parte 23

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escritora.

hola a todos. me alegra que les esté gustando la historia y que se sientan tan metidos en ella leyendola, como cuando yo la escribo.

me gustaría que tengan cuidado con la forma de expresarse con sus comentarios. leo todos y disfruto hacerlo, pero me gustaría mantener un bocabulario respetuoso. (aunque los personajes merescan esos insultos)

no quiero seguir molestan. disfruten el capitulo

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Narrador.

Kion corría rápidamente para llegar a la roca del rey.

Mientras corría sus lagrimas se deslizaban en su rostro hasta caer en la tierra.

El cielo se ocureció de un momento a otro, y el día parecía noche.

Kiom sintió como todo su cuerpo comenzó a ser golpeado por las pequellas gotas de agua que caían en la sabana.

La lluvía mojaba a todo aquel que no estuviera refugiado. Era fuerte y todos sospechaban que algo le había sucedido al principe de las praderas, ya que lluvias como esta eran difíciles de ver durante esas temporadas.

Kion simplemente se detuvo a refugiarse a la sombra de un árbol no muy lejos de las rocas del rey.

Se recostó de este y simplemente dejó salir todo su dolor.

Ya no tenía fuerzas para seguir ocultándolo. Ya no veía sentido a nada.

Simplemente se dejaba consumir por el dolor, porque era demaciado grande como para ocultarlo.

Kion se dejó caer en las ramas de los arboles y lloró como un cachorro sin consuelo.

No le importaba nada ya. Solo quería llorar sin importar que la tormenta pudiera inundar algo.

Ya no tenía fuerza para soportar ese dolor.

- ¡kion! - a lo lejos se escuchaba la voz de una joven leona. - ¡kion! -

Rani cada vez se acercaba más al lugar donde kion se encontraba.

Cuando logró distinguirlo bajo la sombra de un árbol no dudó en ir corriendo hacia él.

- ¡kion! - ella se recostó junto a él y se sorprendió de encontrarlo en ese estado. - ¿qué sucede? Puedes contarme qué es lo que te entristece. - pidió la joven.

El joven león simplemente enterró su rostro entre sus patas ignorando por completo a rani.

Ella simplemente suspiró. Sabía que podría tardar un poco que kion se habriera con ella.

Se volvieron muy amigos pero en su ausencia kion se había enamorado de alguien más. Debía recuperarlo aunque tomara tiempo.

- no tienes que decirme si no quieres. - decía rani - pero no importa que suceda, yo estaré aquí para ayudarte. -

A kion esas palabras lo reconfortaron. Pero para ser honesto, deseaba que fuera fuli quien las estuviera diciendo.

El joven al fin decidió mirar a rani a los ojos.

Ella le sonrió con dulsura y le dijo - ven aquí. - ella lo abrazó y lo tuvo en su regazo como un cachorro.

Necesitaba consuelo y quien mejor que ella para darselo.

Kion se sentía mejor junto a rani, pero simplemente no podía olvidarse de fuli y de todo lo que sucedió.

Debía dejarla ir.

la guardia del leon. Un Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora