parte 10

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Narrador.

Kion y fuli daban pasos pesados ya que estaban agotados de tanto correr. Tomaban todo el aire que podían y sus pechos se inflaban dando a demostrar sus intentos por recuperar el aliento.

 Tomaban todo el aire que podían y sus pechos se inflaban dando a demostrar sus intentos por recuperar el aliento

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jadir solo iba montado sobre el lomo de kion. Era más cómodo de esa forma para ambos.

Kion y fuli pararon, sus extremidades ya no podían más.

- aaaaahh - se quejó fuli dejandose caer en el suelo, ya que nunca había corrido durante tanto tiempo. Esperaban haberlos perdido.

Kion al mirarla no dudó en hacer lo mismo. Estaba muy agotado como para seguir de pie.

apenas se hechó, jadir se bajó velosmente de su lomo tomando desprevenidos a los adolescentes. - ¡jadir! - llamó kion ya que se comenzó a alejar hasta llegar al arbol más cercano.

fuli y kion fueron tras de él, claro que sacaron mucha fuerza de voluntad para moverse de su lugar.

- jadir - intentó llamar fuli al hacercarse al arbol y ver como el mandril escalaba este hasta lo más alto. Sin duda quería alejarse de los felinos.

- jadir, por favor no subas tan alto. - dijo kion apoyando sus patas delanteras en el arbol. Honestamente esperaba no tener que escalar a buscarlo, no tenía la energía en esos momentos. - jadir es en serio, debemos permanecer juntos. - dijo kion.

Al poco tiempo escucharon un pequeño ruido provenir del arbol

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Al poco tiempo escucharon un pequeño ruido provenir del arbol. Kion y fuli pusieron su atención en él y la postura de sus orejas lo demostraban.

Después de unos segundos notaron que eran sollozos, eran algo fuertes pero la distancia del arbol permitía que la desesperación no llegara tan fuerte hasta los amigos.

Fuli se conmovió al escuchar sus sollozos. Era un bebe, no merecía perder a su madre de esa forma. Esto no debió suceder así.

Kion se sentía igual. - jadir. Lo siento - dijo kion encorvandosé y bajando sus orejas por aquel sentimiento de luto que había.

- ¿lo sientes? - dijo fuertemente el pequeño llamando la atensión de ambos felinos. Estos miraron al arbol pero no podían ver al joven oculto entre las ramas y hojas, pero su voz era clara - ¡solo eso sabes decir! - gritó con  mucho enojo y desespero a kion - ¡todo es tu culpa, todo es tu culpa... Mi mamá no esta por tí. Tú y tu amiga solo causan problemas! - gritaba a ambos. - ¡solo les importa ustedes y nadie más, todo lo destruyes, todo lo arruinas!... ¡ALÉJATE DE MÍ! -  pidió esto último. No era una recomendación, era una orden. Se negaba a seguir un segundo más con los responsables de la muerte de su madre.

la guardia del leon. Un Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora