Narra Norte
Una vez que todos estuvieron aquí, cerré las puertas de la ciudad, creando un domo irrompible.
-¿Te ayudamos en algo? - decía Maria y Sebastian, ambos traían a su familia.
-Solo respáldense en las casas de sus terrenales, hasta que no de la orden. No salgan.
El cielo se había tornado gris, una densa niebla hizo imposible que el sol iluminara como siempre la ciudad celestial.
-Están afuera - fue todo lo que dije viendo esas nubes.
Había mandado hacer hace un siglo estratégicamente las casas de los terrenales alejada de la ciudad. El centro de la ciudad y sus alrededores tenían su propio domo extra.
Estaba caminando por los pasillos del edificio, hasta que su voz me hizo detenerme, inconscientemente me toque los labios.
>> La criatura que había salido de James, sentía la necesidad de alimentarse, comenzó a correr hacia su próxima víctima.
Jaredith comenzó a correr como si la vida se le fuera en ello. Sin percatarse que aparte de la criatura, alguien más había salido a ayudarla.
Un cólico en el vientre la hizo detenerse abruptamente, todavía no eran ni 15 días de que había dado a luz, no ha tenido el reposo suficiente.
En eso la criatura la estampará contra la pared, lo único que sintió fue el frío en su espalda y ver los dientes de la criatura.
Pero un grito de la criatura la hizo volver a la realidad, ya se había convertido en una esfera de luz.
-¿Estás bien? - le preguntó Norte, tirando la esfera de luz al verla llorando - ¿Te hizo daño?
-Ya no puedo Norte - lo abrazo desahogándose, se había mantenido fuerte estos días, estaba teniendo una batalla contra si misma. Norte la abrazo más, la entendía.
-Yo sé, que tú puedes eres una mujer demasiado fuerte, que ha pasado por mucho - odiaba verla así -confió en ti y en todo lo que eres capaz.
-¿Tú lo crees así? - preguntó ella separándose un poco del abrazo, para ver sus ojos quería ver si lo que decía el arcángel era verdad. Encontrándose con más que una simple verdad, sino también un mundo de sentimientos. No lo podía creer la chica, inconscientemente comenzó a acariciar su mejilla.
El arcángel dejándose llevar por estos sentimientos que no logra controlar, se acercó lentamente al rostro de ella, besando después de tantos meses esos labios.
La chica no tardó en corresponder a ese beso. Ambos se desconectaron de su alrededor, dejándose llevar por lo que sentían, se necesitaban, se extrañaban, se amaban.
Jaredith aunque no sabía de donde provenía ese mar de sensaciones que Norte le estaba causando, solo sabía una cosa, se sentía completa a su lado.
-Creo que eres eso y mucho más - al separarse - Vamos Jar, James y Zadquiel nos esperan. <<
Ahí estaban Zadquiel, Jaredith y Sebastián viendo los cadaveres de los soldados que aparecieron esta mañana.
Esto estaba matándome, necesitaba estar solo, todo esto era un maldito plan.
>> Como Norte lo prometió, la había llevado a su lugar favorito de la tierra. Jar observaba el lugar sin decir nada.
-¿Por qué este lugar? -sentándose en la arena, el arcángel se sentó a su lado dándole un beso.
-Porque me relaja ver el desierto, para muchas personas este tipo de lugares son la muerte, pero para otras es un lugar donde puedes sentirte más conectado contigo mismo.
-Asi que aquí es donde vienes cuando necesitas estar solo - Jaredith de acerco a Norte para darle un beso.
-Gracias por enseñármelo - decía Jaredith, el arcángel le acariciaba su mejilla con una sonrisa dándole otro beso.
-Gracias a ti, por enseñarme todos estos meses otra visión del mundo, hiciste que saliera de mi zona de confort.
-Te quiero Norte - mientras que el arcángel la rodeaba, envolviéndola en un abrazo.
-Te quiero más Jar - dándole un beso en la mejilla. <<<
-¡Falta el escuadrón A1 de regresar a la ciudad celestial! - decía Ednel delatando a todos de mi presencia que ellos no se habían percatado.
-Voy por ellos-fue todo lo que dije, después de tapar con una sábana al último de los soldados que murió, ya no iban a caer mas soldados.
En eso todo mi escuadrón de terrenales y guardianes me siguiéndome. -¿Qué hacen aquí? Su deber por el momento es estar con su familia.
-No, nuestro deber es estar contigo Norte -dijo Audrey - mi pequeño Drake está en manos de Lisander - el hijo mayor de Sebastian - necesitamos contener a Amadeus para que nuestros hijos, estén a salvo.
-Lisander sabe cuidar a todos bien - decía Sebastian con una sonrisa.
-Así es -dijo Edmont -Un equipo no abandona a los suyos.
-Y somos todos un equipo - dijo Gloryel.
-No te vamos a dejar solo - alzo la ceja mi mujer.
-Andando entonces - aparecimos donde se encontraba el escuadrón A1, había muchas criaturas oscuras rodeándolos, todos tenían huellas visibles de haber luchado.
-Líder Supremo - dijo uno sorprendidos, todos mis terrenales y guardianes comenzaron a pelear con ellos.
-Necesito que todos vayan a la ciudad celestial ya.
Pero no me hicieron caso, comenzaron a luchar contra esas criaturas, las cuales ya de la mano de las personas que los conocían.-Calmado angelito, estos necesitas golpearlos en el rostro solamente - decía Maria con una sonrisa de lado.
Ahora si sentía que tenía el equipo que tanto necesitaba, observe como todas las criaturas fueron contenidas en sus esferas de luz, que cargaban los del equipo A1.-Sabes que esto no durará para siempre Norte - alce mi vista para ver a la ex líder suprema, tenía una sonrisa que yo conocía bien.
-Sabia que algo ocultabas Shel - enojado sacando mi espada del cuerpo de una criatura oscura.
-Sabia que lo descubrirías al final de cuentas - se carcajeo, comenzamos a pelear ella con su espada y yo con la mía.
-¿De qué sirve cuidar durante tantos siglos de una población si la quieres destruir? - pregunte con repudio.
-Siempre la quise destruir -se carcajeo -pero para destruirla, tuve que tomar su máximo puesto. Derrocando a los otros aspirantes, entre ellos -sonrió de lado- tu padre, tú madre hubiera salido librada sino fuera porque se interpuso en mi camino y observó todo.
-¡No! - me enojo encajandole la espada en el abdomen, quería matarla, quería que sintiera el mismo dolor yo sentí al crecer solo sin familia.
-Norte siempre voy un paso delante de ti -Zadquiel me detuvo, al ver como Shel se quitaba mi espada - vengo a dejarte algo que te dejo tu viejo amigo Amadeus, quiere una pelea justa contigo, agradece el préstamo.
Desapareció sin antes lanzar algo al piso, me acerco para ver eso, con todo el coraje del mundo observo el "préstamo" eran mis alas, las cuales estaban negras.
-¡Ahhh! -grite al sentir como se abrían mis heridas, rápidamente me quite la armadura, la parte de arriba de mis vestiduras y mis alas se encajaron en donde pertenecían.
Se estaban amoldando de nuevo a mis espalda, ardía demasiado.
-¿Norte? - escuche a Terrance, me levante al terminar ese proceso de amoldamiento, acostumbrarme a ese peso.
Extendí mis alas y me acerqué al lago que estaba cerca, ahí vi mis alas blancas y mis ojos volvieron a ser los de antes, color olivo.
Me giré para ver todos mis soldados, todos estaba mudos, todos estaban incrédulos por lo que acababa de pasar y no era para menos.
-¿Jar? -la observe inconsciente, en los brazos de Zadquiel.

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Entre tus alas
Science-Fiction-Una vez que descubres a las criaturas de Athikus, ya nada vuelve a ser como antes, las buscarás por donde sea - me comentó Zadquiel. Asentí con algo de miedo mientras tomaba el arco y la flecha, lista para la primera misión como guardiana. Habíamos...