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meses después

—Padre no quiero llegar tarde, seguro Dephora me cuelga esta vez.—exclamó en la entrada de nuestra casa

Mi padre bajaba las escaleras corriendo y no me sorprendería que llegara a caerse. Tomó su saco para abrir la puerta y tomar de mi mano, al parecer los weasley se habían marchado ya por lo tanto nos tocó irnos solos esta vez. Acomodaba mi vestido largo, la decisión sobre el color de este parecía ridículo pero dephora lo había decidido y no podía negarme. El rosa jamás había sido un color agradable para mi, el rostro de mi padre lucia feliz; había estado trabajando sin parar los últimos meses después de la batalla para poder darme una vida digna, pero aquello no era necesario puesto a recibía galones por parte de mi abuela. Pero él seguía negándose a aceptar algo que tuviese que ver con mi madre, al parecer la herida que tenía hacía ella jamás sanaría.

—Debes estar contenta por ellos.—susurro mi padre tomando de mi mano una vez que entramos al jardín principal de los Jones

—Lo estoy.—sonrió tomando su mano, mientras nos acercábamos a saludar a los demás hechizeros.

Molly llegó a abrazarme mientras me halagaba sobre cómo lucia, por otro lado el señor Arthur platicaba alegremente con mi padre. Los gemelos no tardaron en hacerse notar, se burlaban de su hermano menor Ron debido a que este llevaba un trajo que sin duda estaría muy lejos de usarlo. Ginny venía acompañada de Harry, su novio. La anécdota que todos recordaríamos había sido cuando ella dio la noticia, a los hermanos Weasley no les pareció buena idea a excepción de los gemelos. Su sobreprotección hacia su única hermana los hacía revelarse, pero lo terminaron aceptando aunque de vez en cuando miraban de reojo los movimientos de Potter. Hermione llegó a mi lado para explicarme que dephora estaba buscándome, me despido de todos para dirigirme hacia las damas de honor pero antes de que pudiera llegar Greg tomó de mi mano para abrazarme.

—Me has extrañado insecto.—expresó risueña

—Todo el tiempo.—respondió.—Deberías llegar con dephora no ha parado de gritar en toda la mañana mi bella novia ha tenido que soportarla
—Déjamelo a mi.—contesto una vez que me dirigí hacia el primer pasillo donde seguramente se encontrarían las demás damas junto a la novia

—Hasta que te indignas en aparecer, te he pedido llegar una hora antes Mikaela.—escucho los regaños de mi prima.—Alguien podría hacerme el favor de tratarme un chocolate necesito azúcar en mi vida

Dos de las damas corrieron en busca de alguno, mi mirada cayó en dephora lucia un vestido sumamente hermoso. Habíamos estado buscando uno por más de tres dia hasta que por fin lo conseguimos, el vestido de sus sueños. Llegó hacia ella para abrazarla, a lo cual no se negó y comenzo a inhalar y exhalar rápidamente.
—Estoy como loca, esto es demasiado.—expresó sentándose en uno de los sillones cerca
—Es normal la presión, pero todo pasará lo suficientemente rápido.—contesto
—Y qué tal si no le gusta? Thomas había pedido algo sencillo y me he pasado. No lo he visto en todo el día, tal vez se ha arrepentido.—dephora comenzó a exclamar tomando de sus manos para rascarse el vestido

—Dephora.. tranquila. Él está bien, tú estarás bien. La boda estará en buenas manos, sabes que a él jamás le ha disgustado tus ideas. Él te ama y una simple decoración no cambiará eso. Así que mueve tu trasero no querrás dejar esperando a tu futuro esposo.—solté sin dudar tomando de su mano
—Gracias, por todo. Me he quejado de ti todo el tiempo, pero te amo y siempre lo haré.—expresó riéndose a lo cual sonrió sin dejarle de tomar la mano

La ceremonia fue sencilla, los padres de dephora lloraban junto a los de Thomas. Todos nos habíamos adentrado a la fiesta, la cual tenía un buen ambiente. Mi padre comenzó a bailar con una hechicera, a lo cual sonrió sin dejar de mirarlos.
—No pareces divertirte.—dijo ron una vez que llegó hacia mi
—Lo hago desde aquí.—me limito a contestar mientras tomó de mi copa
—Es por el ¿no es así?.—preguntó ron directamente hacia mi.

Draco. Desde la batalla no había sabido de él, mucho menos lo había buscado. Sabía sobre el paradero de su padre debido y sobre los años que estaría dentro, pero no sobre él o su madre. Dephora me había insistido un par de veces en presentarme a algunos primos de Thomas a lo cual me negué, de nada me serviría tratar de olvidar a draco con otra persona. Mis sentimientos hacia él jamás cambiarían y aún mantenía la esperanza que el tal vez me buscaría.
—Han pasado meses, tal vez él se encuentra con alguien más.—trato de explicar pero me veo interrumpida por mi primo
—Lo averiguarías si mirarás más allá.—susurro antes de marcharse

Giró rápidamente en dirección hacia el bello jardín , me levantó para poder ir en marcha fuera de la carpa donde todos parecían disfrutar de la fiesta. A lo lejos divisó como Greg y Jane me sonreían. Mis pies caminaban por si solos, el nudo en mi garganta se hizo presente.

—Luces hermosa.—escucho aquella voz y mis latidos comenzaron a incrementar

—Draco.—sentenció una vez que llegó a sus brazos

Perversas Consecuencias (Secuela PS 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora