Jack no volvió a saber de Billy en todo el fin de semana. Decir que se había pasado todo el domingo esperando en su cuarto por si volvía a aparecerse no era una mentira.
Lo había hecho.
Al menos hasta que su hermano volvió a llamar diciéndole por centésima vez que debía volver y casarse con Elisa. Que el hijo del Lord canciller no podía dejar mujeres embarazadas de madre solteras y bla bla blá.
-...Padre no aceptará un nieto bastardo...-Le iba diciendo.
Jack frunció el ceño.
Sí, puede que la idea de un hijo fuera reciente, que el título de padre le viniera en grande y que apenas comenzara a aceptarlo, pero que su hermano llamara bastardo al bebé le molestaba y más aún el que tuviera derecho a llamarlo de aquel modo horrible.
-...Eres un conde Jack, el futuro duque de Sefton ¡Asienta cabeza de una vez! Se acabó lo de ir de vacaciones por ahí jugado a ser un cualquiera. ¡Compórtate como es debido! No dejaré que humilles más a la familia. Bastante has hecho con embarazar a una cualquiera. Papá hasta ha tenido que comprarle un título nobiliario para que se casara contigo. La prensa ya ha empezado a especular sobre la desaparición del pequeño rebelde. Te diré lo que pasará, volverás a casa y serán una bonita historia de amor, en la que le dirás a las cámaras lo locamente enamorado que estabas, y que por eso te casaste con ella. Y será pronto, bastante escándalo ya tendremos cuando descubran que la embarazaste antes de la boda...
Jack no siguió escuchando. Cortó la llamada y miró al frente pensado en las palabras de su hermano.
Más que nada por curiosidad, tomó el ordenador portátil y lo encendió buscando la sección de prensa de celebridades.
Carajo.
Como su hermano había predicho su foto aparecía en la primer plana, luego otras más pequeñas que le habían sido tomadas en distintos parajes por los que había vagado a lo largo de su vida.
¿Dónde está el pequeño conde? Ponían uno de los encabezados.
Escándalo en Sefton: ¡El heredero ha vuelto a escapar! ponía otro.
Luego había un par de fotos más, que respondían a la pregunta de donde había estado el conde trotamundos en otras ocasiones, algunos especulaban con que aún estuviera vagabundeando por Europa.
Al menos nadie lo había localizado.
Aún.
Siguió bajado por las noticias hasta que encontró una que consiguió que se le estrujara el estómago.
Suenan campanas y corceles. Preparativos de boda en la casa Sefton
La nota hablaba de fuentes anónimas aseverando un futuro matrimonio para uno de los hijos del Lord Canciller.
ESTÁS LEYENDO
Building love (Gay +18)
RandomJack Harrel conde de Meyerside y único heredero del ducado de Sefton termina en Chicago al intentar huir de sus responsabilidades. En su primer noche en suelo americano conoce a Billy Brennan un joven y extrovertido estudiante de arquitectura abie...