis emociones, el lugar tenía un aspecto que te haría correr.

Me mordí la lengua, en estas semanas, sin él. Me di cuenta que lo que significaba ahora Norte en mi vida, lo que es para mi y el porque me sentía dividida.

Norte se había vuelto parte de mi vida en estos meses con sus charlas, su compañía, me hacían sentir segura. Me había enamorado de él y estás dos semanas casi tres me había dado cuenta de eso.

Caminar entre la oscuridad con la sensación de que alguien estaba a mi costado, era algo que ya había pasado.

Estuve caminando por mucho tiempo hasta que oscureció, veo un montón de hombres parecían humanos, pero su piel era azulada pálida, ojos rojos.

Parecía que estaban buscando algo, aún no me habían visto comencé a correr al ver un montón de sangre en el piso.

Los rayos de la luna no podían tocar el piso de este lado del planeta. Llegue a donde había un montón de árboles.

"Sube" al ver que venían hacia acá las criaturas que había visto, comencé a subir a uno de los árboles.

Habían atrapado una criatura, parecía una cría de León, me tape la boca para no gritar al ver la manera que lo mataron.

Llorando en silencio comencé a escalar, tenia miedo, hasta que sentí por fin unos rayos de Luna en mi rostro, ya no tenía miedo. Había un montón de aves surcando el cielo oscuro bien iluminado por la luna.

Mi marca me empezaba a calar, me rompí un poco la blusa, ahí estaba reluciendo mi marca, la media luna que me había hecho Alexander hace 6 años.

"Tranquila Jaredith, no temas hija mía" escuche una voz dulce "Acá arriba" solo estaba la luna en su máximo esplendor "mientras que mis rayos de Luna te iluminen, ellos no te podrán tocar"

"¿Quién eres?" Pregunté quería ver si no había enloquecido.

"Tú madre Luna" si la luna estaba hablando conmigo. "Siempre he estado aquí cuidando a cada una de mis hijas lunas, mis súbditos más leales, los lobos saben diferenciarlas y traerlas a mi"

"Yo no soy una Luna" baje la mirada "Yo no tengo relación con mi Alpha, mi corazón es libre no  le pertenece a Alexander"

"Ser Luna implica más que eso, ser luna es velar por la seguridad de la manada que te eligió, ser la compañera del Alpha en eso...proteger a mis súbditos, ese es tu deber con tu Alpha"

"Así lo haré, entonces" me incline para brindarle su reverencia a mi madre Luna.

Quería ver más la luna, así que salí de esa copa del árbol sintiendo la brisa helada de Athikus, con un montón de estrellas. 

En eso veo otro árbol más grande sus ramas era más gruesas, sería un buen refugio para pasar la noche, pero había algo más, algo brillaba entre las ramas. Acomode mis flechas y arco.