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Jackson no apareció por ningún lado.
Ni en su aula, ni en la cafetería, ni en los baños, ni en el gimnasio. Nada. Jaebum comprobó cada sitio. Dos veces. Jackson parecía haberse esfumado.

Las clases estaban a punto de comenzar, pero eso no era prioritario para Jaebum, quien estaba a punto de jalar sus propios cabellos. Agitado y desesperado. Gotas de sudor corrían desde su frente hasta su cuello, hundiéndose en su pecho como un salado torrente de angustia.

Ya no le quedaba sitio por buscar, así que solo le quedaba una opción.

Salir de la escuela no era algo que hubiera hecho con frecuencia, pero si alguna vez. No le fue difícil recordar cómo hacerlo. Era un recuerdo claro en su memoria. Sin embargo, esa vez no sintió la adrenalina que antes pudiera haberle provocado fugarse. En ese momento, solo tenía presente a Jackson. Necesitaba encontrarlo, costara lo que costara.

Miedo. Esa era la palabra más exacta para describir lo que estaba sintiendo. El miedo, casi pánico, parecía capaz de oprimir su garganta al punto que se le hacía difícil respirar. Había sido estúpido, tan estúpido y descuidado que si alguien le echaba en cara que todo había sido su culpa, pues estaría completamente de acuerdo.

Al parecer, lo imbécil no se le había quitado con los años.







No había estado en la casa de Jackson desde la ocasión que fueron a estudiar. Por alguna razón, se sentía extraño ir solo. Incluso en el futuro, siempre que estuvo allí, fue por invitación del menor y nunca solo, usualmente lo acompañaban Jinyoung y Yugyeom.

Mierda. Ahora que lo pensaba…

¿Seguirían siendo amigos en el futuro? ¿O también había fastidiado eso?

Las probabilidades eran bastante desfavorecedoras.

Tocó al timbre con inseguridad. Su mano tembló contra el botón y su garganta dejó pasar un rudo trago de saliva. Jackson tenía que estar allí. Si no fuera así, ya no sabía dónde buscar. En realidad, no lo conocía tanto. No sabía a los lugares a los que le gustaba ir o donde vivían sus amigos. No sabía nada de Jackson. Ni la razón por la cual había venido de China, ni sus hobbies, ni nada. había sido un fracaso como novio y continuaba siéndolo.

Realmente no había podido hacer nada con esa oportunidad y ahora le dolía pensar que probablemente su tiempo se acabara sin poder arreglar nada.

No hubo respuesta después de casi un minuto. Así que tocó al timbre nuevamente. No quería rendirse, no lo haría. Así que tocó una tercera vez, y una cuarta. Cada vez con menos tiempo entre cada timbre.

-¡Mierda, solo vete de una vez!- escuchó del otro lado de la puerta. Alzó su vista del suelo, ilusionado por haber oído claramente la voz de Jackson.

-¿Jackson?- dudó por un segundo. Por supuesto que era Jackson. Golpeó la puerta con sus nudillos.- ¡Jackson, ábreme, por favor! ¡Hablemos! ¡Déjame explicarte!

-¡No tengo nada que hablar contigo!

-¡No me voy a ir hasta que no abras la puerta!

-¡Voy a llamar a la policía!

-¡No, no lo vas a hacer!

-¡Si no lo hago yo, ya lo hará alguien!

-¡Jackson, por un demonio, abre la puerta!

-¡Te dije que no voy a abrir una mierda!

-¡Bien!- Jaebum retrocedió ligeramente, ya bastante irritado.

-Bien.- contestó Jackson, del otro lado, sonando igual de molesto.

-¡Te lo diré desde aquí afuera entonces!-anunció, y justo cuando tomó aire para seguir gritando, la puerta se abro y un Jackson iracundo lo recibió. Sus ojos estaban hinchados y sus mejillas húmedas a pesar de que parecía haber usado sus manos para secar las lágrimas.

Chance «JackBeom» ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora