Eren, con el paso del tiempo se da cuenta de lo importante que es Mikasa como parte de su vida y al estar a punto de perderla, estar a cargo de ella y cuidar su estado físico se percata de lo que Mikasa es capaz de causarle.
Esperaba indicaciones mientras preparaba mi caballo y mi equipo. La preocupación de mi mente no salía, quería saber sí en el dado caso que me estoy imaginando, Mikasa haya tenido contacto con el suero titánico. Eso es un gran riesgo para ella. Me angustia.
- ¡Jeager! - me llamaron
- ¿Sí? -
- Te otorgaron en mi escuadrón, preparate, te veo en Stohess -
- Sí - obedecí y de inmediato monté mi caballo para irme en compañía de algunos compañeros más. Tardamos varios minutos en llegar pero en cuanto ya no encontrábamos ahí de inmediato comenzamos con la matanza de los gigantes monstruos.
Cada titán que matábamos el espacio se iba expandiendo y los titanes se iban evaporando.
Hubo un momento dado en el que salté para matar a un titán pero otro me "devoró" ya que entré a su boca pero no permití que fuera tragado, me sostuve de su garganta con el equipo tridimensional y comencé a cortar su nuca por dentro hasta que logré salir, casi empapado de sangre que al exponerse a la superficie se comenzó a evaporar.
El espacio entre cada titan que rodeaba la muralla dismunuyó bastante rápido mientras recibíamos más informes de lo que ocurría en cada muralla, mi preocupación llegó a tope cuando oí que Karanese y Trost tenían varios problemas con los titanes y ya había varios heridos.
En ese momento la imagen de Mikasa apareció en mi mente...... no pude evitar preocuparme a pesar de saber que ella es demasiado fuerte para lastimarse.
Varios comenzaron a angustiarse y por la misma razón comenzaron a morir varios.
Al estar en una situación delicada y grave me dieron el acceso para transformarme, lo que así hice.
Comencé a rugir en mi forma titán dándolo a entender como una orden de destrucción ente todos, así que todos comenzaron a matarse entre sí.
Los titanes de Stohess, Mermira y los de la muralla Rose llegaron e hicieron lo mismo que los demás, que los soldados comenzaron a observar.
Yo aproveché y me dirigí a otras murallas donde di la misma orden y los titanes hicieron exactamente lo mismo, matarse entre sí, a cualquier lugar donde se escuchara el rugido de mi titán todos ellos harían lo mismo.
Tardé en recorrer todas las murallas pero a fin lo logré, todos los titanes comenzaron a matarse, lo que nos facilitó el trabajo, unos decidieron entrar a las murallas para descansar y otros solo se quedaron viendo aquél escenario.
Yo por otra parte, no dejaba de pensar en Mikasa y en lo que me estuvo a punto de decir, tal ves ella no quiere que lo sepa para no preocuparme pero eso me preocupa aún más, quiero verla pero por obvias razones la distancia no ayuda mucho.
De la nada, un titán corrió lejos de la muralla y se dirigía hacia una carroza que se alejaba poco a poco.
Como nadie se interesó en eso yo salté de la muralla y me dirigí a él.
- ¡¡Oye.....detente ahora!! - el titán me ignoró por completo así que corté el pie de este que hizo que cayera, la carroza se detuvo de golpe justo donde iba a caer el titán.
- ¡¡Vete de una vez!! - le grité al conductor y de inmediato se marchó, cuando se despejó el área, lo maté de inmediato cayendo junto con él.
Al levantar mi cabeza me topé con Mikasa matando a otro titán justo en frente de mi.
Me le quedé mirando un rato con preocupación, ella levantó su mirada y al verme se quedó un rato así, igual que yo.
Fruncí el ceño con tristeza, preocupación y desesperación, nos quedamos mirando un rato hasta que ella decidió marcharse.
- Mikada... -
Ella volteó y me miró con una sonrisa discreta sin contestar a mi llamado.
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- Sólo cuando volvamos y sea realmente necesario decirtelo lo haré, por el momento, no te preocupes, estoy bien, Eren - dijo y se alejó.
Me quedé pensando pero decidí volver al campo de "batalla" y así poder soportar ese día con menos trabajo al entender lo que la azabache había dicho.
