XII - Antes de Partir

4.8K 779 107
                                    

—Te ves...—Suelta una risa floja—. Mal.

Yoongi lo observó con agotamiento antes de comer sin ganas la comida en su plato. Namjoon tomó lugar frente a él. Jimin dejó un plato frente a Namjoon que lo vio alejarse antes de regresar su atención al bajo Alpha sentado frente a él. Mordisqueó uno de los trozos de pan que tiene.

— ¿Y bien? ¿Qué tienes? Te necesito en las mejores condiciones para el viaje. —Yoongi se restriega con los ojos con una manos y luego se rasca tras la oreja derecha.

—Jungkook no termina de tener su celo. Está alborotado, pero no es el celo percé y...

— ¿Ya lo montaste?

—Lo monte, me deje montar y a estas alturas-

—Te duele el culo imagino. —Lo mira rencoroso y con ojos entrecerrados.

—Anudar tanto duele en caso de que no estés enterado y no soy un Omega como para estar soportando nudos dentro de mí. No tan seguidos y menos moviéndose. Jungkook solo está... Como esperando que llegue normalmente o un impulso que lo tire a tenerlo.

—Ese impulso debe ser un omega—Desmorona el pan en sus dedos, Yoongi quería meter la cara entre la comida y quedarse ahí dormido un par de horas antes de volver con Jungkook a seguir intentando. Partirían pronto y si no es ahora, nunca—. Jimin, lleva a Yoongi a una habitación para que descanse y luego reúnete conmigo para darme un baño.

El Omega asintió, ayudó a Yoongi a levantarse y mientras este se pegaba a él para gozar un poco de la fragancia de Omega fueron hasta la parte trasera del salón hasta le anexo donde duerme la servidumbre.

. . .

—Seguirás todas mis órdenes ¿no es cierto? —increpa dejándose secar por el Omega que ya lo ha visto tantas veces desnudo que ya no entiende a qué viene el pudor.

—Juré mi fidelidad.

—Quiero que vayas a acostarte con Jungkook.

—No.

—Es de mis mejores hombres, también uno de los que más confío. Su celo está a poco de llegar y un Omega terminara de traerlo para que esté listo el día en que debemos partir—explica, quizá un de poco más. Se puso el pantalón que Jimin le tendió—. Así que, ve y ayúdalo.

—Como dije antes: no—frunció el entrecejo. Jimin señaló Un plato con fruta. Asintió y el Omega se sentó en la mesa comiendo—. Si lo hago sería faltarle. Me dijo que mi celo debería ser con usted, por tanto, permitir que otro Alpha me toque es faltar al respeto de mi Alpha—explica con tono cantarín, pero pausado—. Sin mencionar que la posibilidad de que me muerda es tan alta que no es recomendable.

— ¿Qué harías tú entonces? —Apoya las manos a cada lado de Jimin que le da toques en donde se forman los hoyuelos.

—Los cristianos tenemos una forma de lidiar con eso: Si un soldado Alpha está a poco de su celo solo se lo deja. Va a ser más agresivo y brutal en batalla. Hay algunos soldados Omegas, tanto de su bando como el contrario. Matará a cualquiera que se le cruce con tal de llegar a quién le gusta—le da un toque en la nariz, casi al mismo tiempo que la camisa se resbala por su hombro—. Puedes llevarlo, aprovecharlo y controlarlo. Darle algún Omega esclavo que encuentren en lugar de matarlo.

—Te pido esto porque Yoongi no permitirá que ningún Omega se quede demasiado con el. Lo mataría al instante. Tú eres otro caso porque contigo quisiera aparearse.

—No lo lleves entonces. Espera a que ocurra y cuando se le pase irá a reunirse contigo—encoge los hombros. Namjoon no luce convencido. Jimin rodó los ojos antes de bajar la mano y apretar apenas el miembro del Alpha—. Si quieres a tu guerrero contigo búscate a otro que lo complazca, como te dijo, apenas pienso permitir este pene acercarse a mi y solo porque estaré desesperado. Si no fuese por eso, te lo cortaría o lo arrancaría de un mordisco.

Namjoon tenía la impresión de que Jimin aun no le dice todo. Como si hubiese un condicionamiento para poder pasar su celo con él. Podría esperar a otro momento. Aparta el cabello de la cara de Jimin. Este largo o corto se lo hace hacia atrás, el problema es que ahora si está largo.

—Déjame cortarte el cabello.

— ¿Bien?

Con una navaja afilada rebaja en la mayor medida de lo posible la parte a los costados, para nada extremo como su corte o el de Yoongi. Es mucho más discreto y que solo se notaría si Jimin aparta toda su melena espesamente negra. Parece las alas de un cuervo y lo fascina. Es como tener brea entre sus dedos. Lo sentó entre sus piernas para hacer una trenza apenas notable en la parte posterior de la cabeza.

—Tu cabello es tan liso y negro... Que ni siquiera un cuervo parece ser igual.

—Y el tuyo tan rubio como el oro—Echa la cabeza hacia tras, viéndolo desde abajo, ligeramente recostado—. Tendría envidia de él... Si no fuera porque viendo a Taehyung... Se que tu fallecido marido fue rubio y tenerlo así te daria más motivos para fantasear conmigo viéndolo a él.

—Eso es cierto—Peca de iluso creyendo que Jimin no lo pensaría. Con Taehyung recordándolo constantemente esa ilusión era aún más quimérica—. Sin embargo, muchas de mis fantasías también son contigo... Eres un Omega hermoso.

Jimin no evita el beso, más bien lo acepta con bastante gusto por aquella confesión que lo deja fuera de base. Esperó que lo negara, rebatiera, excusara, mil cosas distintas y en su lugar recibió fue un halago del Alpha que lo esclavizó para empezar. Que extraño.

También es lindo, para que negarlo.

—Cuando me vaya cuida de Taehyung. Volveré antes de que el invierno llegue, cuando sea tiempo de guarecernos todos juntos y hacer sacrificios a los dioses...

—Lo cuidaré como si viniera de mis entrañas—afirma, Namjoon suspiro aliviado—. Y Namjoon—lo toma del cuello, habiéndose girado para encararlo de forma cómoda—. No te atrevas a volver a tratarme como a una puta ¿Entendiste?

Los ojos azules de Jimin le fascinan. Son fríos como el invierno y junto al cabello negro le hace pensar en un claro augurio de muerte. De la misma manera, un cuervo enviado de Odín; una encarnación de Baldr por la belleza que posee a pesar de su ojo hinchado. Sus pequeñas manos le producen ternura, pues aunque quizá intenta amenazar su muerte, bien podría girarlo y hacer lo que le plazca con él.

No tiene la suficiente fuerza para hacerlo, no para forzarlo. Quiere que lo desee, que lo disfrute, verlo en esos mismos ojos que se vuelven lentamente marrones. Llenarlos de lágrimas solo arruinaría el momento, su confianza y por sobre todo lo alejaría. Es tentador quebrar a una persona, sin embargo, aquí es distinto.

Quiere ver que tan lejos puede llegar y enteraría de ello una vez volvieran de sus saqueos.

Omega | NamMin || BOOK 1#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora