Cazadores de demonios

Pruebas finales

- Lo he echado a suertes y el orden de las pruebas será...
Dijo Lora.

Todos permanecían expectantes ante él suspense creado por la humana.

- ¡Todos a la vez!

- ¿Cómo?
Dijo Kryp.

- ¿Otra vez?
Dijo Will.

- ¿No eran pruebas personalizadas?
Dijo Valdi.

- Sí, son a la vez pero por separado. Prepararemos quince salas, en ellas, los magos invocarán seres según vuestras preferencias, para que os luzcáis... Pero esos seres serán muy, muy fuertes.

- Comprendo.
Dijo Tarso.

- Seguidme.
Todos siguieron a Lora.

El grupo llegó a un pasillo lleno de salas.

- Meteos cada uno en una sala diferente.
Ordenó Lora.

Todos se metieron en salas diferentes.
Los magos se acercaron una a una a las salas e invocaron algo diferente en cada una. Todas las invocaciones eran seres de magia, en mayor o menor cantidad.

- ¡Comenzad!
Dijo Lora, mientras observaba detenidamente la primera sala, donde peleaba Torum, el cíclope guerrero contra tres fuertes enemigos de magia.

Allea empezó a pasear por todas las salas.
Las sacerdotisas tenían que sanar a seres de magia que los magos dañaban y envenenaban continuamente mientras esquivaban los ataques de un ser mágico que las atacaba.
En la sala de Tarso, el paladín tenía que proteger a un ser mágico de los ataques de otro, ya fueran proyectiles o golpes cuerpo a cuerpo.

- Tengo muchísima curiosidad... ¿Cómo pelearán los monjes?
Allea se acercó hacia la sala de Dwalla.
Lo que vio, fue algo increíble.

La chica controlaba la tierra, lanzando rocas a múltiples enemigos. Un doble de luz de Dwalla atacaba a los seres mágicos y encadenaba ataques con Dwalla, maximizando el daño. Todo ello con las manos desnudas.

- Es increíble. ¡Ella será parte del equipo, estoy segura!
Allea corrió rápidamente a ver a Kryp.

Un grupo de unos cincuenta enemigos atacaba a Kryp sin cesar. El monje, usando únicamente un bastón de madera y su propio cuerpo, esquivaba absolutamente todos los ataques y de vez en cuando, lanzaba contraataques precisos que noqueaban a algunos enemigos.

- ¿Es siquiera posible esquivar ataques por la espalda?
Allea no daba crédito a lo que veía. La habilidad de Kryp superó sus expectativas.

Kryp, con una mano a la espalda, desviaba decenas de ataques en un abrir y cerrar de ojos.

Allea siguió correteando, como una niña impaciente, viendo una a una todas las salas.

La puerta de una sala se abrió.

- Creo que he acabado.
Dijo Will, con su arpón en la mano.

Dos magos que estaban frente a la puerta de Will lo dejaron pasar. Estaban totalmente blancos.

- ¡Es inhumano!

- ¡Su fuerza es increíble!

- Enhorabuena, Will. Necesitaré que los magos me describan lo que han visto, porque no me ha dado ni tiempo a verte pelear.
Dijo Lora.

- Oh, de acuerdo. Me siento por aquí.
Will se sentó a esperar, sacó un trozo de pescado seco de su bolsillo y empezó a comer.

- Después me contáis qué tal lo ha hecho Will, voy a seguir mirando a los demás.