capitulo 27

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-Nadie debería verse tan triste el día de su boda

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-Nadie debería verse tan triste el día de su boda. -Tom estaba con Jack sentados en los sillones de una de las tantas salas.

La casa decorada de forma sobria albergaba los invitados que habían empezado a llegar desde temprano, mesas y un altar en los jardines que llevaban instalados desde el día anterior para la ceremonia. El servicio corría de un lado al otro, Jack no había salido de aquella sala desde la mañana, un sastre había ido a hacerle los últimos arreglos a su traje a medida, sobre una hora o así. Jack se había mantenido todo el rato taciturno bebiendo a sorbos pequeños y en ayunas.

Era marzo y había pasado cerca de un mes desde la última vez que oyó a Billy. Jack había pensado en llamarlo al menos unas doce veces al día desde entonces. Llevaba bebido más de la cuenta, pero nunca lo suficiente para emborracharse. Bailaba en ese limite que se delineaba de forma borrosa.

Tantas veces al límite, llevaba años sin atreverse a pasarlo.

El traje le asfixiaba y decidió no usar corbata ese día. No importa lo que dijera su padre, el no sabía anudarsela de forma correcta y no soporta que nadie que no sea Billy le arregle el nudo, eso es algo suyo. Algo íntimo. había cosas que no tenían lugar en su vida sin el pelirrojo, esa, era una de ellas.

Que si Billy estuviera allí y lo viera con la corbata desarreglada, tiraría de ella con fuerza para ponerlo a su altura y el se dejaría como un perro obediente. A cambio de su sumisión Billy lo besaría y se la ajustaría, luego le daría un golpecito en el pecho como diciendo "buen chico, ya puedes irte". Fue su ritual por meses. Era un ritual un poco tonto, pero con ese gesto Billy había conseguido que quisiera usarlas todos los malditos días. Le gustaba cuando tiraba de él, dominándolo con ese simple gesto porque así se había sentido desde el primer segundo con ese crío, dominado por él, girando alrededor de su dedo meñique. Atado a toda esa energía magnética que el chico desprendía sin darse cuenta.

-Otra vez estas soñando despierto.-Señaló Tom observándolo.

No era cierto, no estaba soñando, recordaba, pero no era que fuera a compartir eso con Tom.

No podía.

Los hombres como ellos no se ponían sentimentales por el maldito nudo de una corbata. Cuando algo los golpeaba del modo en el que Billy había golpeado a Jack como un jodio vendaval, lo ignoraban. Porque no había caso. Los hombres como Tom y como él no lloraban, no se rompían, simplemente ignoraban todo lo que pudieran sentir y bebían, para hacer las cosas más fáciles.

Se acompañaban para saber que estaban juntos, pero no había palmaditas de consuelo o palabras de más. Porque no las necesitaban. Se conocían y el silencio a veces puede ser toda la compañía que uno necesita para pelear con sus propios demonios.

Tom lo sabía, Jack sufriría en silencio, lo conocía lo suficiente para saber que ponerse sentimental solo lo haría sentir peor, no era un hombre de muchas palabras, presionarlo a hablar no ayudarían. Y si era sincero, consolar personas tampoco se le daba de perlas, así que no le quedaba más remedio que estar por si Jack lo necesitaba, incluso si todo aquello le parecía una mierda absurda.

Building love (Gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora