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—Cuida de tu hermana, Scorpius.—le ruego antes de que Narcisa se los llevara a conocer a su abuelo. Draco llegaría en cuestión de minutos, al parecer su trabajo no parecía parar. Me acomodó en la alcoba para esperarlo, me había esmerado en poder tener un momento a solas con el.

La tela de mi bata era sumamente ligera, la ropa interior que me había ayudado a conseguir dephora lucia bastante bien. Había pedido a los elfos tomar un descanso, necesitaba privacidad en estos momentos. Escucho a draco llegar, rápidamente me acomodó en la litera, los pasos se escuchaban cada vez más cerca hasta llegar a la entrada.

—Cariño, los niños se han ido ya. Le pediste a Scorpius que cuidara de Megan.—draco no termino de hablar una vez que encontró su mirada conmigo, sus ojos comenzaron a obscurecer.

—Solo hablaremos de nosotros, esta noche.—susurro caminando hacia el. Beso sus labios lentamente, escucho un gruñido por parte de él una vez que me separo.Camino en dirección a la litera esperando por el, el cual no tardo demasiado en reaccionar y llegar hacia mi. Lentamente quita de su traje hasta quedar en ropa interior dándome el camino fácil, acarició su piel suavemente ocasionando que este gruñera una vez más. Mi mano llegó hacia su pene el cual lo acarició lentamente para no lastimarlo. Sus gemidos me hacen ser más rápida, una vez introduzco su pene en mi boca comienzo a lamer más rápido, draco lanzo un hechizo para poder silenciar alcoba.

Lo hacía rápidamente para que él lo disfruta aún más, pero antes de que draco pudiera llega me pidió alejarme lentamente. Tomó de mi para besarme una vez que con sus dedos me acariciaba, podía sentirlos al principio entraron fácilmente con movimientos lentos pero mediante mis gemidos aquellos se incrementaron, podía sentir como mi orgasmo comenzaba a llegar, pero me vi inquieta.Me subo arriba de él para darle entrada a su pene en mi vagina la cual entra rápidamente; draco gruñe mientras toma de mis caderas para moverse una y otra vez, yo termino copeando su acción hasta no poder más.

—Draco...oh..—susurro cerca de su oído

—Te gusta.—exclamó sensual draco cambiando de posición dejándome encima de él

—Más, más. Draco más recio.—pido a lo cual draco sonríe para poder seguir con movimientos aún más rápidos.La alcoba se encontraba llena de gemidos, el sudor caía de nuestras frentes. Los dos llegamos ala cima y podíamos gemir una última vez.

—Te amo.—susurro volteando a verme

—Lo se cariño, yo te amo también.—contesto cerrando de mis ojos

4 meses después

Draco había tomado sus descansos más seriamente, el trabajo había sido moderado estos últimos días. Scorpius se encontraba en su último año, mientras Megan le faltaban aún cuatro años para poder asistir a Hogwarts lo cual la hacía muy feliz. Mi suegra había decido disfrutar su vejez alado de Lucius en la pequeña cabaña que tenían los Malfoy, nadie se había negado ante aquello puesto a que sabíamos que ellos merecían privacidad.

—Scorpius, iremos con tu abuelo hoy. Baja enseguida no querrás que vaya por ti.—exclamó una vez que Megan llega a la entrada junto a mi

—Mami, papi está dormido.—susurro divertida Megan a mi lado

—Papi ha trabajado mucho últimamente y él quiere descansar un par de horas más cariño.—respondí amablemente mientras tomaba de su brazo

—Mamá no soy un bebé, sabes que puedo irme solo.—soltó una vez llegando Scorpius a mi lado mientras tomaba a su hermana en brazos

—Lo eres para mi.—conteste saliendo de la mansión para poder dirigirnos a la casa de mi padre

Scorpius había sido un excelente hechicero en Hogwarts y no dudaba que en este último año saldría con buenas notas. Había sido divertido observarlo convivir con su mejor amigo Albus, y mucho más para draco. Puesto a que el desde un principio no podría creer como su hijo pudo entablar una conversación con un potter Justo como él no pudo hacerlo. Scorpius dejó a Megan en el suelo para poder tocar el timbre, tomó de su brazo para no caerme. El olor a pescado entro a mis fosas nasales, mi cabeza comenzó a girar.

—Mamá,¿te encuentras bien?.—dijo Scorpius tomando de mi mano

—No de nuevo.—antes que pudiera decir algo más, me encontraba vomitando en las flores de papá. Las risas de Megan se hicieron presentes, Scorpius tomó de mi cabello sosteniéndolo para que no pudiera mancharme.

—Mis flores. Mikaela, no puedes vomitar en ellas.—exclamó mi padre tratándome de ayudar

—Estoy bien. Dios no estoy bien. Padre cuida a Megan por mi, Scorpius llevará a su madre por algo. No tardaré.—tomó la mano de mi hijo para transportarnos al mundo muggle

Scorpius observaba curioso las tiendas por las cuales pasábamos, observó a lo lejos la tienda farmacéutica de los muggles, la cual me había recomendado mi prima hace unos meses. Entro rápidamente, ignorando las preguntas de Scorpius. Llegó al final del pasillo buscando aquel aparato que ni siquiera podía recordar a la última vez que dephora lo mostró.

—Demonios.—susurro buscando rápidamente

—Estas buscando esto.—escucho la voz de Scorpius detrás mío. Doy la media vuelta mirándolo, el lucia divertido mientras leía la pequeña caja que tenía en sus manos, aquello era lo que estaba buscando.—Al parecer mi padre no ha sido muy cuidadoso

Golpeó de su brazo, quitándole aquella caja.
—Es solo una duda, todo está bien.—intento explicar pero la risa de Scorpius suena por el lugar
—Madre.. fue el olor a pescado. Todos conocemos tus síntomas cuando estás embarazada. Seria mejor que compráramos prendas para mi nuevo hermano.—Scorpius comenzó a decir intentando buscar algo que pudiera comprar para un bebé,tomó de su mano llevándolo directamente a pagar mientras escuchaba su risa por todo el lugar

—La pagarás tu.—expresó una vez llegando a la caja registradora ocasionando que su risa se acabará.

Minutos más tarde habíamos decidido que debíamos dirigirnos a la casa de mi padre, Scorpius fue el primero en entrar revisando que todo estuviera solo, al parecer mi padre se había marchado junto metan debido a la pequeña excursión que darían por el bosque. Me dirigí rápidamente al baño, cerrando conmigo la puerta. Abro aquel aparato leyendo con atención.

Los minutos pasaban con mayor rapidez, había dejado la pequeña prueba cerca del tocador. Me miro una vez más en el pequeño espejo, mi rostro no parecía animado, las grandes ojeras se hacían notar, y sin olvidar lo pálida que me encontraba.
—¿la revisarás? No querrás que yo entre y te de la noticia.—escucho las palabras de mi hijo para hacerlo callar rápidamente
—¡Por merlin! Scorpius guarda silencio.—contesto una vez que tomó la pequeña prueba entre mis manos.

Mis pies parecían temblar, las lagrimas cayeron repentinamente de mis ojos. Dos rayitas, habían dado la noticia de mi vida. Estaba embarazada, ahora entendía todo. Lavo mis manos para poder salir y intentar tomar un poco de aire, encuentro a Scorpius observándome impaciente, tomó su mano para poder dejar aquella prueba.
Demonios. Aún siguen teniendo encuentros apasionados.—murmuro con asco Scorpius a lo cual golpeó su brazo.—Felicidades madre

Scorpius tomó de mi cuerpo para abrazarme, el cálido abrazo de mi hijo había ocasionado que lágrimas cayeran sin parar. La noticia de que sería madre por tercera vez me había impresionado, y no negaría que me encontraba feliz.
—Papá estará feliz.—contesto Scorpius una vez que tomó mi mano para dirigirnos al bosque a dar la noticia a mi padre

Perversas Consecuencias (Secuela PS 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora