I. La Última Habitación

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— ¿Si atacaremos hoy?

Dio un prolongado suspiro restregando su rostro con ambas manos hasta ver a quien preguntó lleno de impaciencia. Asintió muy apenas y quedó sólo dentro de su carpa. Se fijó en la enorme montaña de oro que hay en la esquina derecha, así como algunas telas y un águila descansando.

Tiene mucho, quizá demasiado y eso que esto no cuenta como lo que debe repartir entre sus hombres, esa está en otra carpa. En teoría ya podría parar con esta expedición y volver satisfecho a su pueblo con las buenas noticias de haber logrado una aplastante y brillante victoria en terreno sajón.

No obstante, la realidad es que no quiere volver allá. Huye de ahí o de lo que simboliza estar ahí.

Hace poco -al menos para él cinco meses es poco—, falleció su esposo y Omega, Jin, por una epidemia que azotó a muchísimas tierras. No solo la suya. De hecho Jin fue el último en fallecer y bebe en el salón dorado junto a Odín.

Lo entristece y hasta cierto punto tuvo esperanza de que con un movimiento tan arriesgado como atacar tierras del oeste de frente... Iba a morir, que alguien acabaría con su existencia.

La verdad es que ha estado tan lejos de ir al Valhalla que Jin lo llamaría torpe hasta para morirse. No puede ser que peque de tan desgraciado solo por querer estar con él nuevamente.

Si los dioses no desean su muerte, tal vez es porque su futuro es que se mantenga con vida y cumpla con sus caprichos. Sea como fuera, aun la tristeza lo mantiene decaído. Tendrá que asumir que este tema no puede extenderse más y volver a casa. A final de cuentas también tiene a alguien esperando por él.

Este sería el último ataque y a casa. Pensaría si tendrá alguna esposa, amante o lo que sea para cuando este de camino.

...

— ¿Hay algo importante aquí que hay tanta defensa?

—Que yo sepa, ni idea.

—Que informativo Jungkook.

Este rió sin gracia al tiempo que apuntaba y disparaba una flecha. Namjoon se quedó al cubierto, recobrando el aliento. este lugar es el más protegido con el que se han topado hasta ahora.

Más hombres, muros, barricadas, etcétera. Apenas una pequeña torre donde posiblemente hubiera alguien en la punta y si tan custodiado se encuentra tendrá algo de valor que ofrecer.

Espera que sea así o esto no valdrá la pena.

— ¿Yoongi?

—Divirtiéndose... Ya despejó la entrada.

—Vale. —dijo Namjoon con voz pesada al levantarse.

Tras bajar de la pequeña casucha emprendió camino hacia el lugar central del pequeño poblado atestado de guardias como si fuese al mismísimo rey a quien pretenden defender. Sea como sea no se le dificultó llegar, entrar, asesinar a los pocos que aún quedan en esa primera planta y proseguir con la subida.

Se hizo un poco trabajoso, pero su tamaño lo ayudó bastante a la hora de abrirse paso. Entró a una de las habitaciones y encontró gran satisfacción en el hecho de que tuviera grandes cantidades de oro y demás objetos de valor.

—Que extraño que no intenten llevarse esto para que no lo robemos. —Bajó un poco la mirada para observar a Yoongi que viene con tanta sangre encima que le escurre del cabello sin problema.

—Tal vez hay más y más valioso que esto en la parte superior.

—Posiblemente.

Está relativamente libre y ya no quedan tantos para poder decir que el sitio le pertenece. Tuvo un parón horrible al momento en que al abrir una puerta un niño salió corriendo por el pequeño espacio libre que queda entre su cuerpo y el marco de la puerta.

Omega | NamMin || BOOK 1#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora