Jack se había pasado toda la tarde con Billly en su regazo, sí, estaban siendo descuidados.
Vamos, lo sabía, Pero es que cada vez que intentaba echarlo de su despacho el chico volvía a besarlo.
Lo tenía mal.
El mocoso lo tenía jodidamente mal.
Aun podía sentir el olor del chico impregnado en su ropa.
Llevó su mano al nudo de su corbata y se detuvo unos segundos antes de deshacerlo.
Billy se la había ajustado en su sitio antes de marcharse de su despacho poco antes de que se hiciera la hora de irse a casa.
Dios... Eso se había sentido intimo de alguna forma. Incluso mucho más intimo que cuando tenía su polla dentro del chico.
Billy lo había hecho tan natural, como si arreglar su corbata eternamente torcida fuera lo más cotidiano del mundo, como si tuviera todo el derecho de hacerlo, de tocarlo.
A Jack le había gustado eso.
Lo había esperado en el estacionamiento y lo había acercado a su casa antes de ir al hotel, reclamando un par de besos de aquella boca que comenzaba transformarse en un problema.
Había empezado a ver departamentos, vamos, puede que estuviera pensando conseguir empleo de ingeniero jr, trabajar para algún senior.
De pronto rentar una habitación de hotel le sonaba demasiado impersonal. Se preguntó casi de forma distraída que clase de departamento le gustaría a Billy
Dios... ¿en qué pensaba?
Jack se detuvo de inmediato.
Realmente sus pensamientos no debían ir por ese camino.
¿Qué demonios le importaba?
No tenía por qué empezar a ponerse todo raro y posesivo con el niño por un par de polvos.
No lo haría ¿no?
Jack caminó hasta el frigorbar y sacó una botella de agua, antes de poder destaparla su teléfono sonó con un desagradable mensaje de su hermano.
Había vuelto a amenazarlo con cortarle las cuentas si no se aparecía en Liverpool.
Sí, se suponía que volvería a Liverpool, pero es que...
Tal vez solo debía renunciar a su empleo de profesor y volver a casa antes de que las cosas se complicaran más.
Que estaba perdiendo la cabeza por ese chico.
Dios, que si pensaba objetivamente solo era un niño bonito, incluso demasiado joven para él. Había cientos como él en el mundo. De seguro podía encontrarse otro en Liverpool, su apellido y el dinero de su familia ridículamente rica e influyente siempre le habían comprado todo ¿no?
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Building love (Gay +18)
RandomJack Harrel conde de Meyerside y único heredero del ducado de Sefton termina en Chicago al intentar huir de sus responsabilidades. En su primer noche en suelo americano conoce a Billy Brennan un joven y extrovertido estudiante de arquitectura abie...