El un empresario de 24 años, mal carácter y en la mente sólo sexo.
Ella una chica de 18 años, hija única de los más poderosos empresarios Rossellvet Derek.
Tras la muerte de sus padres ella queda a cargo de su tía la cual sólo le interesa el dinero...
Desde el día que se fue no puedo dejar de pensar en ella, como estará, que hará, me habrá olvidado, todas las noche lloro por ella, todos los dias recuerdo aquella estúpida noche en la que engañe al amor de mi vida, por una puta barata como Charelle, después de aquel incidente no la volví a ver otra vez.
Han pasado días, semanas, meses sin dormir al lado suyo, sin sentir su cuerpo, sin sentir sus besos, oír su risa, su voz, la extraño demasiado.
Me di cuenta que pedí al amor de mi vida, recuerdo aquella vez que por primera vez fue mía, ahora que lo pienso todo de ella fue mio, ella es mía, su primer beso, nuestra primera cita, nuestra primera vez haciendo el amor, realmente soy un puto afortunado al haber tenido a alguien como Diana, mi hermosa princesa.
Aquella vez que cuando me dijo TE QUIERO, después cuando me dijo TE AMO minutos antes de que me fuera a la oficina, y aun lo sigue haciendo sin importar que ya no este a mi lado, sigue siendo el motivo por el cual desvelarme todos los días, ella sigue siendo el motivo por el cual no puedo concentrame todos los días.
Desde que se fue no puedo dejar de pensar en ella, todos los putos días no puedo consentrarme en las juntas, todos lo días pienso en ella, como si fuera la primera vez que me haya enamorado de una chica, pero es que... Ella es el amor de mi vida.
Cada que llego a casa para poder almorzar, me siento solo, recuerdo cuando llegaba a casa para almorzar ella me esperaba en la entrada, me resivia con una sonrisa y un beso, recuerdo aquella vez cuando salimos a comprar sus cosas, al llegar le dieron celos, cuando llevaba los primeros días en lo que ella había llegado, ella entrenaba y por ella sentía muchos celos.
Llege a casa para almorzar, tenía esa esperanza de que esto sólo fuera un sueño y ella estaría ahí parada en la entrada con una sonrisa, baje del carro y subí las escaleras de la entrada, tome la perilla y gire, abrí pero lamentablemente esta era la puta realidad, ella no estaba ahí.
Sorbe un poco mi nariz y subí a mi habitación y lo primero que puede notar era una caja pequeña, en donde estaban fotografías de ella y míos, la decoración de las luces que están en la pared, seguía ahí, ahí estaban más fotos nuestras, todas las fotografías me traian un recuerdo que pasaba con ella:
Recuerdo aquella noche en Francia.
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Cuando la lleve de compras:
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