capítulo 25

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Cuando Jack volvió a casa Sefton encontró a su padre sentado como siempre en la punta de la mesa del gran comedor

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Cuando Jack volvió a casa Sefton encontró a su padre sentado como siempre en la punta de la mesa del gran comedor. Claramente acaban de cenar. Su padre tenía un trago frente a él y su medio hermano estaba a la derecha de su padre.

Parecía que Claude había aprovechado los últimos meses de su ausencia para ocupar su lugar.

No era que le importara una mierda estar a la derecha de su padre pero ese era su lugar por jerarquía. Lord Harrel duque Padre en la punta. Jack a su derecha ostentaba el título de conde y a la izquierda el bastardo hijo de la prostituta.

Un pequeño recordatorio indirecto de quien era, porque era obvio que el resto no iba a olvidarlo.

-Llegas tarde a la cena. Siéntate John.-la voz de su padre trajo de nuevo su atención a la mesa y como si pudiera leerlo el mayor apuntó a claude con un gesto despectivo-. Muévete.

Claude se apartó y Jack ocupó su sitio sin protesta, no había razones para quejarse, de cualquier modo podía gritar todo lo que quisiera que su padre lo ignoraría.

-Retrasaremos la sesión de fotos para la boda.-Dijo Claude viendo la cara de su hermano, su rostro comenzaba a hincharse.-Si me disculpan...

-No. Sin fotos.-Gruñó su padre mientras una de las criadas traía la cena de Jack.

La regla allí era ver, escuchar, e ignorar todo lo que los señores dijeran. Nadie le lanzaba una segunda mirada, como si aquello fuera lo más jodidamente normal del mundo.

Jack quería gritar de frustración mientras los oía discutir en silencio sobre su vida como si no le perteneciera.

-Pero padre...-Iba diciendo Claude.

-Sin fotos.-Insistió el Duque callando a su hijo mayor. Jack apartó el plato al segundo bocado, el agradable cosquilleo del alcohol que lo había adormecido comenzada a irse y el dolor empezaba a hacer acto de presencia.

-Que termines la cena.-Le ordenó su padre.

Maldita sea. Jack se obligó a tragar todo lo que pudo, y se levantó, al menos su padre estaba los suficientemente ocupado planeando cada detalle de su vida como para no molestarse en intentar detenerlo una segunda vez.

Caminó por los pasillos de la vieja construcción renovada con los años. No era un gran palacio, vamos, pero era una buen castillo construido en piedra antigua rodeado de grandes extensiones de bosques. Se había criado ahí, al igual que toda su maldita familia, había sido cedido por la corona muchas generaciones atrás, era historia puesta en una casa.

Pensó en Billy, seguro le hubiera encantado conocerlo, un castillo del siglo pasado diseñado por uno de los arquitectos más favorecido por el príncipe Alberto.

Billy saltaría de la emoción hablando de torres y cúpulas.

Apretó los puños, había intentado llamarlo antes de tomar el vuelo pero el niño no había respondido el teléfono. Luego simplemente había estado desconectado por 7 hs, para llegar, pelear con su padre y acabar emborrachándose en el granero.

Building love (Gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora