Jack
Jack estacionó el coche frente a su casa. Había tenido uno de esos días malos en los que te preguntas para que siquiera intentas con eso de seguir levantándote.
Que habías días malos donde tus superiores se meten contigo solo porque pueden y su mujer la ha sido infiel, entonces odian a todo ser más joven que ellos que consideran amenaza.
Y luego estaba esos días donde todo iba tan mal que hasta en la cafetería te servían el café con la nata cortada.
Jack estaba teniendo una combinación de ambos.
Nunca creyó que ser pobre iba a ser tan difícil, pero estaba decidido a sacar a su familia adelante. Su orgullo le impedía demostrar que darle la espalda a la familia Harrel se le está haciendo cuesta arriba.
Era un hombre fuerte, joven y ambicioso. Lo llevaba en la sangre. El dinero era seguridad en su mundo y Jack estaba decidido a asegurar su familia así tuviera que acarrear el infierno sobre sus hombros.
Se prometió a sí mismo que no volvería a faltarle y cumpliría esa promesa.
Las inversiones le han ido bien.
Podía decirse que vivían holgados. Había conseguido una buena casa en un barrio de los suburbios, un buen barrio , pero prácticamente la estaban rematando por lo que ni siquiera se lo pensó antes de invertir en ella y comenzar a refaccionarla para Billy, Jack se había tomado muy en serio lo de compensarlo construyéndole la casa que el pelirrojo quería. Que los fines de semana cuando el trabajo no era muy grande que requiriera mucha mano de obra se encargaba personalmente de hacerlo.
“su Bob el constructor" le decía Billy antes de darle un beso. Solo por eso para Jack valía la pena el esfuerzo físico luego de horas de trabajo de oficina. Billy era más de encargarse de las cosas livianas como elegir el color de las cortinas. Aunque había descubierto que era un carpintero excelente. Jack se encargaba de la parte pesada y Billy de los detalles.
Como en todo Billy era excelente para los detalles y un adicto a las cosas bonitas. Y si había algo a lo que Jack era adicto era a complacer los caprichos de su esposo. Si no podía conseguirlo, se lo construía. Punto.
Se había mudado a un pequeño piso del centro con su pequeña constructora, trabajaba en ella luego de trabajar para Hollons, una gran empresa de construcciones que explota personas y se lleva el crédito. De hecho le había robado un par de clientes, si no era muy honesto pero así eran los negocios ¿no?
Jack se había prometido llegar a la cima, porque necesita el dinero para sentirse seguro y porque se prometió a sí mismo que el sería mejor jefe y contrataría a todos los de su planta dándoles contratos más justos que las mierdas con seguro de salud barato que le daban a ellos.
El trabajo en la facultad ese era un problema aparte. Había tenido suerte, apenas volver de Europa había conseguido recuperar su puesto, fue con lo que se mantuvieron aquellos primeros tiempos de humor bohemio, de morirse de hambre tomando café que era alquitrán y alimentarse de amor y sueños.
Bueno eso había estado bueno un tiempo.
Pero era obvio que no podía llevar a un niño acostumbrado a los lujos a una vida como esa. Que ni ellos podían mantenerse por entonces. Pero si de algo le había valido esos años fue para comprobar que lo suyo valía la pena porque a pesar de todo ninguno de los dos corrió lejos de ese desastre.
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Building love (Gay +18)
RandomJack Harrel conde de Meyerside y único heredero del ducado de Sefton termina en Chicago al intentar huir de sus responsabilidades. En su primer noche en suelo americano conoce a Billy Brennan un joven y extrovertido estudiante de arquitectura abie...