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Jinyoung detuvo su auto frente al edificio de Yugyeom y le mandó un mensaje avisándole que ya estaba allí. Había tratado de apurarse lo más que podía. Solo había tomado una ducha rápida que eliminara la suciedad y el cansancio de su día antes de ponerse la ropa que ya había escogido para la ocasión.

Jackson había hecho de su cena de compromiso un evento casi de etiqueta, aunque, conociéndolo, probablemente terminaría como una fiesta de bar. Aun así, Jinyoung se tomó la molestia de ponerse pantalones de vestir, una camisa blanca y un saco negro. No era tan elegante como un traje, pero conservaba la etiqueta.

Se bajó del auto, rodeándolo hasta recostarse en el capó, del lado de la acera. Aun con su teléfono en la mano, se dedicó a revisar sus notificaciones hasta que unos zapatos negros aparecieron en su campo visual.

Alzó la mirada para encontrarse con un Yugyeom que lo miraba de vuelta con una sonrisa presumida. Llevaba un conjunto completamente negro compuesto por un sweater de cuello alto ajustado a su torso, pantalones también ajustados y un abrigo elegante encima de todo eso. Su cabello, también negro, brillante, peinado con cierto descuido, luciendo ligeramente húmedo, se unía al conjunto creando un delicioso contraste con su pálida piel.

Jinyoung no pudo decir nada, solo miró fijamente al chico frente a él. Sintió como su pecho apretaba un poco y tuvo que tragar en seco. Yugyeom lucía tan bien, tan apuesto, tan maduro y masculino. Fue como si de repente notara lo mucho que había crecido, como si realmente le golpeara de una vez por todas.

-Te ves bien, hyung.- Yugyeom le habló suavemente, guardando sus manos en los bolsillos de su abrigo.- ¿En serio no estás muy cansado?

-Eh… n-no… estoy bien. Vamos.- Jinyoung guardó nerviosamente su teléfono, separándose del auto para dirigirse al asiento del conductor. Sin embargo, Yugyeom lo sujetó por el brazo, deteniéndolo y haciéndolo regresar a su posición anterior. El mayor lo miró con sorpresa, pero Yugyeom solo extendió su mano hacia él.

-Dame las llaves.- ordenó.

-¿Para qué?

-Yo conduciré. Estás cansado.

-Te dije que estoy bien, además, conduces como lunático.

-Iré suave, solo por ti. Pero déjame conducir.

Jinyoung quiso objetar, ese era su auto, y Yugyeom realmente conducía como si tuviera siete vidas, pero no pudo resistirse a la expresión severa con la que fue observado. Puso las llaves sobre la palma del menor, recibiendo rápidamente una sonrisa aprobatoria.

-Ese es mi, hyung.- Yugyeom rozó cariñosamente su mejilla, antes de dejar un beso en su frente.-A ver si algún día aprendes a admitir que no eres Iron Man.- el gesto fue sencillo y descuidado, como si fuera lo más normal del mundo. Como si besar la frente de Jinyoung con esa suavidad fuera algo que tenía todo el derecho del mundo a hacer. Él simplemente hizo rodar las llaves en su mano, dirigiéndose hacia el asiento del conductor.

Jinyoung permaneció de pie allí por unos segundos más, aun sintiendo su pecho revolotear de forma extraña. Ese día estaba siendo particularmente débil ante Yugyeom. Era como si la fuerza que siempre tenía se estuviera esfumando, como si ya fuera demasiado difícil actuar como si no lo amara, como si cada cosa no lo hiciera sentir nervioso.

La puerta del pasajero chocó contra su trasero al ser abierta desde adentro. Yugyeom se inclinó para verlo desde el interior del auto, luciendo curioso.

-¿Pasa algo, hyung? Sube, ya vamos tarde.
Jinyoung no dijo nada, solo se montó abrochándose el cinturón de seguridad a la vez que fijaba su mirada al frente.

Chance «JackBeom» ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora