CAPÍTULO 2

465 25 11
                                    

JAEHYUN P.O.V

En esa noche solo dormí un par de horas porque las cosas en la mansión estaban muy movidas, sobretodo por mi tío SuHo, el cual solo sabía que había sobrevivido a la operación pero no tenía buena pinta. No sabía mucho más, porque me metí en mi despacho con TaeYong, después de que su padre le curara el corte de la pierna y mientras él dormía en el enorme sofá, yo me senté en uno de los enormes sillones y ahí dormí un rato.

Cuando picaron a la puerta, yo estaba sentado en la silla de detrás del enorme escritorio que era de mi padre y estaba completamente vacía, no había ni un poco de polvo.

-¿Puedes venir conmigo? – cuando oí la voz de mi padre en la puerta alcé la cabeza y lo miré, tampoco tenía pinta de haber dormido, ninguno lo hacíamos últimamente.

-Sí – murmuré levantándome de la silla y echándole un vistazo rápido a TaeYong, que seguía completamente dormido.

-JaeHyun – YeJi apareció detrás de mi padre - ¿puedo entrar a ver a mi hermano?

-Sí, pasa – la dejé entrar en el despacho y cerré la puerta cuando estuve fuera con mi padre.

Él me hizo un gesto con la cabeza para que lo siguiera y se metió en la gran sala llena de armas, todas bien ordenadas, por tamaño y tipología, colocadas al centímetro. Mi padre se apoyó en una mesa metálica y me miró cruzándose de brazos.

-¿Está bien TaeYong? – preguntó él con interés, porque aunque yo nunca le hubiese dicho con mis propias palabras que estaba con él, TaeYong había cenado con nosotros y mi madre y había dormido en casa, mi padre no era imbécil, no podía no sospecharlo.

-Se pondrá bien pronto, ¿los demás? – pregunté quedándome frente a él.

-Es una de las cosas de las que vengo a hablarte – se lamió los labios y asentí una vez con la cabeza para que continuara – en general todos están bien, pero han detenido a JiSoo y SuHo ha caído en coma.

-Joder – susurré - ¿y ahora qué?

-No sé que tiene pensado RyuJin para hacer, la verdad – carraspeó – ahora es cosa vuestra, JaeHyun, tienes el mando por completo.

-¿Ya? – pregunté poniéndome recto – faltaban dos semanas.

-Ya está hecho, con el tío SuHo en coma, el mando ha pasado directamente a vosotros – me explicó.

-¿Y tú? Aún estás aquí – di un par de pasos hacia él.

-Yo me voy – tragó saliva – las cosas no están saliendo como esperaba, creía que podría sacar a tu madre de ahí chasqueando los dedos, pero sabes que la Yakuza está perdiendo poder. No voy a mentirte porque es tu madre, la están torturando con policías infiltrados como presos para que me delate y sé que no va a hacer, y que la van a matar por ello. Voy a ir a por tu madre y voy a sacarla de allí, cueste lo que cueste, si no lo he hecho antes es porque no sabía si estabais preparados para llevar esto, pero sé que sí.

-¿Qué estás diciendo, papá? – me acerqué más a él - ¿dónde vas?

-No lo vas a saber – dijo él con frialdad, con la misma que me trataba siempre que iba a cumplir lo que decía – desapareceré y cuando vuelva será con tu madre.

-¿Y si no vuelves?

-Pues habré muerto – dijo en un suspiró.

-Papá, no – tragué saliva con dureza – por favor, escúchame, no puedes irte.

-La decisión ya está tomada.

-Papá – murmuré – sé que he perdido a mi madre, lo sé, pero no quiero perder a mi padre también – agarré su camiseta por la parte del pecho y cerré la tela en mi puño – no, papá – le supliqué – no puedes dejarme aquí solo.

THE LEGACYWhere stories live. Discover now