Capítulo 21

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Narra Jaredith
Mi vida después de ese día se volvió otra muy distinta, mis prioridades cambiaron, saludé a las enfermeras que ya conocía.

-Buenos días señorita Balmis ¿viene a darle de comer a su hijo? - asentí y la enfermera me dejó pasar, resulta que como mi hijo nació en un lugar nada estéril a estado hospitalizado ya que ha presentado síntomas de una infección.

Yo iba tres veces al día a ver a mi hijo a darle de comer, me rompía el corazón ver a mi bebé en esa  encubadora, él necesitaba a su mamá y yo lo necesitaba a él.

-Hola bebé - cuando la enfermera me lo dio, lo acune en mis brazos, acariciando su carita, me senté en una silla y comencé a darle de comer.

Estaba tan pequeño mi niño, le acaricié su cabecita que apenas y tenía sombra del cabello que le iba a crecer, lo vi ahora más activo, empezaba a moverse más.

-Me siento mal que no tengas un nombre, aún - ya tenia 1 semana  y seguía como el bebé sin nombre - pero no más, ayer con tus abuelos, tu tío Zadquiel y James lo decidimos, serás Mateo.

Cuando termine de alimentarlo, lo bese de nuevo en su frente - Te amo Mateo - me dolía dejar a mi hijo, me aguante las lágrimas. En eso mi bebé abrió los ojos, Mateo tenía los ojos color oliva y me sonrió, fue como una esperanza.

Me quedaba todo el día en la sala de espera, no me despegaba de Mateo, cuando salí de darle su tercera comida, me topé a mi papá dando su pase de visita en el piso.

-Hija, enserio ve a descansar a la casa -era mi papá, este era el hospital donde trabajaba.

-Y si me necesita Mateo? No quiero que las enfermeras me busquen y no me encuentren.

Mi papá me abrazo -aquí te vas a cansar más, yo le doy vueltas a mi nieto cada que tengo un rato libre, es muy fuerte.

-De acuerdo papá, llámame cualquier cosa.

Odiaba los hospitales, los odiaba con todo mi ser, ahora no me quedaba de otra más que estar aquí. Ahora que me habían devuelto mis recuerdos, todo lo que había hecho con Zadquiel en estos 6 años, me sorprendió.

-¡Jar! ¡Jar! - era mi hermanito James de 7 años- Mira lo que le compré a Mateo, para que se mejore y así podamos jugar.

Me entrego un peluche de dinosaurio, lo abrace con una sonrisa -le va a encantar James, va a querer jugar mucho contigo.

-Lo logramos Zad, hicimos que sonriera - apareciendo mi terrenal con una sonrisa, la verdad he notado como le afectó lo de Hazel anda más serio, siempre lo encuentro mirando el cielo, el pequeño James a sido una luz para nosotros con su inocencia de ver el mundo y sus aventuras mini.

-Lo logramos James - en eso Sharon nos trajo un poco de café y leche tibia para James, la verdad se ha portado como una madre, aconsejándome siempre.

-Ya verás que no falta mucho, para que den de alta a Mateo - me decía Sharon y la abrace.

-Gracias Sharon por tus consejos, no se que hubiera hecho la verdad.

-Para eso estoy linda - decía Sharon acariciandole el cabellito a James con una sonrisa.

Me fui a descansar un rato al cuarto que mi papá había hecho para mi, me sentía tan incompleta a pesar de que ya tenía mis recuerdos,inconscientemente me acaricié los labios.

Más tarde, me levante como siempre en la madrugada a tomar algo de agua y vi que Zadquiel se iba a ir.

-¿A dónde vas? - pregunte y él se detuvo.

-Hay una misión, me requieren solo a mi - fue todo lo que dijo, deje el vaso de agua y le di la mano.

-Vamos, no puedo dejar que tú sigas haciendo el trabajo solo - él asintió con una sonrisa.

Entre tus alas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora