Capítulo 4

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Narra Norte
Estaba con los 24 arcángeles gestionando las nuevas leyes de la ciudad celestial, habría un cambio de poder...La líder, se quería retirar.

-Debemos elegir minuciosamente a los aspirantes para ese puesto - decía Perseus con su habitual rostro serio.

-Tenemos que - decía Hazel - estamos hablando de que tendría en sus manos un gran poder.

-Tenemos que buscar en los ciudadano cuál es el que tiene las características de un buen líder, sobretodo que quiera el puesto - con una sonrisa de lado.

-Bien empezare esa búsqueda - decía Ednel - esperen mi informe en estos días.

Así fue como se dio por terminaba esta sesión, camine por los pasillos del edificio donde se hacen las más grandes tareas, no tenia un nombre, pero escuche muchas veces a Sebastian y Edmont decir <<la aduana de los dos mundos>> peculiar nombre.

Unos rayos lunares se asomaron por los pasillos, era luna llena, observé a Zadquiel platicando con Karlo en los pasillos.

Los miré por unos segundos, para continuar mi camino y como balde de agua helada recordé.

-¿Dónde está tú guardiana? - pregunté dándome la vuelta, volviendo a mis soldados, ellos se cuadraron ante mí.

-¿Jar? Esta en la tierra - comentó tranquilamente Zadquiel, hasta que vio los rayos lunares en todo el pasillo - tengo que ir por ella, gracias Norte.

-No quiero fallas Zadquiel, sabes que en esos días ella se queda aquí  - el terrenal asintió - los veo mañana a primera hora.

Me fui a mi casa que no quedaba tan lejos de aquí, aunque aquel edificio enorme era donde me la pasaba todo el día, venía aquí a descansar.

Estaba tranquilamente leyendo un libro de plegarias antiguas <Zadquiel estará haciendo su trabajo> con ese pensamiento fugaz en mi mente desencadenó un montón de estos "sentimientos" que me hizo dejar mi lectura, un sentimiento de opresión en mi pecho "¿Estará bien?"

-No puede ser - suspire frustrado para desaparecer, solo tenia que asegurarme que estuviera bien, después de todo ella había sido amable conmigo.

Llegue a la tierra con mis típicas vestiduras de humano, ahí estaban Jaredith forcejeando con su terrenal,  tenia un aura amarilla su lobo la estaba llamando.

-Entiéndelo Zad - con voz quebrada llorando - él me está llamando, él me necesita, él me extraña, me quiere besar, me quiere abrazar, me quiere hacer su mujer, tengo que ir, me necesita - me llene de coraje un sentimiento que si conocía a la perfección"¿Por qué? Sinceramente no entendía al lobo, si se supone que la ama ¿Por qué no la deja vivir una vida plena?"

Zadquiel la tomo de los hombros - pero tú no lo necesitas Jar recuerda lo que me dijiste hace unos meses bien tranquila, ya lo dejaste atrás, ya no lo piensas, ya no lo quieres, ya es momento que tú seas feliz  -le limpio las lágrimas - te conozco Jaredith, eres mi alma espejo, esto es solo un momento a ese lobo ya no lo has visto en mucho tiempo, es por la luna llena - la abrazo.

-¿Por qué no somos como los demás terrenales y guardianas que  hasta se van a comer juntos con las parejas que están saliendo? - preguntó ya derrotada Jaredith saliendo un poco del transe, Zadquiel la tomo en brazos.

-Es lo mismo que me pregunto yo a veces Jar- me di por bien servido cuando se la llevo.

Al llegar a mi casa, frustrado me senté en el sillón "¿Qué me está pasando?" bebiendo algo de vodka.

Aparecí de nuevo en el cuartel, en el área de terrenales y guardianes, fui directamente al cuarto de ella.

Ahí estaba dormida en su cama, pero se removía inquieta, el aura amarilla estaba todavía alrededor de ella, comencé a hacer una plegaria para quitarle esa luz amarilla, al menos por este ciclo lunar.

-Mereces al menos dormir tranquila - murmure acariciando su mejilla, sonreí al ver que dejó de moverse "¿Qué me estaba pasando con ella?"

Inconscientemente comencé a delinearle el rostro, hasta que llegue a sus labios, tocando con la yema de mis dedos aquellos labios, son tan suaves. Podía  quedarme ahí viéndola, el sonido de su respiración me producía un efecto que ni el vodka lograba hacerlo, logro calmarme, silenciar mis pensamientos.

Salí de aquella habitación antes de que notaran mi presencia o que ella despertará.

Al día siguiente como siempre caminaba con tranquilidad por los pasillos, me había acostumbrado a caminar desde que me arrancaron las alas hace tiempo.

-¿Qué misión tendrán ahora mis guardianes y terrenales, Hazel? - pregunté a la arcangel que estaba haciendo una lista.

-Hay avistamientos de tritones, un grupo, en el océano antártico - comentaba mientras ambos llegábamos al área de descanso de mis terrenales y guardianes - creemos que tienen un crucero de donde se llenan de energía.

-¿Quiénes irán? - pregunté mientras entrábamos al área de mis soldados, ahí estaban todos descansando, nunca se percataban de nuestra presencia.

-Me parece que se pusieron de acuerdo para que vayan Zadquiel y Jaredith.

-Bien - comenté y en eso vemos cómo Sebastian llegaba con una caja en sus manos.

-Lo van a necesitar amigos - decía abriendo la caja - es un kit de emergencias que hicimos Feus, Maria y yo para cuando el hambre gana.

-¿De qué hambre hablan?- preguntaba Jaredith sacando varios paquetitos plateados, se puso toda roja -ah ¿esa hambre?

-Asi es mi querida Jar, los tritones se alimentan de pasión, lujuria - decía Sebastian - también te traje post-day, para cuando el hambre es mucha y no hay condones.

-Qué considerados, pero yo solo iré a mi misión como siempre  y me regresaré aquí - tratando de regresarles la cajita Jaredith.

-Qué linda todas dijimos eso -decía Maria mordiendo una manzana - todos sabemos como son los tritones, falta que ustedes experimenten eso, les va a gustar.

-¿Con los tritones? - preocupado Zadquiel, Maria negó.

-Con las mujeres que lo tritones atraigan Zadquiel.

-¿Estás bien, Hazel? - le pregunté y ella asintió rápidamente sin dejar de ver a Zadquiel.

-Sí - fue todo lo que dijo Hazel, mirando de nuevo al terrenal, pero ahora fríamente - son deberes que deben cumplir ambos.

Entre tus alas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora