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Observaba inquieta el lugar, no estaba cómoda pero debía aguantar un poco más sonriendo hacia los demás mientras convivía con la familia de mi padre, por súplicas de él. En algún otro momento me encontraría bien estar en la boda, pero ahora al enterarme de los acontecimientos de draco era imposible poder estar bien, no sabía qué sentimientos surgían sobre mi al enterarme de aquello. Ron me dejo a solas para poder pensar, pero mi padre había llegado hacia mí para ofrecerme comida la cual no acepté dando como excusa que había comida ya junto a ron.

Bill apareció enfrente de nosotros para lanzarse hacia mi padre en un cálido abrazo, por mi parte solo sonreí limitándome a decir un bajo felicidades que al parecer escucho y solo sonrió ligeramente; la madre de los weasley llego para conversar animadamente con mi padre al parecer su platica resultaba ser tediosa para mi gusto, sonrió por cortesía a su dirección contestando amablemente a lo que me preguntara. No quería ser irrespetuosa aun con el completo nervio en el cual me encuentro.

Mis manos comienzan a sudar, necesitaba alejarme de este lugar. Le pido amablemente a mi padre que iría a buscar a ron para que este accediera, lo cual resultó ser bastante fácil. Me apresuro a llegar a la salida, los invitados salían y entraban al lugar, la música resonaba podía observar como algunos bailaban al ritmo. Mi mirada cae en harry el cual me mira sorprendido, ignoro aquella mirada para escapar de aquel lugar, la presión comenzaba a hacerse presente, el sudor comenzó a caer de mi frente. Necesitaba calmarme

Llegue al escondite de mi padre como le gustaba llamarlo, estaba a unos cuantos pasos de nuestra casa. Tire de las zapatillas para quitármelos solté mi cabello de aquella larga coleta, trato de aspirar aire para poder soltarlo lentamente. Unas pisadas llaman mi atención, volteo rápidamente... sorprendida me alejo unos cuantos pasos, mi boca se encontraba seca, la respiración comenzó a entrecortarse.

—¿Que demonios haces aquí.?.—suelto brusca

Draco pareció perplejo pero no quitaba aquella fría y calculadora mirada sobre mi, volteo hacia varias direcciones para caer nuevamente hacia mi.
—Debes esconderte, enciérrate en tu casa y no salgas hasta que llegue algún familiar tuyo.—soltó de pronto para poder seguir con su camino. Me apresuro a llegar hacia él para observarlo nuevamente
—¿Por que debería hacerlo?.—susurro nerviosa
—Hazlo, solo hazlo. Confía en mi, yo cuídare los alrededores. Solo haz lo que te pido ahora.

Antes que pudiera pedirle más explicaciones, gritos comenzaron a escucharse. Draco pareció seguir aquellos gritos, no sabía lo que estaba pasando pero no tenía buena pinta. Ignoro las palabras de Malfoy para escabullirme hacia los demás, al parecer se encontraban los Mortífagos atacando. Vi volar a ginebra rápidamente provocando que me distrajera y alguien lanzara un hechizo cerca de mi. Tomó mi varita la cual escondí; para comenzar a atacar a los Mortífagos.

Me dirigí hacia mi padre el cual atacaba sin parar a uno de los Mortífagos, sin distraerlo observó todo a mi alrededor. No podía creer que en un momento como este seríamos atacados. Mi mirada cayó hacia unos niños que se encontraban cercas, corro hacia ellos para lanzar un hechizo hacia los Mortífagos que logró distraerlos mientras escondía a aquellos niños.

—Mikaela, ve a casa. Escóndete.—exclamó mi padre una vez llegando hacia mi

—Me quedaré, no me marcharé solo para esconderme mientras ustedes luchan.—protesto llevándole la contraria. Zeus bufo molesto pero siguió combatiendo junto a los demás, en ningún momento se despegó de mi, el padre de los weasley se miraba cansado por lo tanto mi padre corrió a su ayuda.

Unos minutos más pasaron para que todo terminara, algunos fueron capturados otros simplemente se marcharon. Ayude a uno que otro mago que se encontraban débiles para llevarlos a la madriguera y poder curar sus heridas, podría escuchar los llantos de Molly al parecer aquel atentado en la boda de su hijo no le pareció nada agradable. Antes que pudiera seguir por el camino mi mirada cae en la pareja recién casada, Bill y Fleur. La última mencionada se encontraba llorando en el pecho de su ahora marido, opte por la idea de darles mi apoyo pero bastaba lo suficiente con ayudarlos a combatir y a decir verdad no era demasiado buena con las palabras de apoyo así que decidí dejarlos un momento solos.

—Mikaela, tu padre nos ha pedido que vayas con el.—dijo fred seguido de su gemelo george

Asiento sin más no sin antes preguntarles de la ausencia de ron

—Han visto a ron, no he podido mirarlo en ningún momento después de todo esto...—susurre esperando su respuesta

Los dos parecieron asombrados pero no tardaron en responder
—El ha escapado junto a Hermione y harry.—soltaron los dos.—Estarán bien, siempre lo están.
—Dudo mucho de Ron, es un tonto en ocasiones.—expresó de manera burlesca fred
—En ocasiones, él es un tonto de por vida.—canturreó george provocando que de mí saliera una pequeña risa

—Recuerden que es un Gryffindor, lo tonto les nace.—exclamó sarcástica.— Igual que ustedes.—suelto una pequeña risa para poder retirarme . Pude escuchar como george renegaba ante mi comentario, mientras fred no entendía. Después de un momento difícil estos dos parecían no tener un colmo mientras a su felicidad se tratara.

Llegó hacia la madriguera con tranquilidad buscando a mi padre, el cual se encontraba charlando junto a su hermano. Me encamino hacia ellos tomando de la mano de mi padre; este al verme salto hacia mí para abrazarme.
—Estoy bien padre, no ha pasado nada.—exclamó risueña ante su acto
—No ha parado de preguntar por ti, ha estado insoportable.—soltó de pronto el tío Arthur

Río ante sus palabras, el tío se despide para llegar al lado de su mujer. Mi padre me pide que salgamos un momento, algunos magos se encontraban limpiando el desastre y ayudando a algunos con sus heridas.
—Por que ha pasado esto.—preguntó calmada
—Mikaela, no te he querido decir sobre todo lo que está pasando en el mundo mágico por protección pero esto está llendo muy lejos cariño.—soltó preocupado.— El ministerio de magia ha caído hace unos días, en manos equivocadas. Arthur nos ha dicho que ha sido un escándalo, eso ha ocasionado muertes y un gran número de magos han sido torturados.
—Los Mortífagos.—suelto de pronto con rabia

—Así es. Ellos han venido a interrumpir la boda de Bill para interrogar a cualquier mago sobre el paradero de Harry.— su voz salió entrecortada sabia que toda esta situación lo tenía agobiado.—Ellos están detrás de algunos integrantes de la orden del Fénix y como sabes yo soy parte de ellos.
—Te han interrogado.—exprese sorprendida, sabía sobre aquel grupo de la orden del fénix mi padre había tenido la confianza de hablarme sobre ella.

—Lo han hecho, pero no pasa nada. Podrán matarme pero nunca revelaré algo que debo guardar.—susurro.—Ahora, el mundo mágico ha cambiado. No es como lo vivíamos, ahora los Mortífagos han tomado el control. Sabemos quien está en el mando, es por ello que lo hace aún más peligroso. Debemos cuidarnos entre todos, y si te pido que vayas y te escondas lo harás. No me llevarás la contraria ni un momento más Mikaela

Perversas Consecuencias (Secuela PS 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora