XVI - Anhelo ascendente

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—Algo pasó aquí.

— ¿Por qué lo dices?

—Esos barcos no son míos—Entrecierra los ojos—. Y ese escudo pertenece a los Eiríksdóttir si no me equivoco.

— ¿Doy aviso para que estén en guardia y recuperar...?

—No, ahora creo que lo que pasó es mucho más interesante.

Ve a Taehyung saltando por el puente, arrastra a Hoseok con él, Mon ladra a un lado con la lengua afuera y el niño rubio saluda desde aquí. Yoongi hizo una ligera mueca. Realmente es algo muy extraño ¿Qué hacen barcos enemigos en su puerto, pero todos los que ahí habitan tan campantes como el día en que se fueron?

Al desembarcar ocurre lo típico. Esposas y esposos lanzándose sobre sus parejas, felices de verlos, algunos cargando las ganancias que lograron con el viaje y muchos cubriéndose con sus pieles para evitar el frío que comienza a sentirse. Tiene la impresión de que va a nevar muy fuerte pronto. Taehyung se le lanza encima y por inercia también toma a Hoseok en brazos dándoles besos en el cuello.

Namjoon es un Alpha y líder vikingo extraño para muchos. Muestra demasiado cariño a su cachorro -y ahora el segundo adoptado casi sin darse cuenta-, cuando lo usual es ser más rígido. Van a ser guerreros -de momento-, y esta clase de afecto es contraproducente. Puede volverlos muy mimados o una sarta de estupideces que a Namjoon no le interesa porque son sus malditos cachorros y los apretuja cuanto quiera.

— ¿Algo pasó mientras no estaba?

—Pues-

—Jungkook embarazó a alguien—Yoongi lo interrumpe, Namjoon mira en dirección al Alpha que se acerca casi con el rabo entre las patas. Sus ojos grandes y puchero eran una clara señal de que eso pasó—. La mataré. —Fue lo único que dijo, sin saludarlo ni nada.

— ¡NONONONO ESPERA! —Y fue tras él. Namjoon silba.

— ¿Aparte de eso? Veo ciertas cosas que antes no estaban.

—Considéralo una ganancia. Quizá muestra de lo que puedo hacer.

Queda más que sorprendido y boquiabierto de ver a Jimin. Es la segunda vez que lo ve tan arreglado. A decir verdad, esta vez le gusta más. Su lobo inquieto y aullando complacido por la vista. La enorme piel en sus hombros, la ropa bonita, el collar y los pendientes daban un aire de que es un príncipe como mínimo. Con el cabello en una floja trenza.

— ¿A sí? Me gustaría que me contaran más al respecto. —Jimin ríe cantarín.

. . .

— ¿En serio?

Francamente, el ataque no lo sorprendía en lo más mínimo. Ha pasado otras veces y siendo un pueblo tan estratégicamente puesto lo normal es que otros quieran hacerse con él. Más aun aprovechan que no está para protegerlo y así sus guerreros. Que de repente le contaran que pudieron evitarlo porque Jimin los guío es... Extraño.

Curiosamente excitante de imaginar.

—No puedo darte mucho detalle. No estaba muy consciente—Admite Jungkook bebiendo de su cuerno. Jimin esta sentado en uno de los escalones de la tarima, peina a Taehyung—. Lo único es que en serio pasó y ganamos sin ningún problema. Fue tan fácil que casi parece un sueño.

—Cuando se quiere cuidar algo no hay quién sea inútil. —comenta Jimin se forma distraída, Namjoon le acaricia la nuca y el sajón voltea a mirarlo de reojo.

—No sé si creerme que un esclavo fue capaz de cuidar mi hogar de una invasión. Menos un Omega.

—Este Omega hizo que ese asiento siga siendo tuyo. También se encargó de que tu cachorro no fuese un esclavo de quién sabe qué índole.

Omega | NamMin || BOOK 1#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora